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Compromiso, un valor necesario

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Dentro de la regeneración del plantel, el club mira por jugadores que han demostrado querer estar en el barco

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Suso, en el calentamiento de un partido del Sevilla la pasada temporada. / Europa Press

Es un tema que los directores deportivos cuidan y que los entrenadores, que son los que los tienen que sufrir diariamente, cuidan con todo el celo del mundo. El compromiso individual para el funcionamiento del colectivo es uno de los mandamientos de cualquier grupo competitivo, mucho más si, como es el caso, el reclutamiento se hace con pocos recursos económicos y haciendo primar lo humano.

En el Sevilla de los últimos dos años ha habido de todo. El mejor ejemplo es el de Jesús Navas, cuya última demostración ha sido el no va más: tragarse su orgullo y renovar después incluso de firmar un comunicado incendiario tras haberse sentido despreciado en su propia casa. Pero en el otro extremo se escucha de todo. Desde esas revelaciones de Fernando desde Brasil asegurando que a algunos se les escapaban “risitas” tras las derrotas y les daba igual “ganar que perder” o la de Óliver Torres, recientemente comprometido con Rayados de México y quien relató cómo el liderazgo de Sergio Ramos tuvo que poner firme a más de uno en el vestuario el día que el Sevilla caía eliminado de la Champions ante el PSV Eindhoven en el Sánchez-Pizjuán. “Perdimos contra el PSV en casa y entró todo el mundo chillando, criticando e intentando señalar culpables. Sergio se levantó de su asiento y dijo que lo que había que hacer era callarse todo el mundo y que el que no estuviera en ese barco, que cogiera la puerta y se fuera. Fueron unas palabras que calaron mucho. A partir de ahí nos dimos cuenta de que el problema y la solución estaban dentro del vestuario, y que cuando se vea que alguien no está con el grupo, se tiene que aislar”, desveló el centrocampista extremeño.

Aún pendiente de la decisión final que tomará el camero sobre su continuidad, el Sevilla necesita para su nuevo proyecto jugadores así y en la actual plantilla hay dos grupos bien diferenciados en los que cada cual está perfectamente identificado por la afición.

Al margen de Jesús Navas, han renovado Isaac Romero y Örjan Nyland y ayer se conocía que Suso está dispuesto a rebajarse el sueldo para ampliar su vinculación en el Sevilla y seguir siendo uno de los pilares, aportando su calidad y su experiencia, del grupo. El gaditano, a sus 30 años, pese a que ha tenido ofertas (incluso de Arabia Saudí) prefiere permanecer en el club, estar cerca de Cádiz y considera que su fútbol puede tener un buen encaje con el modelo de García Pimienta. Y el Sevilla necesita jugadores como él, como Ocampos, que siempre pone su raza y carácter al servicio del equipo, de la profesionalidad Gudelj y por supuesto de la ilusión de un jugador que es una realidad como Kike Salas.

En el otro rincón, el Sevilla tiene un problema con otro tipo de jugadores que están en su derecho de no mover un dedo ni por salir del club ni por facilitar las cosas ante las peticiones de los que mandan. Son futbolistas que tienen contrato (con sueldos muy altos la mayoría) y a los que la dirección deportiva querría fuera este mismo verano, aunque no será para nada fácil, pues, como ha quedado claro, están en su derecho de hacer valer lo que han firmado, Con algunos de ellos, Víctor Orta ya ya tenido sus más y sus menos por este tema: Rafa Mir y Januzaj. Han entrenado con el grupo –no es legal que lo hagan al margen si no están lesionados– pero han estado apartados de las convocatorias. Entre los que el Sevilla querría colocar y que no será nada fácil están los Nianzou, Joan Jordán, Marcao, Acuña o Dmitrovic.

Mientras, ya dijeron adiós Mariano, Óliver Torres, Lamela y los cedidos Soumaré, Agoumé, Hannibal y Alejo Véliz.

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