No todo será negativo...

Sevilla FC

La vuelta de Ocampos y Acuña, con alguna posibilidad para el extremo, el estallido de la bomba Bartomeu en el Barça o el 2-0 de la ida ‘benefician’ al Sevilla en su visita al Camp Nou.

Alrededor de los de Lopetegui, tras la euforia desatada por su récords (imbatibilidad, porcentaje de victorias...), se instala ahora la corriente de que no compite con los grandes

Bono se abraza con Aleix Vidal tras la victoria ante el Osasuna.
Bono se abraza con Aleix Vidal tras la victoria ante el Osasuna. / Peñalosa / Efe
Jesús Alba

02 de marzo 2021 - 07:09

En el entorno de este club se cuela cíclicamente el derrotismo intercalado con el exceso de euforia. Y ninguno de los dos conceptos benefician deportivamente a un equipo que lo que busca es, simplemente, cumplir sus objetivos. En los días previos a la visita del Barça el sábado al Sánchez-Pizjuán se instaló la perniciosa corriente de opinión que defendía que el equipo de Lopetegui podía convertirse en un candidato a ganar la Liga mientras el entrenador huía como podía de la pregunta cada vez que se le formulaban en sus comparecencias ante los medios.

El plan de partido salió rana y ahora, tras la derrota (un resultado que se podía dar perfectamente) es la decepción la que se apodera de parte de una afición que a veces, escuchando los mensajes contradictorios que le llegan, no sabe hacia dónde dirigir sus miradas, pues hasta hace nada todos los foros destacaban la fiabilidad de un equipo que llevaba no sé cuántos partidos sin encajar gol, una gran racha de victorias y otros tantos récords de imbatibilidad, porcentajes de triunfos y otras hierbas.

El Sevilla de Lopetegui –sí, el de Lopetegui– está a las puertas de una final con 2-0 a favor ante un rival en el que los Mossos han detenido a su ex presidente y registran los ordenadores del estadio.

Aunque el vestuario está impermeabilizado, algo le llega y el cambio de ánimo del exterior no beneficia, como tampoco lo hace una presión excesiva por la euforia. El Sevilla sabe que va a sufrir en el Camp Nou y que entra dentro de lo probable que Messi y compañía consigan una remontada, pero más lo creerán si se instala desde la propia Sevilla el sentimiento de derrotismo y se le da forma de realidad a lo que es una simple sensación externa: ese supuesto miedo escénico a tutear a un grande.

Cuesta creer que un equipo que ha ganado diez títulos este siglo, el último con este mismo entrenador, con los mismos futbolistas y hace sólo unos meses, lo haya hecho arrugándose ante los grandes.

Como bien dirá Lopetegui esta mañana de viernes, los suyos van al Camp Nou “con la máxima ilusión” y, si no se produce de aquí a mañana una cacicada federativa ilegítima, lo hará con un 2-0 a favor en la eliminatoria. Más que suficiente como para pensar en positivo. Además, de dentro del vestuario salen buenas sensaciones, como el paso adelante de algunos futbolistas clave.

El Sevilla se entrenó ayer con dos novedades importantes en el grupo, la presencia de Lucas Ocampos y Marcos Acuña tras un periodo amplio de inactividad, sobre todo el lateral izquierdo a causa de una rotura de fibras.

En el caso del extremo, ha recortado los plazos de recuperación previstos e incluso no se descarta que pueda entrar en la convocatoria para el partido del Nou Camp, ya que se probó el pasado viernes con idea de comenzar a entrar y tuvo que retirarse tras tener “malas sensaciones”, según explicó el entrenador guipuzcoano.

Ocampos, que sufrió una dura entrada en el Sevilla-Getafe de hace 23 días por parte del defensa togolés Djené Nekoman, se encuentra muy mejorado después de que las primeras estimaciones tras confirmarse que sufría un esguince de tobillo grado dos con afectación del ligamento fueran de alrededor de un mes y medio.

Aunque es precipitado que pueda viajar a Barcelona, todo va a depender de la evolución que tenga y que el jugador quiera dar un paso adelante, algo a lo que está dispuesto, aunque Lopetegui necesita futbolistas que estén al cien por cien para defender el 2-0 del Sánchez-Pizjuán. Acuña sí está descartado. El lateral sufrió en el partido ante el Eibar en casa (0-1) una rotura en la parte posterior del muslo izquierdo, una zona en la que ya acumulaba lesiones y que es especialmente sensible.

El resto entrenó sin incidencias y la plantilla volverá al trabajo en la mañana de este martes, cuando Lopetegui dé la lista con la ilusión de hacer valer sus armas sobre el Barcelona, aunque la corriente derrotista gane adeptos y se mantenga en sus trece.

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