Chelsea y Sevilla, los dos últimos campeones de la Europa League, frente a frente

Esta noche en Stamford Bridge, en uno de los partidos más igualados a priori que habrá en el estreno de la Champions League 2020-21, se van a ver las caras los dos últimos campeones de la UEFA Europa League, el Chelsea, que la ganó en 2019, y el Sevilla, que logró su sexto entorchado el pasado 21 de agosto.

Este dato ya ilustra sobre la enjundia de un partido entre uno de los potentados económicos de la Premier League y el pujante club nervionense, que trata de luchar con los grandes de la Liga pese a que su presupuesto es muy inferior al de los ingleses y al de los rivales a los que trata de alcanzar.

El Sevilla levantó su sexta UEFA Europa League en Colonia ante el Inter de Antonio Conte, tras superar en la fase final disputada en Alemania a equipos, todos, con presupuesto superior: Roma, Wolverhampton, Manchester United y el gigante italiano. Jesús Navas alzó la copa de 15 kilos de plata haciendo buena la capacidad competitiva y de resistencia de un grupo al que dio una cohesión pétrea Lopetegui en su primera aventura en el banquillo del Sevilla. Una cohesión que no estaba reñida con el buen fútbol.

La jugada del 1-1 fue una de las combinaciones más largas, sin que tocara el balón ningún rival, de todas las finales del torneo. Una preciosidad rematada con centro de Jesús Navas y cabezazo de De Jong, tras una clase maestra de Banega de cómo llevar el tempo para hacer circular el balón de un lado a otro y aprovechar el resquicio para darle verticalidad al ataque, con su pase interior a Suso.

El Chelsea ganó su segunda UEFA Europa League el 29 de mayo de 2019 en Bakú, ante el Arsenal de Unai Emery, al que venció en una gran noche de Hazard (4-1). El equipo dirigido por Maurizio Sarri se acomodó mejor a la final y el atacante belga anotó dos tantos, decantando la balanza para los blues en la segunda parte, tras un primer periodo mucho más igualado. El actual jugador del Madrid marcó en los minutos 65 y 72, después de que Giroud abriera el marcador en el 49 y Pedro lo aumentara en el 60. Alex Iwobi recortó en vano para Arsenal con un golazo en el minuto 69.

Azpilicueta, como capitán, levantó la copa de la Europa League, tras un partido que también tuvo sus connotaciones políticas. Emery no pudo contar con una de sus estrellas, uno de sus futbolistas más desequilibrantes, Henrikh Mkhitaryan. Se negó a jugar en la capital de Azerbaiyán por su origen armenio, dada las disputas históricas entre los dos países caucásicos.

Dos palmarés del siglo XXI

Como paralelismo, también cabe destacar que el Chelsea, en la primera aventura de Frank Lampard, un mito en Stamford Bridge, terminó cuarto en la Premier. Igualmente como cuarto se ganó su derecho a jugar la Champions, tratando de reverdecer los laureles que ha conquistado en este siglo XXI.

Enfrente, el Sevilla ha ganado en este siglo, desde el impulso que dio José María del Nido y que continuó José Castro y siempre con Monchi al mando de la parcela de fútbol, diez títulos: las seis UEFA Europa Leagues, una Supercopa de Europa, otra de España y dos Copas del Rey.

Porque es en este siglo XXI en el que se puede hacer ese paralelismo en cuanto a la preponderancia de ambos clubes en Europa, aunque mucho más aumentado en el caso blue por sus éxitos en la Premier.

Antes del desembarco en Londres de Roman Abramovich en 2003, el Chelsea sólo había conquistado un título de liga, en la lejana campaña 1954-55. Y tres de la FA CUP. Es decir, tenía un palmarés nacional idéntico al Sevilla, que arribó al presente siglo de plata tras una larga travesía del desierto desde sus títulos de Liga, en 1946, y de Copa en 1935, 1939 y 1948. En cambio, en Europa ya sí había conquistado el Chelsea la Recopa, ya extinta, en 1971 y en 1998, antes del desembarco del millonario ruso con nacionalidad israelí.

Luego, a raíz de su primer título moderno en la Premier League en 2005, el año del Centenario que marcó la epifanía del Sevilla, llegaría el aluvión de plata a las vitrinas de Stamford Bridge: cinco títulos de Premier League, cinco FA Cup, una Copa de Europa, un Mundial de Clubes, y dos Europa Leagues, la de 2013 y la referida que alzó Azpilicueta en 2019, las dos ocasiones el año antes de que la ganara el Sevilla, otra curiosidad ante este duelo inédito.

Las diferencias económicas

El paralelismo se menoscaba al comparar lo invertido en este verano por uno y otro club. Abramovich llega invertidos unos 2.000 millones desde 2003. Y la mejor prueba de que la pujanza del club londinense sigue intacta son los 247 millones de euros del Chelsea, tras ingresar 171 por ventas, marca el top europeo. El Sevilla es de los que más ha invertido en España, y también en Europa, pero no llega ni de lejos a esa cantidad: se queda en 64,5 millones, atendiendo a las cifras sin pluses por rendimiento deportivo. Según Transfermarkt, el balance de ventas y compras en Nervión es de -55 millones. En el Chelsea, de -192 millones, aunque este dato fluctúa según se metan en el presente ejercicios pagos comprometidos en el anterior.

Lo cierto es que el umbral de inversión en adquisición de fichas es el más del doble en el Chelsea, cuyo fichaje más caro esta temporada, el de Kai Havertz (Bayer Leverkusen) cuadriplica el más alto del Sevilla, el de Suso, cuya opción de compra, condicionada a la clasificación para la Champions, quedó fijada en enero en 21 millones. Al gaditano lo siguen Óscar Rodríguez (13,5), Idrissi (12), Acuña (10,5), Bono (4), Rekik (2) y Rakitic (1,5). Cifras todas sin tener en cuenta los pluses comprometidos por rendimiento deportivo.

La comparación con los del Chelsea es obvia: al de Havertz hay que sumar los de Werner (53), Chilwell (50,2), Ziyech (40) y Mendy (24). El más barato para el Chelsea supera al más caro para el Sevilla.

Pero el Sevilla ya sabe lo que es vencer en Inglaterra a un grande de verdad, con mucho más presupuesto y, además, con la vitola de ser el club con más seguidores en todo el mundo. La noche del 13 de marzo de 2018 tumbó al Manchester United en Old Trafford, con dos goles de Ben Yedder, inalcanzables para el arrebato final de Lukaku, que tampoco pudo disfrutar de su particular revancha en la final de Colonia, ya como delantero del Inter.