El Osasuna B es más que este Sevilla (2-3)

Sevilla-Osasuna | La crónica

Los sevillistas, con Fernando ya de medio centro, fueron capaces de reponerse a una primera mitad en la que pudieron acabar perdiendo por 0-4

En el mejor momento, tras los golazos de Gudelj y En-Nesyri, Sampaoli hizo dos cambios que fueron letales y el resultado fue una grave derrota

El partido, minuto a minuto

Acuña se lamenta mientras Osasuna festeja uno de sus goles.
Acuña se lamenta mientras Osasuna festeja uno de sus goles. / Juan Carlos Muñoz

Importante paso atrás para un Sevilla que vuelve a acercarse peligrosamente a los avernos de la tabla clasificatoria. El conjunto nervionense cayó ante un Osasuna B sencillamente porque se empeñó en pegarse tiros en el pie y ni siquiera fue capaz de aprovechar los buenos momentos que llegó a tener después de una primera mitad lamentable. El equipo de Jorge Sampaoli debió irse al intermedio con un 0-3 o un 0-4 en el marcador, pero después se llegó a reponer dos veces a los golpes, aunque entonces careció de la serenidad suficiente y un error de Bono y otro del propio entrenador en unas sustituciones paranoicas lo condenaron de forma definitiva.

Si a eso se le suma la confección de una plantilla que perfectamente la pudo diseñar el principal de los enemigos del Sevilla Fútbol Club en lugar del siempre bien reconocido Monchi, el resultado es que el Sevilla va a estar metido hasta el final en la pelea por evitar una catástrofe aún mayor. No hay más, sobre todo si se empeña en perder cuando ha sido capaz de sobreponerse a un juego impropio de la Primera División e incluso es capaz de anotar dos golazos como los de Gudelj y En-Nesyri.

Entonces faltó serenidad, ver las cosas con perspectiva y no deshacer al equipo precisamente cuando mejor estaba funcionando. No había más que ver la cara de Jesús Navas negando cuando ya estaba en el banquillo, buscando explicaciones a que lo sacaran del césped cuando estaba entrando una y otra vez en su asociación con Suso. También la salida de Fernando fue clave, porque su sustituto, Alex Telles, no fue capaz de ganar el balón aéreo a Ibáñez que es el origen del 2-3.

Son las cosas que se suman una detrás de otra, también la parada de Aitor Fernández al propio Alex Telles que ni siquiera era considerada saque de esquina, para que el enfermo se acerque de nuevo a una patología grave y que sea una evidencia que este Sevilla va a sufrir de lo lindo de aquí al final de la temporada. No sólo perdió contra un Osasuna cargado de suplentes, también protagonizó un primer periodo que fue un verdadero escarnio para los suyos.

Primer tiempo deplorable

En-Nesyri supera a Aridane y Diego Moreno en su gran jugada del 2-2.
En-Nesyri supera a Aridane y Diego Moreno en su gran jugada del 2-2. / Juan Carlos Muñoz

Porque ese acto inicial del Sevilla iba a ser sencillamente deplorable, imposible de defender desde todos los puntos de vista posibles a la hora del análisis de un partido de fútbol. Sin actitud, sin profundidad, sin ideas, sin intensidad, sin nada de nada, lo único positivo fue que la diosa Fortuna lo llevara hasta el intermedio sólo con un cero a uno en contra y que le dejara abierta la puerta a la remontada. Porque lo normal hubiera sido un cero a tres o un cero a cuatro favorable a los navarros a tenor de los argumentos futbolísticos puestos por unos y por otros.

Desastre

El Sevilla, entre la pésima confección de su plantilla y también los errores de su entrenador, se empeñó en caer contra el Osasuna

De nada le iba a servir a la escuadra de Sampaoli que el Osasuna partiera con siete futbolistas que no suelen ser habituales en las alineaciones preferidas por Jagoba Arrasate. Sólo David García, Moncayola, Juan Cruz y tal vez Brasanac pertenecen a los equipos titulares del cuadro rojillo, lo que, en teoría, debería haber sido una pequeña ventaja para un Sevilla que, eso sí, partía con el debe del esfuerzo del pasado jueves en Eindhoven contra el PSV.

