"La ilusión que trae Chicharito le quita varios años"
Sevilla FC | Entrevista a Monchi
Monchi analiza su regreso al Sevilla, la madurez en Roma, la polémica elección de Lopetegui y la filosofía de la planificación
Chicharito: "Me visualizo haciendo muchos goles"
En medio de la vorágine de un final de mercado frenético, Monchi se para para reflexionar sobre su vuelta al Sevilla, su estancia en Roma, la polémica elección de Lopetegui y una planificación que sólo ha podido rematar muy al final en una extensa entrevista para Diario de Sevilla, en la que también habla del recién llegado Chicharito, del que destaca su "ilusión" y su capacidad para "aportar gol".
–¿Cómo se encuentra Monchi en su regreso a Sevilla? Ha sido como la vuelta del hijo pródigo...
–Bueno, estoy contento, motivado, ilusionado... A estas alturas ya, al final del mercado, un poco saturado, porque ha sido un verano muy intenso, con muchísimos movimientos, con un cambio importante dentro de la plantilla. Pero si obviamos el mercado, estoy muy contento, muy satisfecho y con muchas ganas de mantener esta ilusión y esta ansia de trabajar y de hacer cosas en el Sevilla.
–Parece que, como un humanista del siglo XVI, ha terminado su formación en la Ciudad Eterna, y ha vuelto para hacer tabula rasa con la plantilla...
–No, no. Se ha escrito mucho sobre eso. Yo no he intentado sacar y quitar de en medio a todo lo que no tuviera relación conmigo. Yo he intentado analizar de una forma más objetiva, en los últimos ocho o diez partidos del campeonato pasado, verlo desde fuera, porque cuando uno no es responsable directo tienes una visibilidad mayor, más objetiva. Y esa ventaja la tuve en los meses de abril y mayo y luego he empezado a tomar decisiones en función de lo que yo he creído, sin mirar a fulanito o menganito, si estaba o no estaba conmigo. He querido hacer un equipo a imagen y semejanza de lo que tenía en mi cabeza y del entrenador que creíamos idóneo. Ha habido una revolución grande, pero el hilo conductor ha sido intentar hacer una plantilla lo más competitiva posible. Nada subjetivo ni nada extraordinario.
–Llegó en la 88-89 al Sevilla Atlético... No parece cansado.
–Cumplo treinta temporadas creo en el Sevilla. No, no estoy cansado. Hay dos momentos en mi salida. Uno es tras la final de Basilea, en la que yo planteo mi agotamiento. Y luego llega otro en el que quiero experimentar una nueva circunstancia. Quería probarme a mí mismo, salir de la zona de confort. Yo escuchaba a Bernet por el pasillo y ya sabía qué estaba pasando. Necesitaba probarme y ser capaz de crecer y salir de esa burbuja en la que llevaba muchísimos años y controlaba todo, y quería saber si era capaz de crecer en un ambiente totalmente distinto donde no fuera todo tan fácil. Ahora particularmente estoy estoy con un hambre, ansiedad e ilusión que hacía tiempo no notaba en mí, esa vorágine de querer hacer cosas, de tocar las narices a todos los departamentos para ponerlos donde yo creo que tengo que ir... Los dos años de Roma han sido difíciles, he estado solo, en un club con una capacidad de generar noticias muy grande y con una presión tremenda, yo ahora estoy estoy con un ansia, unas ganas de hacer cosas tremendas.
–¿Qué ha aprendido en Roma?
–He aprendido a tomarme las cosas con más normalidad. Cuando las cosas vayan bien, la gente se lo tomará bien, y cuando vayan mal, se lo tomarán mal. Y punto. ¿Para qué me voy a enfadar? Si me he equivocado, pues ya está, voy a intentar equivocarme menos. Tengo asumido que cuando lleguen los carnavales me dirán: "llévate el cuadro al Falla". El cuadro y mis perros, Luna y Piña, van a salir si las cosas van mal. Pero eso lo he generado yo y no puedo perder el tiempo en cosas que no puedo dominar. Yo me tengo que esforzar en mi trabajo.
–¿En qué medida influyó la guerra accionarial en su marcha?
–No, no, no. Yo nunca noté esa guerra accionarial porque todos me apoyaron. De los distintos sectores del accionariado, que me gusta más que guerra accionarial, sentí el apoyo, incluido el presidente, que me dio vía libre. Todos apoyaron mi idea de querer salir. No había ningún subterfugio ni ningún miedo, ni querer adelantarme a lo que pudiera pasar, había un profesional que había conseguido cosas importantes aquí y que necesitaba probarse y crecer. Creo que el Monchi que ha vuelto es un Monchi totalmente distinto al que se fue.
