La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Girona-Sevilla | La crónica
Nueva derrota del Sevilla, ésta aún más dolorosa por la manera de regalar el trabajo de todo un partido a través de Nianzou y también del comprometido pase de Bono en honor a la idea que pregona su entrenador, Jorge Sampaoli, de sacar siempre la pelota jugada desde atrás. Los sevillistas, por si alguien lo había olvidado, vuelven a coquetear con el descenso y lo hacen, además, mientras la incapacidad del trío compuesto por Monchi, José Castro y José María del Nido Carrasco se echa una paletada más de tierra encima. 14 de enero de 2023 y nada, sin soluciones, cuando antes del parón del Mundial todos pedían disculpas públicas y pregonaban que estaban obligados a buscar soluciones de forma urgente.
Ellos sabrán dónde están las medidas correctoras, porque lo cierto es que sí se producen salidas de la plantilla, no demasiado rápido, también se incrementan los lesionados y la única entrada corresponde a Badé, al que Sampaoli no ha tardado en darle la titularidad. El argentino ha demostrado de esta manera que está desesperado en su búsqueda de soluciones ante la escasez de mimbres en la plantilla. Pero ésta es la cruda realidad.
Nadie que viera el arranque del Sevilla en Montilivi podía presagiar que los blancos tuvieran ni la más mínima opciones de salir como triunfadores, aunque durante un largo tramo sí llegarían a tener el control. El nivel de los sevillistas fue deplorable en los diez primeros minutos, con una defensa sencillamente impropia de la máxima categoría del fútbol español. Y no sólo por los futbolistas que habitualmente están más señalados en ese sentido, porque el principal culpable de todo era un Fernando de nuevo con la cruz de tener que jugar en el eje de la defensa.
Sampaoli había ordenado un planteamiento de salida con tres centrales, entre los que los franceses Nianzou y Badé acompañaban a Fernando en la protección más cercana a Bono, pero eso puede resultar incluso una ironía a tenor de lo que aconteció en ese arranque del litigio. Tres regalos, tres, dos de Fernando y uno de Nianzou, y el mismo número de sustos para el guardameta marroquí de los gordos.
El comienzo del Sevilla no pudo ser más deplorable con tres regalos de gol, dos de Fernando y uno de Nianzou
El Sevilla se había salvado de manera casi milagrosa en esa presentación de los hechos tan inquietante para todos los suyos y todo pudo dar un giro de 180 grados a raíz de una falta lateral magistralmente ejecutada por Rakitic. Como contra el Getafe, sólo varía el ejecutor directo del cabezazo, que en esta ocasión corresponde a un Nianzou completamente en solitario llegando desde atrás a la zona de remate.
Se han puesto los sevillistas por delante y a la vista de lo que había ocurrido en los diez primeros minutos no puede ser mejor noticia esto para los nervionenses. Ese gol debe servir para tranquilizar a todo el equipo y, efectivamente, así iba a ser en el resto del primer periodo. Es verdad que se produce algún saque de esquina que vuelve a ser defendido de forma pésima, pero los visitantes ya no padecerán tanto con las embestidas rojiblancas. Al contrario, tendrán muchas opciones de salir a la contra para aprovechar los riesgos que están corriendo los hombres de Míchel en su búsqueda del empate.
Con cero a uno hubo un tramo del primer periodo con varias opciones claras para los sevillistas, pero les faltó ambición y calidad para sentenciar
Pero al Sevilla, muy bien posicionado sobre el campo, con los laterales, Jesús Navas y Acuña, algunos metros más avanzados que los interiores, Rakitic y Óliver Torres, en un híbrido que casi los convierte más en extremos que en defensas le iba a faltar entonces un punto de ambición, tal vez también de confianza por la mala situación que padece en la tabla clasificatoria. Lo cierto es que, por una causa o por otra, ese buen posicionamiento, en el que tiene mucho que ver que Fernando ha permutado su posición con Gudelj para que el brasileño sea ahora el medio centro y robe y distribuya mucho más arriba, no se traduce en el marcador en el cero a dos. Eso les pesaría en la segunda mitad.
Al descanso se llega, pues, con ventaja de los blanquirrojos sobre los rojiblancos y eso no es un mal dato en este Sevilla tan cogidito con alfileres. No lo debería ser, al menos, porque al primer minuto de la reanudación todo se iba a volver a equilibrar. Basta con una llegada por la derecha de Toni Villa para que salten todas las costuras de una mala defensa. El veterano Stuani no puede tener más facilidades para rematar el pase lateral y todo vuelve a estar como cuando echó a rodar el balón.
Sólo un minuto de la segunda parte conservó la ventaja el Sevilla ante la incapacidad para defender de Nianzou y compañía
Este Sevilla, sin embargo, no tiene nada que ver con el equipo que dejaba pasar los minutos como si sólo pretendiera que no sucediera nada durante el juego. Su entrenador, un manojo de nervios en la banda, trata de meterle guindilla a los suyos y, además, con los escasos mimbres con los que cuenta también intenta agitar el árbol. Su decisión esta vez pasa por introducir a los argentinos Montiel y Lamela por Badé y Fernando.
Cabe suponer que los dos sustituidos lo son debido a la fatiga, pues de otra forma sería complicado de entender las elecciones, pero lo cierto es que el Sevilla quiere dar un paso adelante con una defensa de cuatro hombres y con la mayor velocidad por parte de Lamela. De esta manera se producen algunas salidas prometedoras, pero se quedan en sólo eso, en la intención de mejores cosas de las que realmente llegan a producir. El Girona, mientras, da un par de sustos en el minuto 78 con un cabezazo franco y un balón a puerta vacía que no alcanza Stuani.
Sampaoli saca del área a Rafa Mir cuando mete a Suso por Jesús Navas y aún hay menos remate en esa fase de control del balón sevillista
Sale después Suso por Jesús Navas y Sampaoli, él sabrá por qué, saca del área a Rafa Mir para llevárselo a la banda izquierda, Acuña remata mal otra falta de Rakitic, el Sevilla juega en el campo del Girona la mayor parte del tiempo, pero el rejón iba a llegar con escaso tiempo ya para reaccionar a través de un regalo de Nianzou a medias con Bono y Gudelj y la idea que impone sacarlo todo desde atrás. Nueva derrota del Sevilla, muy dolorosa, además, y si los responsables de todo esto, léase Monchi, José Castro y José María del Nido Carrasco, no son capaces de ponerles los remedios, lo mejor es que hagan el petate y dejen pase a otros dispuestos a ello. Porque ya tal vez sea tarde, pero mejor hoy que mañana.
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