Budapest, como si fuera Eindhoven en la previa del Sevilla-Roma
Sevilla-Roma
El cuadro sevillista busca su séptima corona en la Europa League con la misma ilusión que lo hiciera la primera vez contra el Middlesbrough, tras el curso padecido
Sevilla - Roma, la final de la Europa League, en directo
Video: Las calles de Budapest toman ambiente para la final Sevilla-Roma
Las diferentes formas de ganar finales del Sevilla
Séptima final para el Sevilla de la Liga Europa, Copa de la UEFA e incluso Copa de Ferias en tiempos más antiguos, y el mismo cosquilleo que cuando los hinchas de la fe balompédica radicada en el barrio de Nervión se montaban en los aviones y en los diferentes medios de locomoción para dirigirse a la ciudad neerlandesa de Eindhoven en 2006.
Entonces habían transcurrido más de 40 años sin ninguna final que echarse a la boca y la ilusión por la posibilidad de vivir la fiesta que gozaron después era desbordante. Hoy sí es un experto en finales este Sevilla del venturoso siglo XXI, pero nadie podrá negar que el estado de felicidad se ha acercado bastante al que se vivió con aquel primer amor.
Las razones para que esta excursión a Budapest haya superado en número incluso a las vividas en Glasgow, Varsovia, Turín, Basilea y, lógicamente, por la pandemia, a Colonia son múltiples y variadas. Pero la principal de ellas estaba en el bajón en la parcela deportiva.
Recuerdos de hace dos meses
Hace apenas dos meses, cuando José Luis Mendilibar, el mago del banquillo, se disponía a debutar en el Nuevo Mirandilla ante el Cádiz, no había ni un solo seguidor del Sevilla que mirara el calendario para ver cuándo se iba a disputar la final de esta Liga Europa. Tal vez tampoco dónde.
Todo lo más que podían observar esos inquietos, y amargados, hinchas era el calendario que conducía hasta esa última jornada que ahora están padeciendo por Getafe, sobre todo en Getafe, pues allí fue donde era fulminada la etapa de Jorge Sampaoli como entrenador para que, por fin, acertaran de pleno con su sustituto. También por Valladolid, Cádiz, Valencia, ni que decir de Vigo o del Espanyol, y las diferentes plazas donde aguardan en un sinvivir la jornada dominguera.
Un pensamiento negativo común
Que levante la mano el que no pensara que el Real Sociedad-Sevilla se iba a disputar en el horario obligado de las nueve de la noche por estar implicado un equipo con posibilidades de bajar. Pero no, lo que se vive en Budapest está absolutamente en las antípodas, está cerca del nirvana incluso por lo que ha supuesto de liberación y casi nadie se acuerda de la opción incluso de acabar séptimos en la tabla clasificatoria.
Todos hubieran firmado con una colección de bolígrafos y de plumas estilográficas por tener esa opción el Sábado de Pasión, pero lo que se litiga en Budapest es algo muy diferente. Para empezar, porque se trata de un título, del séptimo de una competición que el Sevilla, sí el Sevilla, el equipo del Sur del Sur de Europa y radicado en ese sevillanísimo barrio de Nervión, ha ganado más veces que ningún otro club en todo el continente.
Equilibrio
El potencial de los dos equipos es bastante parecido y eso provoca que ninguno tenga el cartel de favorito
Incluidos los que manejan millones por castigo y que siempre quieren conquistarla cuando la tienen a tiro. ¿O no, Manchester United y Juventus, por citar a los dos que hincaron la rodilla en este curso en Nervión?
El premio grande es la copa
Y después, aunque eso sea lo secundario siendo también de enorme trascendencia para quienes cuadran las cuentas de todo previas a las polémicas juntas generales de accionistas, porque también está en juego la posibilidad de salvar la temporada con una clasificación para la próxima Liga de Campeones, que es un premio bastante suculento. También le sucede algo por el estilo a la Roma, aunque con la sanción de la Juventus aún sigue ocupando la sexta plaza y ésta le permite tener derecho a repetir en esta Liga Europa.
El Sevilla, y todos los sevillistas, aterrizó el martes, al mediodía, en Budapest cargado de ilusiones, por tanto. Lo hacía con toda la plantilla 2022-23, bueno con la que quedó tras el parón por el Mundial y el mercado de invierno, bastante mejorada respecto al primer tramo. Eso sí, Mendilibar no dispondrá de tres de estos hombres, dos de ellos precisamente los últimos expulsados en la Liga, el senegalés Pape Gueye y el argentino Marcos Acuña. El lateral de la selección que quedó campeona mundial en Qatar será el futbolista que más se echará de menos a la hora de confeccionar el once que se oponga a la escuadra entrenada por José Mourinho.
Equipo previsible
El resto debe ser un equipo calcado al que se enfrentara a la Juventus en las semifinales tanto en la ida como en la vuelta, ya que no hubo ni un solo cambio en esa alineación. Si no surge ninguna sorpresa, Bono, Jesús Navas, Badé, Gudelj, Rakitic, Fernando, Ocampos, Óliver Torres, Bryan Gil y En-Nesyri tienen sus diez plazas aseguradas. Para el lateral izquierdo, dos opciones dependiendo de que el técnico quiera más incorporaciones al ataque o algo más de seguridad defensiva. Son las características de Alex Telles y de Rekik y habrá que esperar para ver cuál es la elección final. Después tampoco sería descartable del todo que Dmitrovic fuera el guardameta, al tener toda la confianza por parte del entrenador de sus tiempos en el Eibar, pero no parece probable que esto suceda. Sí habrá que ver si Bryan Gil le gana la partida a Lamela o Suso en la lucha por otra de las plazas que pueden estar más en el aire.
Correr
Los sevillistas arriban en un buen momento físico y a partir de ahí deberán sacar provecho de sus llegadas
Serán once quienes jueguen, de cualquier forma, como en la Roma, donde seguro que estará Dybala en el equipo de Mourinho pese a sus supuestos problemas físicos. También jugarán los tres centrales, más Pellegrini, Abraham y el resto de sus puntales.
Sevilla-Roma, Puskas Arena de Budapest, el inglés Anthony Taylor es el juez y todos los sevillistas han viajado a través de un sinfín de combinaciones con una ilusión calcada a la de Eindhoven, sí, como en aquel primer amor...
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