Resistencia y ataque al espacio, pero sin la posesión de Banega

El partido del Sevilla | Análisis

El Sevilla se deja otro título sólo por detalles, logrando llevar al límite a un equipo que es una trituradora en ataque y al que supo hacerle daño al espacio

Faltó físico y el pegamento del rosarino, un jugador muy distinto a Rakitic.

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Informe táctico
Informe táctico / Departamento Infografía

Con muchas más limitaciones que su rival, una auténtica trituradora del fútbol ofensivo, el Sevilla de Julen Lopetegui resistió y resistió, compitió y compitió y hasta apretó e hizo daño a todo un Bayern Múnich que se llevó el título por pequeños detalles.

Se mencionan “muchas limitaciones” y hay que hablar de la inmensa calidad del equipo alemán de centro del campo hacia delante y también del mayor nivel físico que al final acabó acusando el cuadro nervionense. Pero con eso incluso, el Sevilla llevó al límite a su oponente y le asestó algunos golpes que demuestran que este grupo puede estar al nivel de cualquiera.

Estaba cantado que el Bayern iba a hacer sufrir a los blancos en defensa, que la defensa en bloque bajo iba a necesitar una concentración y unas ayudas como nunca, pero también sabía el cuerpo técnico que si en algo flaquea el campeón alemán es en su propio campo. En el tramo final especialmente sufrieron los bávaros con el juego al espacio que supo atacar bien En-Nesyri, aunque no le acompañó el acierto.

Defensa

Lopetegui no cambió de esquema. Lo que funciona no se cambia y, como dijo el propio técnico en la previa, en un equipo “muy previsible” en lo táctico como es el Sevilla a veces hay que jugar al despiste. Y ese 4-3-3 se parapetaba bien cuando el Bayern apretaba, que además aprieta como nadie. Fernando no se incrustaba entre los centrales, pero todos replegaban para montar dos líneas bien juntas y cerrar los espacios.

Extremos e interiores tenían que sacar su versión más defensiva. Es lo que tocaba. Eso y que los de la última línea, en particular los centrales Koundé y Diego Carlos, fueran al límite en cada balón. Y el asedio fue como se anunciaba: desdoblamientos constantes buscando la profundidad, los centrales alemanes empujando metidos en el campo del Sevilla... un constante foco de incendios con calidad y creatividad que castiga al mínimo desliz de su adversario.

Ataque

El Sevilla quiso ser el primero en golpear y lo consiguó. Lopetegui sabía que sus hombres de creación iban a estar más lejos del área rival y había que atacar los espacios. Lo hizo Jesús Navas y De Jong hizo su papel a la perfección hasta que fue sustituido.

Otra cosa es la posesión. Sin Banega cayó a niveles que no se recordaban en este Sevilla. Rakitic es otro tipo de jugador y tampoco está ahora mismo en su mejor nivel. Por ello la salida de Óliver Torres coincidió con la segunda oleada de mejor juego sevillista, aunque el control fue decayendo.

En la última fase, el Sevilla buscó atacar el espacio con En-Nesyri y Ocampos y lo logró, pero en las botas del marroquí se esfumó el título.

Virtudes

La capacidad de resistencia y saber competir de tú a tú con un rival como el Bayern. El plan funcionó, se le hizo daño al rival y se logró contener el rodillo que iba a ocho goles por partido, inclusive al Barcelona de Messi.

Talón de Aquiles

El nivel físico fue un hándicap al final, así como detalles puntuales. Y otra vez la estrategia defensiva costó caro.

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