Atlético - Sevilla: Un inesperado cántaro de agua
Atlético de Madrid-Sevilla | La previa
El Sevilla de Quique, aún con muchas bajas, busca su confirmación en el partido aplazado frente al Atlético de Simeone, en una situación muy distinta a la de hace apenas una semana
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Usando el argot taurino, podría decirse que Quique Sánchez Flores afronta la confirmación en Madrid tras tomar la alternativa en Los Cármenes. Pero para evitar suspicacias con la confrontación entre torero y enemigo astado -todo un Miura, habría que convenir- será mejor usar la alegoría que el propio técnico tan hecho a los vínculos rituales y festivos entre Sevilla y Madrid, viene usando desde su aterrizaje en Nervión. En el Metropolitano el Sevilla tendrá que cortar mucha leña y acarrear mucha agua para no dar la espantá. Pero hay que recordar que este partido de la jornada cuarta que fue aplazado con alivio para un Sevilla sin arrancar se presenta ahora de otra forma, como una ocasión inesperada.
Ningún sevillista, en la nefasta racha de Diego Alonso, tenía el más mínimo atisbo de optimismo cuando miraba en lontananza el encuentro que LaLiga fijó para la víspera de la Nochebuena, una cita que suele ser un hueso duro de roer, aunque en las visitas al Atlético de este siglo el Sevilla ha arañado sustanciales empates. Ganar, lo que se dice ganar, apenas lo hizo en la Copa del Rey de 2018, en el partido de ida de los cuartos de final. Pero en la Liga hay que retrotraerse hasta el 28 de septiembre de 2008, 0-1, gol de Luis Fabiano.
Desde entonces se han jugado 14 encuentros ligueros entre Atlético y Sevilla, tanto en el Calderón como, desde 2017, en el Metropolitano con siete empates y siete derrotas, al cincuenta por ciento. Aunque la última derrota fue la muy ominosa goleada sobre el equipo de Jorge Sampaoli el pasado 4 de marzo (6-1), poco antes de que produjese el milagro de José Luis Mendilibar. A ver si toca empate en el carrusel de resultados de los últimos tres lustros...
En la alegoría de cortar leña y acarrear agua, a Quique se le aparece este inesperado cántaro que apenas tiene asas. Una oportunidad de intentar sumar al menos un puntito que sería un sorbo de agua fresquísima como confirmación de la mejoría. Si la lógica y el puro realismo invitaban a pensar que con Diego Alonso la derrota iba como un inevitable lastre en la valija de la expedición sevillista, ahora con Quique Flores el aire es otro y puede que no se acabe cayendo el resbaladizo cántaro en el trayecto desde la fuente... Aunque el gol de penalti de Borja Mayoral sobre la bocina del último visitante en el Metropolitano (3-3), condicionado también por la expulsión de Savic en el minuto 38, le vuelve a dar una bocanada de acre realismo a la aventura sevillista. ¿Dos partidos seguidos va a fallar el equipo más seguro en su estadio de toda la Liga?
Porque resulta que el Atlético no pierde desde el pasado 8 de enero y si hoy puntúa habrá cerrado un año entero invicto en su temible feudo. Sólo el Gefate osó rascar dos empates en este anual ciclo, conque... Aunque la imagen dada en Granada, ante un rival de muy menor entidad lógicamente pero también con una docena de bajas sevillistas, podría tener incluso un agradable refrendo si Quique logra hacer competir a su equipo, que apenas recupera a dos futbolistas, frente al ogro tan competitivamente adiestrado por Simeone.
Quique agradece la disponibilidad de Sow y de Rakitic, aunque el suizocroata deja la incertidumbre de si no ralentizará ese refrescante ritmo que impusieron Soumaré, Suso y Óliver Torres, la improvisada medular en Granada. Quizá para paliar eso ensayó el jueves con el segundo capitán en la novedosa doble punta del ataque. También podría ser el relevo a un cansado Ocampos... o a En-Nesyri.
El madrileño sabrá cómo distribuye los roles ante el combativo Atlético, que tiene alguna baja reseñable, como Savic y Mario Hermoso, ambos sancionados, que se unen a las ausencias de los lesionados Pablo Barrios y Lemar. Simeone incluso medita ubicar una zaga de tres centrales, con Azpilicueta acompañando a Witsel y Giménez, y Nahuel Molina y Riquelme en los carriles. Es una opción. Como también que Quique varíe su inicial 5-3-2. La ocasión está ahí y el que quiera agua ha de mojarse.
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