Hacer un cambio para colocar a Sergio Ramos de delantero centro es muy peligroso...

El Sevilla naufragó una vez más con Diego Alonso, esta vez en ante el Mallorca, un partido en el que el VAR privó increíblemente a los blancos del empate al anular un gol legal a Pedrosa, pero en el que el entrenador uruguayo de nuevo demostró que no tiene las herramientas suficientes para hacer reaccionar al equipo.

Sergio Ramos | Hacer un cambio para ponerlo de delantero es muy peligroso...

Quién sabe si Diego Alonso pudo cerrar más la soga que pende sobre su cuello con la decisión que tomó acabando el partido y con el equipo buscando a la desesperada el empate. Quitó a Pedrosa para sacar a Kike Salas y colocar al camero de delantero centro. Con ello mandaba dos mensajes preocupantes: uno, que no había más plan que colgar balones y, dos, un golpe bajo a Rafa Mir, al que puede haber perdido definitivamente negándose a recuperarlo cuando En-Nesyri pronto se irá un mes y pico a la Copa de África.

Pedrosa | Gol anulado aparte, de momento un fichaje de Monchi es el que más destaca

Salvando un tramo de Lukébakio que no llegó al mes en el que el belga parecía encontrarse en un pico de forma muy alto, hasta la fecha el catalán es el refuerzo más positivo de cuantos fichajes ha realizado el Sevilla para la presente temporada. Es una anécdota, pero llegó con el sello de Monchi y a coste cero. El lateral siempre suma, es rápido, se cruza en defensa y en ataque ofrece soluciones. En Palma no estuvo especialmente brillante, pero apareció en la jugada del gol para robar y marcar. Increíble que lo anularan.

Sow | Muy pobre su aportación; un ‘box to box’ sin fuelle

Se suponía que el suizo debía dar ese plus de dinamismo y físico, pero salvo contadas excepciones ese futbolista no ha aparecido. Se diluyó muy pronto, parece sin fuerzas y a menudo da la sensación de que ni ayuda a Soumaré en la resta ni a Rakitic y a los atacantes para romper líneas. Otro partido tirando a gris.

Dmitrovic | Esta vez sumó y evitó una derrota mayor

Ese mano a mano con Abdón Prats que hubiese sido el 2-0 le habría quitado toda la literatura y mucho crédito a la indignación sevillista por otro vil saqueo del VAR. El serbio estuvo seguro y la verdad es que no tuvo tiempo de reaccionar en el zurdazo de Larin. Otras veces ha restado, pero en esta ocasión sumó.