Bono, héroe de Marruecos y verdugo de España en los penaltis
Mundial de Qatar
El meta del Sevilla hace historia al clasificar a su selección por primera vez a cuartos de final al detener dos penas máximas, a Soler y Busquets, en la suerte suprema que decidió el pase
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Adiós al sueño en el Mundial de España. Gloria para Marruecos en el Mundial. El doble titular, la doble interpretación del partido Marruecos-España de octavos de final, tiene un protagonista común: Yassine Bounou. Bono, cuyo nombre recuerda al de Yashin, la Araña Negra rusa que cayó en la final de la Eurocopa ante España en 1964, fue el héroe de los marroquíes y el verdugo de los españoles, a los que no ayudó su camiseta celeste concepcionista en vísperas del día de la Inmaculada.
El portero del Sevilla, trofeo Zamora de la Liga 21-22, detuvo dos penaltis en la tanda que decidió el pase a cuartos de final de la Copa del Mundo, a la que se clasifica por primera vez Marruecos en su historia. Ante España igualó los octavos de final que logró en México 86, cuando cayó en cuartos ante Alemania, a la postre subcampeona ante Argentina, por 1-0, merced a un gol en el minuto 88 de Lothar Matthaus.
Esta vez, el equipo alauita, muy bien dirigido desde el banquillo por Walid Regragui, ha logrado su más alta instancia en la Copa del Mundo gracias al carismático meta sevillista, un portero con un don especial para destacar en las citas importantes que incluso ha marcado un gol en un partido de la Liga española, en el Valladolid-Sevilla de hace dos temporadas, al rematar con su pie izquierdo un córner en el minuto 94.
Bono es un especialista en parar penaltis. Luis Enrique quizá lo sabía cuando quitó en el minuto 118 a Nico Williams, que estaba siendo el futbolista más desequilibrante ante la espesura del juego de España, por un consumado especialista desde los once metros como Sarabia.
El ex sevillista Sarabia, que salió de Nervión hacia el PSG el mismo verano de 2019 en que llegó, al final del mercado, Bono fichado por Monchi, fue además el primero en abrir la tanda por España, con apenas cinco minutos en el campo: en frío, lanzó fuerte y a asegurar, pero quizá ante la figura enorme de Bono lo quiso ajustar tanto que lo estrelló en el poste. El portero se había tirado en esa dirección.
Luego, después de que Sabiri y Ziyech batiesen a Unai Simón, Bono le detuvo a Soler un penalti mal lanzado, demasiado centrado. Prácticamente englobó el balón en su abdomen. Beroun se estrelló con Unai Simón, que abrió la esperanza española. Pero Bono volvió a emerger gigante cuando lanzó el más veterano de los españoles, Busquets, al que le adivinó el disparo, que despejó con una buena estirada. El ex madridista Achraf firmó la sentencia con un sutil disparo a media altura y por el medio que engañó a Uani Simón: se consumó así la tragedia de España.
La gloria de Marruecos tiene nombre y apellidos en la figura de Bono, pero también en la de Walid Regragui, un seleccionador que relevó antes del Mundial al controvertido y veterano Vahid Halilhodzic. Regragui, marroquí de 47 años nacido en Francia que desarrolló la mayor parte de su carrera de futbolista en el país galo, también jugó en España, en el Racing de Santander. Conoce la cultura europea futbolística perfectamente. Y aplicó un cerrojazo ante el que España no supo cómo reaccionar.
Marruecos apenas salió de su campo durante muchas fases y En-Nesyri, por ejemplo, apenas la tocó como referencia atacante. Salió en el minuto 82 y su sustituto Cheddira sí tuvo dos buenas llegadas, sobre todo una en la que salvó Unai Simón casi al final del tiempo reglamentario. Poco más hubo de ocasiones claras.
Bono, en realidad, apenas tuvo intervenciones durante el partido, en el que la selección de Luis Enrique llevó el peso con escasa profundidad y apenas ocasiones de gol. Y cuando presionó al meta se encontró con su solvencia con los pies. Sólo en un disparo de Gavi tuvo que intervenir el meta para despejar al larguero. Pero la jugada estaba invalidad por fuera de juego claro y previo de Ferran Torres. En esa jugada sí brilló su prestancia, pero España no le dio mucho más trabajo... hasta los fatíidicos penaltis. Era la primera vez que Marruecos ganaba una tanda y la rúbrica la tuvo que poner Yashin Bono, la araña en la que se enredó España.
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