PSV Eindhoven-Sevilla: El riesgo de dejar vivo un partido (2-0)

El Sevilla afea su pase a los octavos de final de la Liga Europa después de un partido serio en el que no afiló sus ataques cuando debió y terminó sufriendo

La entrada de Fabio Silva y un espontáneo que agredió a Dmitrovic enrarecieron el final

Así contamos el partido en directo

De Jong gana un balón aéreo ante Alex Telles.
De Jong gana un balón aéreo ante Alex Telles. / Olaf Kraak / Efe

Al Sevilla estuvieron a punto de faltarle al respeto en su Meca particular. El Philips Stadion de Eindhoven vibró con los goles del PSV en un final alocado de partido en el que el Sevilla terminó sufriendo pese a su ventaja de 3-0 de la ida. Pero cuando pudo no atemperó con goles al rival, aunque por muchas fases sí lo hizo con el balón y por juego, y el riesgo de que el equipo neerlandés sacudiera el encuentro llevó a ese sufrimiento a raíz del gol del ex sevillista De Jong y, ya en el 95, de Fabio Silva.

El portugués cambió la dinámica de un partido que, traspasada la hora de juego, parecía controlado por el equipo de Sampaoli. Pero esa falta de pegada, pese a las ocasiones de En-Nesyri y Rakitic aún con cero a cero, lo llevó a la incertidumbre y a pedir la hora para evitar una indecorosa prórroga.

¡Un espontáneo agrede a Dmitrovic!

Hay que apuntar desde ya que en ese alocado final influyó bastante la irrupción de un espontáneo en el área del Sevilla y su agresión a Dmitrovic, una circunstancia que, ya en el minuto 92, aceleró los pulsos en un Sevilla que ya perdía por 1-0 y sufría las acometidas frenéticas del PSV en busca de la proeza imposible. Pero ya en el minuto 91, justo antes, el propio meta serbio –sustituto de última hora del indispuesto Bono– sacó una templada mano ante Bakayoko. El cántaro había ido demasiadas veces a la fuente desde aquel balón colgado que no despejaron ni Nianzou ni Fernando y que De Jong convirtió en el primer tanto del partido (1-0, 77’). Y Fabio Silva hizo el 2-0 en otro balón colgado que ganó él mismo. Era ya tarde...

Dmitrovic rechaza el ataque del espontáneo que saltó en el minuto 92.
Dmitrovic rechaza el ataque del espontáneo que saltó en el minuto 92. / Olaf Kraak / Efe

Hubo dos partidos en uno. La salida de Fabio Silva en el minuto 62 junto con Mauro Júnior, los dos únicos cambios del PSV, fue el maná que estaba esperando la hinchada local, que antes apenas había tenido ocasión de amedrentar a los sevillistas. El plan de partido calmo, sin sobresaltos, de Sampaoli estaba saliendo a la perfección, aunque le faltó lo que le viene faltando a este equipo a domicilio, más presencia de verdad en el área. Aun así, las estadísticas son reveladoras: el PSV no sacó su primer córner hasta el minuto 55 y el Sevilla, en cambio, botó hasta siete en total, si bien casi siempre optó por seguir el guión planteado, en corto, como masticándolo todo mucho para no provocar la ira de un rival que respetaba al hexacampeón del torneo.

Atemperar la salida local

La lógica efervescencia inicial de un PSV espoleado por el fervor de su grada duró aproximadamente 10 minutos, después de un primer aviso con centro de Bakayoko y despeje de Nianzou ante De Jong que avivó el ambiente (minuto 3). El propio Nianzou, arriesgando con un túnel a Xavi Simons en los tres cuartos, propició el primer ataque continuado de un Sevilla que hasta ese minuto 11 no había podido hilar salidas con criterio. Joan Jordán y Rakitic sufrían ante la presión de los mediocampistas neerlandeses y el estado irregular del césped y la ligereza del balón de la Liga Europa, muy vivo, coadyuvaban a esa discontinuidad y a la ida y vuelta en terrenos de nadie, con roces y faltas continuas que podían caer para un lado u otro, según el criterio de Orsato.

