De cómo no se negocia en el mundo del fútbol
Sevilla FC
El Sevilla recurre otra vez a Víctor Orta como sustituto de Monchi tras el “no” de Braulio y Cobeño y tantear a Quique Cárcel
El comité de dirección que lidera Castro da la sensación de no tener nada clara la hoja de ruta
Cobeño, otro intento en un casting a la desesperada
Quque Cárcel (Girona), otro nombre vinculado a la dirección deportiva del Sevilla
A 20 de junio, sólo diez días antes de que se abra oficialmente el mercado de fichajes, el Sevilla sigue sin director deportivo. Este lunes prometía ser un día importante en el avance de la planificación con la respuesta que se esperaba de Braulio Vázquez, pero el técnico gallego, que lleva seis temporadas en el Osasuna, decidió seguir en El Sadar y rechazar la oferta del Sevilla para sustituir a Monchi. Y no fue la única negativa, puesto que la segunda opción, David Cobeño (Rayo Vallecano) también dijo “no”, por lo que, tras tantear incluso a Quique Cárcel, del Girona, Castro y Del Nido Carrasco volvieron a hablar con Víctor Orta, que estaba a la espera y que ha visto cómo el Sevilla se ha arrastrado por media Liga Santander en busca de director deportivo para acabar volviéndolo a llamar a él. Se espera que hoy se cierre todo.
Braulio fue el primer protagonista de un día esperpéntico ejemplo de cómo no se debe negociar en el fútbol. El gallego dijo que no a la oferta sevillista tras mantener reuniones con el entrenador del Osasuna, Jagoba Arrasate, y con el presidente, Luis Zabalza, en las que ambos estuvieron muy cerca del técnico en la toma de decisiones. Según Diario de Navarra, Arrasate jugó un papel muy importante, ya que le une con Braulio una relación especial. El primer elegido por los gestores del Sevilla tenía una propuesta para estar tres años como director deportivo en Nervión con un sueldo, lógicamente, mayor que el que percibe en Pamplona.
Después, Castro y sus colaboradores en el comité ejecutivo se centraron en la segunda opción, tirando por otro camino sin dar la sensación de tener una hoja de ruta clara. A la desesperada buscando cómo rellenar el hueco dejado por Monchi mientras el sevillismo se preguntaba las razones por las que los actuales dirigentes eran incapaces de convencer a un trabajador de un club como el Osasuna y de atraerlo a un proyecto de Champions y con uno de los mayores presupuestos de Primera, salían a la luz (lógicamente mediante filtraciones) nuevos candidatos.
En este caso, nada más saberse la negativa de Braulio cobraba fuerza entre la opinión de algunos de los responsables del consejo el nombre de David Cobeño, ex guardameta que perteneció al Sevilla y que ha sido el encargado de la dirección deportiva del Rayo Vallecano. Y horas más tarde, según Relevo, Quique Cárcel (Girona), surgía como otra alternativa contemplada en el Sánchez-Pizjuán.
Lógicamente, con contratos en vigor estas opciones también entrañaban sus dificultades, incluida cláusulas de penalización, algo habitual en estos casos y mucho más en la época en la que estamos, en la que los departamentos de fútbol de todos los clubes están en plena vorágine de fichajes y renovaciones y difícilmente puede el Sevilla a optar a un profesional con contrato. La de Cobeño es de 500.000 euros y el Sevilla ofrecía 400.000. Todo retransmitido al minuto a través de filtraciones claramente interesadas. El madrileño también decía que no ante la negativa del Rayo a la oferta.
Así que tras tantear a Quique Cárcel, otro con contrato en vigor en el Girona y un proyecto detrás como el Manchester City y Pere Guardiola, el Sevilla viraba de nuevo a la opción inicial, un Víctor Orta, que, como Fernando Navarro y Emilio de Dios (que deben seguir en el club aunque habrá que ver si ellos deciden continuar en estas condiciones y dependiendo de con qué rol), comprueban cómo el Sevilla lo ha intentado previamente con un puñado de nombres no valorando adecuadamente su trabajo. Mal asunto. Y lo peor, la sensación de improvisación que desgrana la gestión de un tema que –reconocido por el propio presidente– les ha pillado por sorpresa a pesar de las señales de aviso que estaba dando Monchi.
Hoy Orta debe ser el nuevo director deportivo por tres temporadas, puesto que está todo más o menos encaminado. Pero, ¡madre mía!, así no son las cosas.
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