Una visita inédita y con luces rojas

Lo que podría entenderse como una bonita fiesta del fútbol, el primer partido oficial en El Alcoraz entre el Huesca y el Sevilla, se ha convertido en un encuentro de compartida urgencia. La inédita visita sevillista al pequeño estadio oscense es tratada en Nervión como lo que es, una cita trascendente en la que el vestuario y el cuerpo técnico del Sevilla quieren retomar el camino perdido. Mientras que en la localidad aragonesa también le dan trascendencia a un partido con el que pretenden seguir asiéndose a la esperanza de mantener la categoría. El encuentro, así pues, tendrá poco de protocolario y mucho de luces rojas encendidas, en ambos lados.

El meritorio ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca, que subió a Primera justo diez años después de haberlo hecho por primera vez a Segunda, fue un hito en la historia de este club fundado en 1960. Pero ese hito que hizo vibrar a esta pequeña ciudad de 50.000 habitantes, se topó pronto con la dura realidad de la competición. Los épicos ecos del ascenso se fueron apagando conforme se ancló como colista el Huesca, que, en cambio, en el último tramo de la competición ha tomado algo de oxígeno y fe en su desesperada lucha por mantener la categoría. Ahí anda, con 19 puntos, a seis del Celta...

El Sevilla, en cambio, llega a la cita después de haber perdido el puesto Champions del que gozó en las anteriores 18 jornadas. La confrontación de trayectorias hace imprevisible el resultado. El Huesca, colista de la categoría en 19 de las 25 jornadas de Liga, ha sumado en los diez últimos partidos más puntos que el Sevilla, que ha estado en la zona noble en 20 de esas 25 jornadas. Tampoco muchos más puntos, a decir verdad: 12 de 30 acumula en este tramo el conjunto de Francisco por los raquíticos nueve de 30 del equipo de Pablo Machín.

Curiosamente, lo inédito de este duelo sí tiene precedentes inmediatos en cuanto al segundo equipo sevillista. El Sevilla Atlético, en su última aventura en Segunda División, visitó dos veces El Alcoraz: empató la campaña pasada (0-0) y perdió en la anterior (2-1). En cambio, no hay ningún precedente entre el primer equipo y el Huesca, ni siquiera en la Copa del Rey.

Francisco se hizo con el timón del Huesca en octubre, en sustitución de Leo Franco, que fue el elegido por la directiva oscense en sustitución del artífice del ascenso, Rubi, cuando éste se decidió por la oferta del Espanyol. Fue su vuelta a los banquillos de Primera después de varios años, por lo que tampoco ha coincidido mucho con Pablo Machín. De hecho, apenas hay dos confrontaciones de los dos técnicos en los banquillos. Esta temporada, el Huesca, ya con Francisco al frente, cayó en el Ramón Sánchez-Pizjuán por 2-1 (doblete de Sarabia en la segunda parte y gol en el descuento de Jorge Pulido). Y antes apenas hay otro cruce entre ambos entrenadores.

Fue en el tramo final de la temporada 16-17, cuando el Girona afrontaba su lucha por la promoción de ascenso, que acabaría jugando, y el UCAM Murcia intentaba salvar la categoría, algo que no lograría. Pero Francisco, que en la primera vuelta aún no estaba entrenando al equipo murciano, se llevó el gato al agua en Motilivi, donde ganó por 1-2.

El técnico almeriense sí se ha medido un par de veces más al Sevilla. Perdió 2-1 en Nervión con el Almería, que dio muchos problemas al Sevilla de Emery: un gol de cabeza de Rakitic a pase de Marín en la prolongación deshizo el empate de los tantos de Gameiro y el ex sevillista Rodri. Y esa temporada, la 2013-14, también perdió el partido de la segunda vuelta Francisco (1-3, goles de Bacca, Carriço, Gameiro... y Aleix Vidal).

Todo eso es historia, como histórico será un partido en el que el Huesca quiere hacer bueno el empate en Cornellá para alimentar su esperanza y el Sevilla tratará de cerrar la herida de la Liga tras la derrota ante el Barça.