–A la hora de dejar la Roma, surgió otra gran tentativa, el Arsenal.
–Ya lo he dicho anteriormente. Cuando vi que mi etapa en la Roma se agotaba empecé a pensar. Y no era el Sevilla mi primera opción, tenía otra idea cerrada casi. Y el Sevilla aparece de casualidad, por tres llamadas, y empieza a generarse algo que no había en mi mente. Cuando tengo la idea de salir en mi lista no estaba el Sevilla.
–¿Qué proyecto le presenta José Castro y qué le presenta Monchi al Sevilla?
–La primera reunión la tengo con Pepe, José María Cruz y Jesús Arroyo, en global, encauzado por el presidente, me presentan un proyecto donde escucho muchas cosas que yo ya tenía en mi cabeza. La dirección deportiva del fútbol va por vías muy distintas a las que había cuando empecé con Pepe Alfaro y Manolito Ruiz Sosa. Yo lo que necesitaba era darme cuenta de que el Sevilla había pensado lo mismo sin hablar conmigo. Y eso es lo que encontré. Me hablaron mucho de palabras en las que yo venía trabajando.
–¿Y cuáles son las directrices?
–Las directrices son intentar volver a hacer un proyecto que cohabite en la élite, utilizando herramientas e ideas más vanguardistas que las actuales... No voy a entrar en inteligencia artificial, big data... porque eso está ya, no es novedoso. Pero sí me daban las herramientas para hacer algo distinto dentro de esa visión de ingeniería artificial y de datos que hay en el fútbol. Me daban la posibilidad de crear algo nuestro. El dato lo tiene todo el mundo, el dato es contratar una empresa que te dé los ocho millones de datos que hay en cada partido, en bruto o tratado. Y tú dices, a ver quién es el delantero qué más goles mete cuando centra el lateral derecho. Esto lo tiene todo el mundo. Nosotros estamos intentando hacer algo distinto y eso desde el primer minuto me lo transmitieron. Y era mi idea. El Sevilla del año 2003, 2004, cuando sale Roberto Alés habiendo estabilizado el club y poniendo toda la base, tiene un empujón al proyecto de José María del Nido. Y ese Sevilla, que luego tiene una continuidad con Pepe Castro, hace cosas distintas. Los éxitos no llegan por casualidad, sino por hacer cosas diferentes: tener más scouts, ir a más torneos, realizar un protocolo de pruebas distinto... Y aquella tarde hablamos que el Sevilla necesitaba hacer otra vez algo distinto, porque los demás ya empezaban a hacer lo mismo. Yo cuando empezaba me fijaba en los modelos del Oporto, del Lyon... Me imagino que la gente habrá pensado, ¿estos del Sevilla qué hacen? Ganan títulos, venden, ganan títulos, venden y ganan. El denominador común de la charla primera fue intentar hacer algo distinto.
–¿Y cómo se hace algo distinto?
–Ahí estamos, no quiero dar muchas pistas... (risas) Aligerar el proceso es la clave. Estamos intentando abarcar lo máximo posible aligerando al máximo el proceso. Cada fin de semana juegan 20.000 jugadores en ligas profesionales, vamos a intentar generar herramientas para controlar el máximo de jugadores y sacar las conclusiones lo más rápido posible, para tomar las decisiones lo más rápido posible.
–¿Salió a colación en la charla la irrupción en el accionariado de Sevillistas Unidos 2020?
–Los accionistas mayoritarios del Sevilla son gente de tradición sevillista y siempre que el Sevilla lo ha necesitado han estado ahí. Y no tengo ninguna duda de que, más allá de las decisiones que tomen, siempre lo harán pensando en el Sevilla. La familia Castro, la familia Del Nido, la familia Alés, la familia Carrión... Cuando el Sevilla los ha necesitado han estado ahí. No creo que vaya a cambiar nada.
–Cuando se fue en 2017 muchos se lo tomaron como una traición, pero ahora aparece como el mesías del Sevilla...
–Sí, me ha sorprendido la reacción de la gente con mi vuelta, porque yo también leía y veía que había mucha gente enfadada. "Está cansado y se va a la Roma" o "lleva seis meses trabajando para la Roma", cosa que es absurda, porque empecé a trabajar en la Roma el 24 de abril y terminé de trabajar en el Sevilla el 23 de abril cuando mi contrato expiró el 1 de marzo. Más allá de eso me ha sorprendido. Lo que pasa es que ahora hay que alimentar esa confianza. Sentirse tan querido y sentirse tan apoyado trae consigo más responsabilidad, que a mí no me asusta, me motiva.
