El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, arma en la lucha accionarial del Sevilla
Sevilla FC
La remodelación en el mismo espacio o la planta nueva, argumentos en los discursos de Castro y Del Nido en su visita a Bormujos
Castro, en Bormujos: "Tenemos claro que no nos moveremos del Ramón Sánchez-Pizjuán"
Del Nido, en Bormujos: "Hay que reventar las estructuras y hacer otra vez el Sevilla más grande de la historia"
Cuando queda algo más de un mes para la Junta de Accionistas del próximo 29 de diciembre, las dos cabezas visibles de los dos principales grupos accionariales enfrentados en la actual guerra del Sevilla toman posiciones dialécticas. Y uno de los principales argumentos en la retórica belicista de ambos va a ser el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. El 50º aniversario de la Peña Sevillista de Bormujos motivó sendos discursos de José María del Nido y José Castro.
Habló primero el ex presidente, que además recibió el Primer Premio Peña Sevillista de Bormujos y recibió un pequeño baño de masas coincidiendo con la VIII Convivencia de las Peñas del Aljarafe. Y ayer domingo, en una jornada más íntima y reposada, el presidente replicó a su opositor. La batalla no cesa.
Si Del Nido habló de "reventar las estructuras para hacer de nuevo el Sevilla más grande de la historia", Castro dijo que no es "hombre de palabras, sino de hechos y realidades", y recordó los logros de sus nueve años de mandato: cuatro Europas Leagues, seis clasificaciones para la Champions, "algo inédito en la historia", la reedificación de la ciudad deportiva, con el Estadio Jesús Navas y las nuevas instalaciones para el primer equipo "que se terminarán al final de esta temporada".
Pero quizá el asunto estrella, al margen de pildorazos sobre la distinta forma de gestionar y de abordar los asuntos del Sevilla, del enfrentamiento entre palabras, penurias y hechos consumados, fue la distinta perspectiva sobre qué hacer con el Ramón Sánchez-Pizjuán. Se trata de un asunto que viene preocupando al aficionado y a la masa da abonados desde hace tiempo. Un tema delicado, porque unos quieren que se les arregle su estadio en el mismo sitio, que haya una visera completa contra las inclemencias del tiempo, el sol estival y la lluvia invernal, después de que, por ejemplo, la temporada pasada hubiera muchísimos partidos con lluvias torrenciales.
Y también una exigencia de los que quieren más espacio para niños y jóvenes, con un problema de aforo que el club trata de subsanar con diferentes políticas sobre las modalidades de carnés de abonados. Pocos están contentos con el Ramón Sánchez-Pizjuán tal cual está, aunque también los hay que lo consideran intocable y que lo ven perfecto tal cual está.
En su incendiario y racial discurso, que terminó con tres "viva el Sevilla", con un tono in crescendo, Del Nido abundó en la necesidad de levantar un nuevo estadio. "Creedme si os digo que haremos un nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán, lo diga el informe ese que no nos enseñan –en referencia al informe Legend– o no lo diga, que será en los próximos 50 años la casa del Sevilla Fútbol Club", dijo el máximo accionista a título particular.
Castro, conocedor del deseo de gran parte del sevillismo –también a través de la encuesta del informe Legend–, terció por la reforma del Ramón Sánchez-Pizjuán, "un estadio en el que no se le había hecho nada en los últimos 30 años, y ahí está, orgullo de los sevillistas", recalcó. Y aclaró algo sustancial: "Trabajamos para decidir qué vamos a hacer con nuestro estadio, porque un club como el Sevilla necesita un recinto moderno, con más capacidad. Y lo que sí tenemos claro es que no nos moveremos del Ramón Sánchez-Pizjuán". Promesas enfrentadas.
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