"La Cartuja, modificada para el fútbol, también sería un gran estadio"
Antonio Cruz · Antonio Ortiz | Arquitectos del Wanda Metropolitano
Los arquitectos de moda en el fútbol español, tras la inauguración del Wanda Metropolitano, son sevillanos y sevillistas
Desde La Cartuja han pasado 18 años, pero en Madrid su recinto deportivo es más alabado
Antonio Cruz (17-03-1948) y Antonio Ortiz (17-09-1947) han protagonizado la segunda noticia más veces repetida de las últimas semanas, tras el 1-O en Cataluña, claro.
Ambos son los arquitectos del Wanda Metropolitano del Atlético. Los dos nacieron en Sevilla y comparten estudio, y despacho, en la calle Santas Patronas, desde donde paren ideas geniales junto a su equipo de trabajo.
La remodelación del Rijksmuseum, las estaciones de Santa Justa y de Basilea y muchas más construcciones de prestigio. En los estadios han pasado de La Cartuja, su espina clavada por el desuso, a los piropos acopiados por el Wanda. Los dos simpatizan con el Sevilla, aunque no son hinchas acérrimos. Y, dentro de su simbiosis, Antonio Ortiz le cedió la palabra a Antonio Cruz para que fuera él quien respondiera a este cuestionario futbolístico.
-Una semana después de la inauguración del Wanda Metropolitano y ya está elegido para acoger una final de la Liga de Campeones...
-Esto viene a corroborar el éxito que el estadio ha tenido. Ha sido muy bien acogido por todos, por los jugadores, por todos los técnicos del Atlético de Madrid que han venido a verlo. No hablan de su belleza o no belleza, sí dicen que es un magnífico campo de fútbol y eso es algo que nos alegra. Por eso supongo que la UEFA lo ha elegido para la final de 2019.
-En una entrevista a los medios oficiales del Atlético decía que el estadio estaba concebido como "una olla de presión"...
-Se ha tratado de que los espectadores estén próximos al terreno de juego, que sea un estadio de fútbol específicamente hablando. Pero es cierto que proviene del atletismo y que inicialmente iba a ser para los Juegos Olímpicos. La transformación a campo de fútbol exige unas condiciones de dimensión importantes, nosotros hemos trabajado para tratar de que el resultado final sea un estadio adecuado para el fútbol, que no haya esa sensación de lejanía entre los espectadores y los jugadores.
-Con extrema admiración definían a la cubierta del Wanda antes de que fuera construida. Tras verla, ¿qué piensan de ella?
-Lo que nos interesa de esta cubierta es que unifica las dos partes del edificio. Mantiene el edificio original, que se construyó en 1994, esa tribuna que ha sido conocida con el nombre de La Peineta y que ahora se ha completado con otros edificios. Los nuevos comparten con el anterior el lenguaje arquitectónico y los materiales con los que está construido. Y la cubierta es un elemento unitario. También los dos graderíos inferiores son completamente continuos y unitarios, pero la cubierta viene a ser el elemento que lo hace único. Dicho sea de paso, la cubierta la hemos diseñado nosotros porque hemos leído cosas en algunos medios y el diseño es totalmente de Cruz y Ortiz.
-¿Se ha dudado de ello?
-Se ha achacado a la empresa que ha hecho los cálculos de la cubierta que ha sido la autora del diseño y nada más lejos de la realidad.
-¿Qué se puede encontrar el equipo del que son aficionados en este segundo encuentro en el Wanda Metropolitano?
-Espero que sea un partido bonito y supongo que va a ir mucha gente de Sevilla, al menos imagino eso por la hora que da la posibilidad de ir y volver. Es una buena ocasión para ver el campo, además, y los dos equipos están bien en estos momentos. Espero un partido intenso y vibrante. Nosotros vamos a ir al campo, estamos contentos con ello. Veremos quién gana.
-¿Y usted quién quiere que gane?
-Admito que tengo mis sentimientos divididos. Hay una parte de mi infancia que tiene sentimientos sevillistas, pero en estos momentos mis intereses directos y arquitectónicos están mucho con el Atlético, que es el club que nos ha llamado para que le remodelemos el estadio.
