Hora de mirar al Espanyol

El ridículo ante el Madrid, la merma de efectivos y el calendario invitan a amarrar el séptimo puesto antes que a recuperar el quinto · Ganar en Pamplona podría evitar un terrorífico cara o cruz final en Cornellá.

Eduardo Florido / Sevilla

09 de mayo 2011 - 07:46

No es hora de lamentos, de lamerse las heridas ni de arrugarse. El Sevilla tiene la obligación de levantarse después del durísimo varapalo que sufrió el sábado de Feria, de infausto recuerdo ya por lo que significó de humillación histórica. Nunca antes había recibido tantos goles en su propia casa el Sevilla y así quedará en los anales de la historia, como una marca difícilmente borrable. Pero, más allá de lo que signifique esto para el prestigio, lo preocupante para Gregorio Manzano y su equipo es si serán capaces de levantarse tras semejante caída con tan poco tiempo para sacudirse el polvo y tentarse la ropa. El miércoles espera un Osasuna que se juega la vida en su casa y ahí es donde el Sevilla debe iniiciar su lucha final con los otros tres equipos que pugnan por la Liga Europa. Perdida la quinta plaza, es hora de mirar al Espanyol, porque la sensación del equipo, la importante merma de efectivos y el calendario de los implicados invitan a amarrar la séptima plaza antes que a intentar recuperar ese quinto puesto.

Justo antes del encuentro con el Real Madrid, en su tradicional discurso durante la Feria, José María del Nido se refería a ese quinto puesto como un mal menor que él recibiría con mucha alegría según se ha desarrollado la temporada que está a punto de concluir. "Si quedamos quintos tal y como se ha dado la temporada, me daría con un canto en los dientes", decía el dirigente en una frase que algunos tacharon de conformista. Pero es que tal y como se ha puesto la cosa, el séptimo puesto puede ser el clavo ardiendo al que agarrarse.

El propio Gregorio Manzano es consciente de ello y ya lo avisó en la previa del encuentro: "Quedando cuatro partidos, hay que hilar muy fino para no resbalar ninguno de los cuatro que estamos implicados, los calendarios son difíciles para todos, para unos más y para otros menos. El que se descuide se quedará fuera". Ahtletic (54 puntos), Sevilla (52), Atlético (52) y Espanyol (48) son los cuatro que se meterán los codos a cara de perro en las tres jornadas que restan, en apenas semana y media, y uno se quedará fuera de la Liga Europa. La perspectiva, viendo el calendario, obliga a mirar al último de los equipos que están inmersos en esta lucha, puesto que el Sevilla cierra la temporada precisamente en su casa, el estadio de Cornellà. Y el equipo de Manzano bien haría en sumar al menos cuatro puntos en las dos jornadas precedentes y esperar que el Espanyol no conquiste los seis para no ir a Barcelona a jugarse la participación europea en un temible cara o cruz.

El calendario de los cuatro que luchan por Europa se ha combinado de forma dramática con los equipos que pelean por sobrevivir en Primera División. El Sevilla visita Pamplona y luego recibe a la Real Sociedad, que acumula 41 puntos antes de jugar este miércoles otra cita dramática frente al Zaragoza en Anoeta.

El Espanyol, antes de recibir al Sevilla, recibe a un Valencia que quiere amarrar el tercer puesto para evitar la previa de la Liga de Campeones y luego visita al Zaragoza en otro partido con tintes dramáticos.

El calendario de los otros dos implicados parece algo más amable. El Atlético de Madrid, en teoría, tiene el más cómodo, pues visita al Racing, con oxígeno gracias a sus 43 puntos; rebibe al Hércules, que en la penúltima jornada ya podría estar desahuciado; y culmina desplazándose para jugar con un Mallorca que ya podría estar en chanclas. Al Athletic se le complica un poco más con su visita al Deportivo, pero luego recibe en San Mamés al Málaga y cierra en el campo del Racing.

El único duelo directo es el de Cornellà y por ello haría bien el Sevilla en intentar sumar todo lo posible antes de acudir allí. En Pamplona ganó el año pasado después de 16 años sin hacerlo. No es una plaza propicia el Reyno de Navarra para los nervionenses, y menos jugándose su anfitrión tantísimo. Europa, por tanto, requerirá un final de máxima tensión.

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