–Parece que el Sevilla sin Monchi no existía, o no puede exisitir...
–Pues existía, porque sin Monchi ha llegado a una final de la Copa del Rey y ha jugado los cuartos de final de la Champions, no ha descendido dos veces. El Sevilla puede existir sin nadie de nosotros, porque el Sevilla es mucho más que todos nosotros juntos. No soy El Cid, no es que vayamos a ganar la guerra con el Cid en el caballo. Esto es trabajo. Si yo vengo y me siento a la bartola... Esto es Monchi con su equipo, con el apoyo del consejo y del club que van a intentar conseguir éxitos otra vez.
–Es fácil identificar a Monchi con el Sevilla de los títulos, como si ganar títulos se pudiera programar...
–De hecho ganar un título es difícil, te lo digo yo que es muy difícil. Pero es verdad que se han ganado muchos y de manera muy rápida. Pero si me preguntas, ¿tú objetivo es ganar un título? No, no pienso en que tengo que ganar un título. Yo pienso que el Sevilla de los títulos tuvo primero una construcción y eso es lo que vamos a intentar crear. Dar con el armazón perfecto para estar en el sitio idóneo desde el que dar el salto. Luego habrá quien vea que hubo suerte, aquel penalti que no pitaron, el gol de Palop, el de Mbia... No, aquel Sevilla estaba ahí y se trata de estar ahí. Yo lo que quiero es construir algo de lo que el sevillismo se sienta identificado. Que el sevillismo cuando vea una alineación de esta nueva época diga, "este es mi equipo".
–¿Eso cómo se traduce táctica y técnicamente?
–Quiero un equipo que tarde mucho en perder el balón y que cuando lo pierda lo recupere muy rápido. Eso es el fútbol. Puedo decir que quiero una defensa adelantada, que presionemos arriba, que los laterales se metan... ¿Qué tenía el Barcelona de Guardiola? Que cuando tenía el balón no se lo quitaba nadie, que cuando lo perdía estaba muy arriba y como estaban juntos lo recuperaban rápido y metían muchos goles.
–¿La experiencia con Sampaoli, con sus buenos resultados, reafirmó su idea anterior del fútbol?
–El Sevilla de Sampaoli dio mucho. Quizá nos faltó tiempo, porque me fui yo, porque Jorge ya estaba un poco en otra cosa... Pero ese proyecto no tenía mala pinta, quizá mejor madurado, porque fue darle la vuelta al equipo y no hubo tiempo de cocción necesario. Pero la idea era muy bonita. El Sevilla de Sampaoli también intentaba coser el equipo, jugaba muy junto, y robar rápido. En lo que tengo en la mente hay mucho de todo. Hay mucho de Unai, porque era el Sevilla más ganador, pero también hay mucho de Jorge. Pero no porque Lopetegui sea una mezcla, sino porque estamos intentado construir algo así.
–¿Cuándo se le enciende la bombilla con Lopetegui?
–Hice una lluvia de ideas en mi cabeza en el mismo sitio donde decidí lo de Juande, en mi casa de Chiclana. Me salen cuatro o cinco nombres, empecé a trabajar con mi gente en esos nombres y llegamos a la conclusión de que en esa escala la primera opción era Julen. Voy a Madrid y me reúno con Julen. En el AVE iba preparando la entrevista y muchas respuestas de Julen estaban muy por encima de mis expectativas. No hablamos de táctica, ni de sistema
–¿Hubo alguna tecla en particular que lo decidió?
–Hubo una cosa de la que me enamoré, sus ganas de trabajar, la capacidad de trabajo, y ahora veo que es más de lo que pensaba todavía, está 24 horas pensando en el fútbol. Y después es un tío que habla de cosas normales. Los dos llevábamos una presentación, pero nos pusimos a hablar durante cuatro o cinco horas. Y hablamos de sensaciones, de cómo podíamos colaborar, ayudarnos, crecer, cómo era el vestuario, la ciudad, qué gusta, qué no gusta... Y me gustó. Y no soy ajeno a esa corriente de rechazo a la filtración de que Julen va a ser entrenador y tampoco soy tan pétreo, ni tan chulo, ni tan presuntuoso para decir que a mí me da igual. Esa corriente negativa que se produce estando nosotros en Tanzania, esa continua lluvia... no digo de insultos, que también, esa lluvia negativa... no te digo que me haga dudar, pero te hace hablar con más gente para buscar... Oye, que voy a hacer esto, ponte al lado mío. Y eso lo encontré. Lo de decir me importa un pito lo que diga la gente me parece absurdo e irreal, porque en este mundo del fútbol a la gente hay que escucharla. Pero hay que tomar decisiones y sólo noté apoyo, también en el consejo. Eso me refuerza a mí y también en el mensaje a Julen, al que también le llegó la lluvia. Oye, que está lloviendo mucho pero que el primer paraguas es el mío.
