La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Granada - Sevilla | La crónica
Reconciliación del Sevilla con el triunfo después de un montón de meses, concretamente desde finales de septiembre, cuando goleó también al Almería, y será una casualidad, o no, pero éste tuvo que llegar en el estreno de Quique Sánchez Flores en el banquillo nervionense. La goleada contra el Granada en el Nuevo Los Cármenes fue contundente y, sobre todo, repleta de solvencia durante los 96 minutos que se jugaron sobre el magnífico césped del estadio granadinista.
El Sevilla no sólo goleó, que siempre es importante por mucho que enfrente estuviera una caricatura de equipo como lo fue este Granada, también se manejó siempre con autoridad, con algunos cambios trascendentes a la hora de poder vaticinar una mejoría que deberá ser corroborada con el paso de las nuevas citas que llegarán a partir de ahora. Y, para empezar, la más importante de todas es que los visitantes trasladaron el balón con celeridad, con la intención de hacerle daño al adversario sin asegurar una posesión intrascendente.
Tampoco se sabe si será una casualidad, o no, pero entre los ausentes en este debut de Quique en el banquillo sevillista estaba Ivan Rakitic, el capitán del equipo y un futbolista que ralentiza bastante el juego en la actualidad debido a que no tiene nada que ver con el que salía en una entrevista previa a este Granada-Sevilla. Entonces, estaba recién llegado desde el Schalke 04 y su físico no tiene nada que ver con el actual. Es obvio, les ocurre a todos los seres humanos cuando van envejeciendo. Ahora, sin él, el Sevilla lleva dos de sus tres triunfos ligueros del curso, el otro fue ante el Almería. Otra casualidad, o no.
Quique Flores no tocó muchas piezas, pues jugaron nueve de los once titulares ante el Getafe, pero la idea sí varió considerablemente
El cuadro nervionense, sin Rakitic y con Óliver Torres viendo el fútbol de cara, donde es infinitamente mejor, tuvo una marcha más de velocidad en todo momento y de eso se aprovecharon también tanto En-Nesyri como Ocampos, los dos delanteros, acompañados por las subidas por los costados de Juanlu y Pedrosa. Encima estaba Suso para lanzarlos a todos y el gaditano también ayudó bastante en ese sentido, además de poner balones tensos en todas las acciones a balón parado. Una de ellas se convirtió en el gol definitivo, el cabezazo de Sergio Ramos en el minuto 49 que dejó un segundo periodo entero con mucho relax por primera vez en mucho tiempo.
Era el colofón para el buen Sevilla que se había visto durante el primer periodo. Porque los azules, negros o comoquiera que sea esa camiseta, iban a tener un comportamiento diametralmente diferente desde el primer minuto de juego de esta era con Quique Flores en el banquillo. Nada de toquetear el balón sin avanzar metros con él, la idea era jugar con velocidad, transportarlo hacia Suso o hacia algunos de los dos medios centro que se incorporaran, unas veces Soumaré, el que más, otras Óliver Torres. De esta manera los visitantes perseguían que se produjeran superioridades con las incorporaciones de los dos carrileros, Juanlu y Pedrosa, y también con la permanencia permanente arriba de Ocampos y En-Nesyri, lo que incrementaba de forma indudable el número de piezas alrededor del área del Granada.
El Sevilla apostó por salir rápido al ataque y así llegó el gol de Pedrosa; también por robar el balón arriba y eso propició el 0-2
Quique Flores había mantenido, eso sí, el último dibujo de su antecesor en el cargo, Diego Alonso, dado que partía con tres centrales y dos carrileros, es decir, cinco defensas o cinco centrocampistas, dependiendo de que tocara defender o atacar. Respecto a la alineación inicial del pasado sábado contra el Getafe sólo variaban dos futbolistas. Óliver Torres hacía de Rakitic y Suso entraba en el lugar de Sow. Un sancionado y un lesionado, pero a la hora de la verdad sí iba a ser muy diferente el estilo de fútbol.
Para empezar, porque las bandas sólo eran ocupadas por los dos carrileros para permitir que los centrocampistas estuvieran mucho más cerca por el medio y también los dos delanteros tenían unas misiones muy específicas tanto en la presión a la pareja de zagueros granadinistas como en la ayuda para tapar la vía del pase al medio centro. Eso les creó muchos problemas a los locales y fue, por ejemplo, el origen del segundo gol de Ocampos (32'), ya que la presión escalonada provocó el regalo del joven Torrente a En-Nesyri.
Además, Quique Flores también les pedía a sus defensas que dieran un paso adelante para colaborar en las hostilidades a la salida del balón del rival. Los metros de distancia entre los delanteros y los futbolistas más retrasados se reducían de manera considerable, mucho más parecido en este sentido a la época de José Luis Mendilibar como entrenador.
Otra cuestión importante no tiene nada que ver tanto con el posicionamiento como con el acierto en los disparos a puerta, aunque también para ello haya que contar con la precisión de Suso y también con la velocidad en la transición del balón que no tenía que ver, para nada, con el toque premioso del ausente Rakitic. En la primera llegada de los forasteros se producía el disparo de Pedrosa que tocaba en Ricard y se iba para dentro, aunque parecía que En-Nesyri también podía haber logrado el remate. En la segunda acción de peligro también se fue para dentro el tremendo disparo de Ocampos tras esa recuperación de En-Nesyri. Cero a dos antes del intermedio y también pudo llegar un tercero en otra salida de Pedrosa con un disparo con la derecha que se estrelló de forma violenta en la escuadra de la portería defendida por el portugués Andrés Ferreira.
Sergio Ramos remató la faena en una jugada a balón parado, lo que dio paso a una plácida segunda mitad para los visitantes
Pudo haber sido la sentencia justo antes del descanso (47'), pero tampoco tardaría mucho en llegar después de ese intermedio. La rubricó Sergio Ramos (49') con un perfecto testarazo en el no menos brillante centro de Suso en una falta lateral. El Sevilla tenía un colchón de tres goles y supo defender con criterio. Sólo Antonio Puertas pudo reducir las distancias (63'), pero Dmitrovic le hizo un paradón con los pies.
No se sabe si esto será el primer paso para la redención, como apunta el propio Quique en su presentación, pero lo que sí es seguro es que el equipo tuvo una cara muchísimo mejor y que hasta la suerte, siempre esquiva con Diego Alonso, pasó de mala a buena. Mucho mejor así y que se prolongue en el tiempo, por supuesto.
0 Granada CF: André Ferreira; Ricard, Ignasi Miquel, Torrente, Carlos Neva (Carreras, 64'); Sergio Ruiz (Petrovic, 64'), Gumbau, Gonzalo Villar (Urzuni 46’), Antonio Puertas (Callejón, 78'), Bryan Zaragoza y Lucas Boyé.
3 Sevilla FC: Dmitrovic; Juanlu, Gudelj, Sergio Ramos, Kike Salas, Pedrosa; Soumaré (Marcao, 87'), Óliver Torres, Suso (Manu Bueno, 71'); Ocampos (Rafa Mir, 71') y En-Nesyri (Januzaj, 81').
Goles: 0-1 (23') Pedrosa dispara con la izquierda y el balón se envenena tras tocar en Ricard. 0-2 (32') Ocampos marca con un trallazo con la derecha tras un robo de En-Nesyri. 0-3 (49') Sergio Ramos cabecea una falta sacada por Suso.
Árbitro: Busquets Ferrer (balear). Amonestó a Gumbau (38'), Torrente (57') y Manu Bueno.
Incidencias: Partido de la jornada 18 de LaLiga EASports disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 16.534 espectadores.
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