-Comentaba hace tiempo que pensaban en un estadio bastante inexpugnable para los otros equipos. Lo hacía con una sonrisa...
-Me interesaba esa imagen por defender los muros de hormigón que constituyen el estadio, porque parece que en principio son difíciles de entender. Interesaba transmitir una idea que el aficionado la acogiera como algo suya. No es algo que estuviera en nuestro pensamiento en su creación, pero sí es una idea que nos puede interesar para acercar la imagen que queremos proyectar.
-¿Es más difícil reciclar un estadio de atletismo que hacer uno nuevo para el fútbol?
-Por supuesto que sí. Son dos usos absolutamente distintos. La pista de atletismo es muy grande. Por ejemplo, en una pista de atletismo, sólo en ella, podría caber el estadio Benito Villamarín entero. Un campo de atletismo tiene 190 metros de norte a sur, mientras que en el fútbol son 105, casi el doble. En cambio en ancho no son tantos, si fuera una proporción al menos parecida, pues sería más fácil. Eso origina muchas dificultades arquitectónicas. Aquello ya no parece un estadio de atletismo para nada.
-¿Cómo sería su estadio de fútbol ideal?
-No lo hemos pensado, sinceramente. En nuestro caso la proyección no se tiene hasta que llega el momento. Nunca tenemos ideas preconcebidas.
-He visto en su web que han proyectado tres estadios en Suiza...
-Hemos ganado un concurso en Lucerna, que es un estadio pequeñito lógicamente y esperemos que éste sí lo podamos hacer, los otros fueron proyectos para concursos. Aunque en Suiza todo va muy lento y el concurso lo ganamos hace cuatro años, parece que al final acabaremos haciéndolo. Sí sería el primer estadio puramente futbolístico. Curiosamente, el de Jerez, que también lo hicimos, era con pistas de atletismo y el de Sevilla también. Pero el estadio del Atlético es un estadio de fútbol y nadie diría lo contrario. La visión no es tan lejana, tiene unas medidas homologadas por la UEFA, que son 190 metros desde el córner al punto más lejano del estadio y se cumplen.
-¿Les llama la atención la trascendencia mediática de construir algo relacionado con el fútbol, aunque el prestigio por el Rijksmuseum fue infinito en los medios especializados?
-En un estadio como éste hemos pasado a un segundo plano tal vez. Hay momentos en los que la atención al arquitecto en esta obra ha sido muchísimo más baja que en el Rijksmuseum. Allí fue mucho más fuerte en lo referente a las entrevistas y demás repercusión, aquí hay veces que casi no se nos cita como responsables.
-El Wanda ha sido inaugurado 18 años (mayo de 1999) después de que se disputara el primer partido de fútbol en La Cartuja entre España y Croacia. ¿Qué similitudes y qué diferencias hay entre ambos recintos?
-En cierta manera se parecen, pero también hemos progresado en éste conociendo mucho mejor el tema. El ejemplo podría ser la cubierta, que no tiene nada que ver. En La Cartuja, además, íbamos con problemas de tiempo y con una velocidad absoluta cuando le concedieron a Sevilla el Mundial de atletismo. Hubo que correr muchísimo. Son distintos. La Cartuja también tiene un hueco de espectadores muy bonito, muy complicado porque hay gradas que aparecen y desaparecen y eso le da belleza. La ventana hacia el Sur también es especial. Pero la cubierta del Wanda, sin embargo, está más encauzada y es más brillante. No tengo dudas de que La Cartuja, modificada para el fútbol, sería un gran estadio.
-¿Creen entonces que en algún momento el Estadio de La Cartuja podría ser adaptado al fútbol o se iría a una capacidad demasiado grande para nuestra ciudad?
-Se puede adaptar perfectamente, entre otras cosas porque se hizo con ese pensamiento en la organización del hueco. Está pensado para ello, hasta el punto de que hay cuestiones técnicas ya resueltas desde hace tantos años. Por ejemplo, al bajar los espectadores en La Cartuja entraríamos en la capa freática del río, el campo de fútbol estaría por debajo del nivel del agua del río, pero eso está resuelto desde su construcción con un muro de hormigón que llega hasta las margas y está perfectamente pensado. Sería una obra económica. ¿Que nos podríamos ir a una capacidad muy grande? Pues sí, pero también habría que buscar maneras de reducir por arriba. Eliminar parte de las zonas superiores, habría que verlo.
