Derrota muy honrosa ante el líder
Desde mi córner
El Sevilla se hizo con el balón y el Atleti con los puntos para consolidar su candidatura a la Liga
Sacando de esquina una docena de veces, Oblak apenas hubo de emplearse. Sólo un tiro a quemarropa de En-Nesyri que él abortó fue el trabajo del portero esloveno, lo que evidencia que las largas posesiones apenas garantizan algo. El Atleti, que defiende como nadie, se bastó de dos zarpazos para que su candidatura sea cada vez más consistente en aras a ganar la Liga. Fue ante un Sevilla que tuvo la pelota, pero sin pasar del amago.
Indudablemente estamos ante un pleito de fuerzas semejantes; si no iguales, sí muy parecidas. Dos equipos que saben perfectamente a qué juegan y que tienen en su abecedario el cuido del área propia. Y desde el arranque, el balón es del Sevilla mediante una presión agobiante, pero lo cierto es que quien ha rentabilizado su juego es el Atleti gracias a un gol del avispado Correa con un disparo que coge a Bono pensando en otra cosa cuando se ha superado el cuarto de hora.
Es un pulso que puede quedar resuelto si Bono no corrige su actuación ganándole un mano a mano a Luis Suárez. Todo lo hace bien el Sevilla hasta esa frontera inexpugnable que el Atleti planta en su línea de tres cuartos. Ahí acaba toda la feraz producción sevillista, pero cuando se llega al intermedio nadie duda de que a aquello le queda mucha historia, que no está todo el pescado vendido y que tiene el Sevilla mucho que decir. Todo sea dicho con permiso del coriáceo Atleti.
Y lo que tiene que decir el Sevilla es un más de lo mismo, con el balón siempre en su poder, pero estrellándose en esa Línea Maginot que la tropa del Cholo levanta a veinte metros de Oblak. Los saques de esquina se suceden, pero sólo uno y cuando Saúl ya ha puesto aquello imposible causa peligro. Todo se había consumado con aquel gol de Correa y si el partido se alarga, quizá nada habría cambiado. Derrota honrosa, pero eso es nada para quienes son tan exigentes.
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