Los bonitos gestos de los futbolistas del Sevilla con los del Velarde

El Sevilla ya está en la segunda ronda de la Copa del Rey, cuyo sorteo se celebrará este jueves, después de eliminar al Velarde este domingo (0-2). Será en la jornada intersemanal después del Mundial, cuya final es el 18 de diciembre, cuando se retome el torneo copero, que en estas instancias deja refrescantes imágenes.

El fútbol es algo más allá que un deporte súper profesionalizado. Mueve pasiones y emociones en muy distintas escalas y en estas primeras instancias de la Copa del Rey se produce el choque de dos mundos muy distintos que están unidos por la esfera del balón. Los futbolistas del Velarde, de muy distintos oficios, vieron en los profesionales del Sevilla a esos personajes que encarnan el sueño de todo el que se dedica al fútbol, aunque no sea profesionalmente.

Y los profesionales sevillistas respondieron a esa ilusión que notaron en los ojos y las expresiones de los jugadores cántabros, entre los que había incluso dos sevillanos. Porque la diferencia de categoría ha sido la mayor en un partido de competición en la historia del Sevilla: la Regional Preferente de Cantabria es la sexta categoría del fútbol español, tras la Primera y Segunda División, la Primera y Segunda RFEF y la Tercera División.

El encuentro entre los futbolistas de élite, con hasta siete mundialistas en el humilde Estadio Municipal de la Maruca, en la pedanía de Muriedas, perteneciente a Camargo. En esa pequeña localidad cántabra, los futbolistas del Sevilla repartieron ilusión, como si fueran unos Reyes Magos del fútbol.

A la conclusión del partido, los jugadores nervionenses, muchos de los cuales ya han partido para unirse a sus respectivas selecciones, repartieron sus camisetas entre los jugadores del Velarde, se hicieron fotos con ellos y firmaron autógrafos, incluso en alguna bandera del Sevilla. Todo el despliegue habitual que se suele dar cuando hay un encuentro entre futbolistas súper profesionales, estrellas de este deporte que trasciende lo meramente competitivo, y simples aficionados, cuando se rompe la barrera entre el futbolista que está tras la pantalla televisiva y el simple espectador que ve tan lejos a las estrellas.