-¿Cuando pasan con el coche por los alrededores de La Cartuja sienten un dolor profundo por el desuso del estadio?
-En las obras de uno es muy importante que la ciudad la entienda como necesaria. Eso es trascendental para el buen concepto de una obra y que la use. Bajo mi punto de vista, hubo que convencer a los dos clubes de la ciudad previamente para usarlo, se intentó hacer, pero al surgir el tema del Mundial de atletismo hubo que lanzar la construcción a la fuerza. Ya ninguno de los dos clubes se avinieron, pero creo que todavía cualquier Ayuntamiento sería feliz si cualquiera de los dos clubes dijera me voy y lo pongo en uso.
-¿La estación de Santa Justa y el Estadio de la Cartuja se pueden considerar como el éxito y el fracaso, por su infrautilización, en su ciudad natal?
-El afecto que la gente tiene al Estadio de la Cartuja es muy bajo y es todo lo contrario en la estación de Santa Justa, que es muy alto. La única diferencia es que la estación la entendieron como necesaria, buena, que se usa, y el estadio lo ven como una inversión inútil. Eso despega a los habitantes de ese edificio.
-El presidente del Sevilla, José Castro, abrió este verano un debate sobre la posibilidad de agrandar el Sánchez-Pizjuán ante el número de socios.
-No conozco el campo del Sevilla con ojos de tener que hacer una reestructuración de él. Para mí el Sánchez-Pizjuán era un estadio que estaba bien hecho, pero el fútbol ha cambiado mucho en lo que se refiere a cómo se explota ahora un partido de fútbol. Hay unas zonas Vip y unas zonas de palcos que están generando muchísimos ingresos a los clubes y que de mala manera se pueden integrar en unos estadios antiguos. Dudo que en el Bernabéu, en su remodelación, vayan a poder dar la calidad de servicios que el Wanda está dando para esos clientes con mayor potencial económico. Eso resulta muy rentable para los clubes de fútbol. Más o menos sucedería en el Sánchez-Pizjuán.
-¿Y como sevillista qué pensaría?
-Habría que valorarlo. Es verdad que el estadio del Sevilla está en el centro de la ciudad, está a cinco minutos de la estación de trenes, está en un sitio inmejorable. Pero hay algo de lo que no reflexionamos, el Estadio de la Cartuja está más cerca de La Campana en línea recta que el Benito Villamarín. La Cartuja también está bien situada. Yo creo que al Sánchez-Pizjuán irá la mayoría de la gente andando. En media hora se llega desde casi toda Sevilla...
-¿Creen que el Sevilla podría jugar en La Cartuja, con una adaptación futbolística, o sería mejor pensar en un recinto completamente nuevo en caso de no seguir en el Sánchez-Pizjuán?
-Si el Sevilla hiciera un campo completamente nuevo, sería una mejor opción desde el punto de vista arquitectónico, pero si fuera el Sevilla me plantearía irme a La Cartuja mientras me hago el campo en el lugar donde está ahora.
-¿Tiene sitio en Nervión para un estadio nuevo?
-Si es para un campo de fútbol puro y duro y no está pensando en meterle un hotel y otras cosas de usos comerciales, creo que sí lo tiene. La ventaja que tiene La Cartuja es que se puede adaptar, que está ahí, pero yo tampoco le tengo miedo a los campos de fútbol en el centro de la ciudad. La intensidad de su uso es fuerte, pero cuántas horas al año, es una vez cada diez días lo que se usa, como máximo 30 partidos al año.
-A muchos sevillistas les gustaría un estadio igual con una cubierta, ¿sería ir contra el progreso?
-No. Cuando he estado en el campo del Sevilla he constatado que es muy cerrado, con mucho ambiente, pero se le puede poner perfectamente una cubierta y realizarle una transformación. Basta con que nos hagan el encargo y estamos dibujando rápidamente... Es verdad que un campo con 59 años puede haber cumplido su ciclo vital, ahí está el Calderón, pero todo se puede estudiar.
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