Gudelj, un golpeo recuperado para su primer gol en el Sevilla en 121 partidos

Puede que fuera fruto de la casualidad, o la suerte, o puede que haya sido como consecuencia de la confianza. Lo cierto es que Nemanja Gudelj marcó su primer gol en el Sevilla en su centésimo vigésimo primer partido oficial en el club de Nervión. Es decir, que en 120 encuentros anteriores no había visto puerta.

Su soberbio golpeo, pleno de fuerza y precisión, a 30 metros de la portería, poniendo el balón en la escuadra es claro candidato a mejor gol de la jornada novena de la Liga. Y, sobre todo, supuso la certificación de tres puntos que son oxígeno puro para el Sevilla.

El tanto sorprendió tanto por su factura como por la inesperada faceta en el internacional serbio , que en sus inicios en la Eredivisie neerlandesa sí se prodigó gracias a su buen golpeo. En su selección tampoco destaca en eso: un gol en 48 encuentros internacionales.

En el AZ Alkmaar realizó 19 goles además de 11 asistencias en 89 partidos, antes de fichar en 2015 por el Ajax, que pagó por él 6 millones de euros. En Alkmaar estuvo en las temporadas 13-14 y 14-15, siendo esta su mejor temporada en la faceta goleadora: 12 goles, 11 en la Eredivisie y uno en la Copa, en 36 partidos oficiales, 32 de liga. Su golpeo en faltas, que alguna vez ha intentado en el Sevilla pese a ser cuestionado por ello, era otro factor importante.

En el Ajax aún mantuvo ese prurito goleador con 7 goles en 59 partidos oficiales. Y ya fue decayendo hasta que en el Sporting, ya definido como medio centro o en algunos casos central, sólo marcaría un tanto en 43 partidos oficiales. En el Guangzhou, en cambio, sí hizo tres en 18 partidos antes de recalar en el Sevilla.

Puede que la confianza, tan necesaria en tantas facetas en la vida, también en el fútbol, que Sampaoli les está dando a unos jugadores que luchaban contra sus propias frustraciones en forma de resultados negativos haya sido clave. Lo cierto es que su golazo también servirá para el crecimiento y la confianza de un vestuario muy necesitado "emocionalmente", como dijo el argentino al llegar.