Eso, evidentemente, también es un factor trascendente en una plantilla tan cogida con alfileres, en un grupo de futbolistas que ni siquiera puede jugar con dos centrales de los tres que elige su entrenador porque, por ejemplo, uno de sus integrantes se marchó para Santa Cruz de Tenerife para jugar allí menos que aquí. Y no es que Kike Salas hubiera sido hasta ahora la reencarnación de Diego Carlos en este Sevilla, pero, sin duda, era un especialista en la posición, sobre todo en una línea de tres que premia a los híbridos entre centrales y laterales.

Horror

En la primera mitad los blancos tuvieron un desempeño espantoso y ya debieron tener el partido absolutamente perdido al descanso

Pues no, Fernando siguió siendo uno de los tres zagueros y es la mejor ilustración de aquello de desvestir a un santo para vestir a otro. Uno de los mejores jugadores de este Sevilla, si lo sitúan en su sitio, se devalúa de manera considerable por situarlo en un lugar en el sencillamente no puede rendir. Y ahí está la opción que le dio a Kike Barja (28’) o incluso en el gol anulado al mismo jugador. Cabe insistir en que es algo parecido a si Messi jugara de portero porque no hay otro, pero son las cosas de este engendro tan mal planificado en el curso 2022-23 por quienes siempre se refieren a la entidad como la organización, léase Monchi, José Castro, José María del Nido Carrasco por ponerles sus nombres y apellidos y siempre bajo el orden que se prefiera para cada lector.

Fernando, medio centro

Todo eso se iba a corroborar tras el intermedio, cuando Fernando ya sí fue medio centro y cuando Acuña y Suso sustituyeron a Lamela, a un Lamela imposible de defender, y a Rakitic. El Sevilla, después de que Sampaoli apelara a Bryan Gil como carrilero zurdo y a Lamela, tal vez lo más diferente, entre los apoyos arriba de En-Nesyri, fue mucho más coherente con cuatro atrás y el veterano medio centro brasileño por delante. No en vano, la segunda mitad fue muy diferente y las opciones más claras ya serían para los locales, aunque éstos acabarían haciéndose el hara-kiri por sus propios errores.

Variación

Los cambios en el intermedio y, sobre todo, la subida de Fernando al medio centro equilibró las cosas y el Sevilla marcó dos golazos

Aitor Fernández le hizo el primer paradón a bocajarro en un cabezazo a En-Nesyri (48’) y después llegaría un disparo del propio marroquí al poste (70’) que tal vez el VAR hubiera validado, aunque después del gol anulado a Kike Barja (22’) tampoco sea seguro ya nada en ese sentido. Lo cierto es que antes de ese poste de En-Nesyri llegaría el clamoroso error de Bono para que Fernando se marcara el 1-2 en propia meta (67’) y después el golazo del delantero marroquí del Sevilla en el minuto 78.

Tiro en el pie

Estaba ya el duelo y el juego igualados, en el mejor momento de los sevillistas, cuando Sampaoli hizo dos cambios que le pesaron

Todo estaba muy equilibrado entonces y, por primera vez, parecía posible que los tres puntos se hubieran quedado en casa, pero no. Sampaoli intentó inventar desde el banquillo y el castigo del Osasuna fue letal. Un medio centro cansado le gana el duelo al ‘central’ Alex Telles y la ruina fue total para los sevillistas. Abde lo aprovechó ante la falta de velocidad de Nianzou y metió el rejonazo definitivo. Entre la confección de la plantilla y los fallos en las decisiones del banquillo, el caso es que el Osasuna B fue más que este Sevilla. El enfermo, pues, vuelve a agravar sus patologías y el panorama no puede ser más oscuro.

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