El fiel de la balanza del partido en ese tramo inicial temblaba en cada fricción, en cada roce de los atacantes del PSV hostigando a los tres centrales del Sevilla para impedirles una conexión limpia con los vigilados centrocampistas sevillistas. En esos momentos era la banda derecha el mejor asidero del Sevilla para sacudirse la presión, con Óliver Torres apareciendo hacia dentro para desahogar o apoyándose por fuera en Jesús Navas, aunque en pocas ocasiones las intentonas sevillistas llegaban a buen puerto. Salvo en una falta que provocó Rakitic y que lanzó Alex Telles por encima de la barrera primero y lamiendo el techo de la red luego (14’). Terminaría siendo ésta la mejor ocasión de toda la primera mitad. El Sevilla tenía aquello amarrado.

El plan del control

A raíz de esos momentos, el Sevilla encontró la forma de apaciguar las acometidas locales. Arriesgando a veces en las combinaciones retrasadas hasta encontrar al hombre adelantado en mejores condiciones de controlar y darse la vuelta. Pero el PSV seguía vivo y en el minuto 24 Dmitrovic contribuyó a la incertidumbre al salir por un balón centrado de Bakayoko que dejó caer en el área y que Simons logró rematar con un extraño taconazo alto.

Fue un susto en medio de esa fase de dominio sevillista, que tuvo otro receso en la amarilla a Acuña por retrasar un saque de banda tras protestar el lanzamiento de una botella y un vaso de plástico. Eso enardeció de nuevo al PSV, pero apareció Bryan Gil desde la izquierda con un par de buenas incursiones que propiciaron varios sustos a la zaga local. No terminó ningún ataque, pero dio un par de avisos en los que tiró de habilidad y velocidad para sacar un par de córneres, entre los minutos 41 y 43.

De Jong avisa y Rakitc, al larguero

Con el partido más volcado hacia el área del PSV, otro centro a De Jong en el minuto 45, que sí cazó limpio pero forzado esta vez, el ex sevillista recordó que el peligro latente del PSV de ese recurso de buscar a su torre para una segunda jugada seguía ahí. Aunque Van Nistelrooy tardó demasiado en verlo y el Sevilla también supo contrarrestarlo casi siempre.

En-Nesyri pudo abrir el marcador nada más reanudarse el partido tras el descanso. Recibió un bran balón interior de Bryan Gil y a su zurdazo respondió con un paradón Benítez (48’). Acuña se refrenó en un ataque prometedor en el que no partió en fuera de juego, no se sabe por qué (54’). El Sevilla seguía su plan sin pisar a fondo y Rakitic, en un buen ataque continuado con balón atrás de Bryan Gil, disparó al larguero (67’). Era el momento de apuntillar. Y de pronto, por la vía de Fabio Silva, el PSV entendió que debía apretar de veras y que el recurso del balón al área estaba ahí. Los cambios también atornillaron al Sevilla, que ya sin Bryan ni En-Nesyri no salía, y el gol de De Jong terminó de darle otro color a aquello. El Sevilla salió vivo pese al feo 2-0, y ahora debe pensar en por qué no amarra los partidos a domicilio. Otra historia habría sido si el PSV hubiera marcado el tercero tras el episodio del espontáneo... Ahí sí que habría habido lío.

Ficha técnica

PSV Eindhoven: Benítez; Mwene, Ramalho, Branthwaite, Van Aanholt (Mauro Júnior, 62'); Til, Veerman, Érick Gutiérrez (Fabio Silva, 62); Bakayoko, Xavi Simons y Luuk De Jong.

Sevilla: Dmitrovic; Jesús Navas (Montiel, 80'), Nianzou, Fernando, Alex Telles, Acuña; Rakitic, Joan Jordán, Óliver Torres (Suso, 69'), Bryan Gil (Rafa Mir, 86'); y En-Nesyri (Ocampos, 69').

Goles: 1-0 (77') De Jong. 2-0 (95') Fabio Silva.

Árbitro: Daniele Orsato (italiano). Amonestó a Acuña (33'), Acuña (33’), Nianzou (79’), Dmitrovic (82’), Mwene (84’), Rafa Mir (92’), Simmons (96’). Expulsó al preparador físico del Sevilla, Pablo Fernández (96’).

Incidencias: Partido de vuelta de los play off de la Liga Europa, disputado en el Philips Stadion. Un espontáneo saltó en el minuto 92 y agredió a Dmitrovic, que, muy templado, tuvo que reducirlo.

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