–Y de repente, Chicharito Hernández... Un futbolista mediático, que puede venir de vuelta, con 31 años...
–No viene por ser un jugador mediático, viene a aportar lo que creo que ha hecho siempre en los equipos donde ha estado, el gol. 31 años es una edad aún válida para rendir, la ilusión que trae Chicharito le quita varios años.
–¿Qué rol espera que aporte?
–Creo que tenemos una combinación de atacantes que permitirá a Julen utilizar las alternativas que él crea necesario en cada momento.
–Pero, ¿es la guinda esperada?
–No soy de guindas, soy de proyectos terminados y de visión global. Y la plantilla que ha quedado creo que puede competir por los objetivos deseados.
–¿Por eso el cambio en la portería? ¿Mejora Bono a Sergio Rico?
–Sergio es un gran portero y por ello va a un gran equipo. Bono tiene experiencia tanto internacional como conocimiento del campeonato y eso era lo que buscábamos con el tiempo de reacción que teníamos.
–Cerrada ya la planificación prácticamente, ¿qué porcentaje de satisfacción tiene?
–Pregunta complicada. La satisfacción completa no existe. Posiblemente lo que tenía en mi cabeza era demasiado agresivo y con demasiado riesgo de poder llevarse a cabo al cien por cien. Posiblemente pensé que todo iba a ser más factible. Estoy muy contento, posiblemente estoy más contento de lo que podía pensar cuando miro atrás, y no voy a decir la palabra cuadro porque maldita hora en la que dije lo del cuadro, porque pensé voy a hacer esto, esto, esto y esto. Y digo, esto es imposible, pero lo voy a intentar. Ahora bien, mirando para atrás estoy muy contento pero no es lo que yo quería hacer al cien por cien. Estoy muy contento, muy orgulloso del trabajo de mi gente, del apoyo del consejo, pero posiblemente no tanto conmigo mismo. Lo que falta es por mi culpa. Yo tendría que haber generado el escenario económico para haber hecho más cosas. Tengo mucha capacidad de autocrítica y el responsable soy yo.
–¿Es responsable de que no haya habido salidas más fructíferas económicamente?
–Cuando uno planifica tienes dos posibilidades, primero intentar salir de los jugadores con los que no cuentas y en esos espacios buscar los nuevos, o al revés. Voy a planificar y voy a ser honesto, y el 8 de junio todos sabían la idea mía y del entrenador, y digo, tiro para adelante y hago mi plantilla. Es un entrenador nuevo, son muchos nuevos los que van a venir, y preferí tener en un 90% la plantilla terminada y luego ir al mercado a pelearme con los que deben salir. Tengo mis dudas de que si lo hubiera hecho al revés habría conseguido vender jugadores en mejores circunstancias. Pero la responsabilidad es mía, por no haber generado la situación económica ideal para afrontar algo más. El consejo me ha dado mucho más de lo que podía darme.Ha habido dos buenas ventas, por más dineros de sus cláusulas. Pero me ha faltado generar otras buenas ventas o recortar algún gasto.
–¿Ben Yedder habría tenido sitio en el 4-3-3 de Lopetegui?
–Sí, sí. Ben Yedder siempre tiene sitio. Tendría que haber cambiado un poco su mentalidad defensiva. En este sistema el delantero es muy exigido en cuanto a sacrificio.
–¿Hasta cuándo va a ser De Jong foco del debate? No convence a la afición, al margen de la ausencia de Dabbur.
–De Jong está haciendo un trabajo muy importante. Es verdad que los delanteros se justifican o se juzgan por los goles. Pero para nosotros De Jong, por cómo está estructurado el equipo, es muy importante. Debate... El sevillismo sabemos cómo es.
–¿Y ese rol no lo puede desempeñar Dabbur?
–Es distinto, Dabbur te da otras cosas. No todos los partidos vamos a ser dominadores. Habrá otros en los que haya un repliegue más amplio y en ese repliegue a De Jong con más distancias le puede costar y ahí puede aparecer Dabbur. Son distintos, que pueden jugar juntos, aunque el 4-4-2 sólo lo va a utilizar en momentos de desesperación o de cambio. Y también está Munir, que es un falso nueve que nos puede dar.
