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Sevilla FC
Pasado mañana se cumplen precisamente tres años de la mejor referencia. Monchi no estaba, pero seguro que desde sus mensajes llamando al orgullo está presente, entre otros muchos, el golpe de Ben Yedder en Old Trafford ante el Manchester United de Mourinho. El tanto de De Jong metiendo el pie en ese envenenado centro de Óscar Rodríguez es otro argumento al que agarrarse y este equipo en situaciones límites saca fuerzas de los sitios más insospechados.
No entraba en el guión la exhibición de Haaland en el Ramón Sánchez-Pizjuán durante la primera parte del encuentro disputado el miércoles ante el Borussia Dortmund, pero el espíritu indestructible y la filosofía del “dicen que nunca se rinde” vuelven a llamar a los corazones de los sevillistas.
El Sevilla ha demostrado que puede levantar resultados como el que tendrá que remontar en el Signal Iduna Park, un escenario en el que, además, ya sabe lo que es ganar y con público en esa temible grada que duplica su aforo en la Bundesliga de lo que puede albergar en Europa.
“El Dortmund ha cometido un pequeño error, dejarnos con vida. No nos conocen”. La frase de Monchi suena a órdago gordo y la afición ya sabe que la empresa se ha convertido en el reto de la temporada. Al menos hasta marzo.
El 0-2 en el euroderbi en 2014, el ‘Mbiazo’ en Mestalla, hasta el 4-0 al PAOK... están en el recuerdo
El doblete de Ben Yedder ante el Manchester United de Mourinho es el mejor exponente de esta filosofía
El Sevilla ha demostrado a lo largo de su historia que puede protagonizar gestas gloriosas, aparte de las finales, que dejaron en su sufrida hinchada sabores parecidos al de los títulos conquistados. Puede que sepan mejor. Saben distinto, tienen matices diferentes esas alegrías con tintes de subidón cuando el pesimismo parece inundar los corazones blancos.
El Mbiazo en Mestalla que metía al Sevilla de Emery en su primera final, la de Turín, el 0-2 en el Benito Villamarín en el euroderbi que lograba levantar el peor resultado cosechado por el equipo nervionense en una elimintoria europea... hasta el 4-0 al PAOK de Salónica ha estado muchos años en la sala de las grandes gestas del museo sevillista. Han pasado 40 años de aquello. Media vida.
Monchi, después de su pincelada tras el partido en los micrófonos de Movistar, volvía a utilizar su vía preferida para apretar los puños del sevillismo antes de una noche de dar vueltas en la cama.
“Una última reflexión antes de pensar en Osasuna”, escribió en la red social Twitter. “Perdemos 2-3 ante un magnífico equipo y no hay ni uno de los nuestros, ni uno, que no piense que vamos a remontar. A la cama con el orgullo rozándome la calva. Como dice mi amigo Santi: ¡Somos el puto Sevilla Futbol Club!”.
Casualidades: de otro Santi, el malagueño Santiago Llorente, fue el primer gol del Sevilla ese 4-0 al PAOKapoteósico por muchos años en el Sánchez-Pizjuán. Le siguieron los tantos de Jorge Orlando López, de Magdaleno y de Pintinho, que superaban el 2-0 que los de Manolo Cardo se traían de tierras griegas.
Y esos mismos futbolistas a los que se refiere el director general deportivo ya le seguían el juego en la misma red social y en otras en el día de ayer, ya con la cabeza fría y la derrota asimilada. “Así es la Champions. Todos los partidos son complicados y siempre hay que sobrepasarse. Regresaremos más fuertes a la vuelta. Nunca te rindas”, decía Ivan Rakitic, uno de los más desafortunados en un primer tiempo nefasto.
“No está nada perdido, aún quedan 90 minutos”, escribía Diego Carlos, mientras que Munir expresaba su idea de lo que espera en la vuelta: “Gran esfuerzo de todo el equipo. Iremos a Alemania a por la clasificación”.
Más gráfico era también el autor del primer gol sevillista, Suso. “Porque este equipo nunca se rinde, aún queda una final”, explicaba el gaditano, que ya justo al acabar el partido y consumarse la derrota lo tenía claro: “Si un equipo puede dar por culo en esta situación es el Sevilla”.
La gesta más reciente, a punto de cumplirse tres años , fue la de Old Trafford, que metía a los sevillistas en los cuartos de final de la Champions, justo donde también ahora quieren estar. Tras empatar sin goles en Nervión, los de Vincenzo Montella tenían que remar contra el pesimismo generalizado ante un equipo plagado de estrellas (Lukaku, Rashford, Alexis Sánchez, Fellaini, De Gea...). Los de negro en aquella noche de marzo aguantaron hasta el minuto 70 y Ben Yedder, con sólo cuatro minutos en el campo hizo un doblete en un espacio de tiempo récord, sólo dos minutos. La locura se desató en Mánchester, donde el gol de Lukaku en el 84 hizo aún más heroica la hazaña.
El espíritu de esas gestas vuelve a llamar al sevillismo, fiel a un sentimiento que está acostumbrado a nunca rendirse.
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