–Con Dabbur ha habido otra lluvia de comentarios...
–He leído de todo con Dabbur. Que si no lo traje yo, que si.... No recuerdo lo que se decía de Bacca cuando se fue Negredo y perdimos 1-3 con el Atlético de Madrid el primer partido en casa. En el fútbol la paciencia no existe. Con Dabbur no pasa más que el míster cree que hay otros jugadores por delante ahora mismo. El míster utilizó una metáfora muy bonita. Dabbur lo que tiene que estar es preparado para cuando suene el despertador. Igual que Rony, Bryan... No hay nada subejtivo. Si mete un gol Munir, por decir uno que estaba antes de mi vuelta, Jesús Navas o De Jong lo canto igual.
–Pero, ¿hubo ofertas que le hicieron plantearse la venta de Dabbur?
–Todo lo que ha llegado de ofertas es por lo que se ha generado de dudas, no porque yo lo haya puesto en el mercado. No lo ven convocado y llaman a ver qué pasa. Dabbur no ha salido, primero porque no era el objetivo y segundo porque el jugador no ha venido a decir que se quiere ir, el chaval quiere darle la vuelta a la situación.
–¿Ha notado recelo en Caparrós por la cantidad de cambios respecto a su plantilla?
–No, no. Los primeros mensajes que recibí con la enhorabuena tras las dos primeras victorias fueron de Joaquín. Y cuando nos hemos visto aquí me ha dicho: "Qué me gusta el equipo". Tenemos que sacar de él su experiencia y su capacidad. Nos va a generar cantidad y calidad de trabajo. Va a intentar personificar al máximo el crecimiento de los jugadores, que era otra de las ideas que yo traía.
–Otro foco de debate, Jesús Navas, único lateral derecho específico. ¿Tanto confía en Pozo ahí?
–Confío mucho en Jesús Navas, porque tiene 46 partidos de media. A mí Alejandro me ha sorprendido gratamente. El primer día que me dijo el míster que se estaba pensando poner a Pozo de lateral... me dejó un poquito así. Pero después me descifra las características de Pozo y te fijas y, ¿por qué no? Y luego tenemos a Koundé, que puntualmente lo puede hacer. Koundé tiene un potencial tremendo. Sergio Ramos ha jugado de central y de lateral. Y en el lateral, cuando no juegue Jesús, va a jugar Pozo, aunque hay registros en los que tiene que ir mejorando.
–Es una respuesta a los que critican que el Sevilla apuesta de mentira en la cantera...
–Sí. Y Bryan. Y Javi Díaz. Pero hacer las cosas por obligación nunca me ha gustado. Tenemos que tener jugadores de cantera que sean buenos. Ante el Yeclano jugaron por primera vez en el Sevilla Atlético dos juveniles de 16 años, Juanlu y Carlos Álvarez. Pero no tiene que haber un número fijo de canteranos. Hoy la lista UEFA no es un problema, y siempre ha habido ahí un problema. Aspiramos a eso, pero no por obligación.
–Sí es una realidad el giro positivo en el centro del campo...
–El año pasado hubo un centro del campo que, por muchas circunstancias –lesión de Gonalons, llegó tarde Rog, Amadou tuvo problemas–, no cuajó y Banega tuvo que jugar en todos los roles, y ahí sí veíamos que algo teníamos que cambiar y es donde hemos hecho más movimientos intentando tener una variedad de posibilidades. La versatilidad de los jugadores para mí es muy importante. Con Fernando, Joan, Gudelj y Óliver, más Banega y Franco Vázquez, tenemos seis jugadores para distintas combinaciones. Y a eso aspiraba. Creo que nos ha salido un centro del campo muy curioso.
–¿Ha sido el giro hacia una plantilla más física lo que más ha condicionado la planificación?
–Todos los analistas, periodistas, sevillistas, aficionados y la gente de fútbol estábamos de acuerdo en que al equipo del año pasado le faltaba físico, eso nadie lo podía esconder. Hemos intentado darle ese contenido físico que el equipo yo creo que necesitaba. Pero sin olvidar que el fútbol se juega con balón. Fernando es físico, sí, pero tiene balón. Joan, igual. Ocampos... No hemos querido solamente cargar el déficit anterior en el aspecto físico, sino que hemos buscado un equipo que tuviera ambos componentes. Yo siempre he intentado buscar ese componente mixto de físico con tener el balón y tener la capacidad de generar fútbol con el balón. Y es lo que hemos dibujado.
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