Así jugaron los futbolistas del Sevilla: Señalar a Fernando así es ver la paja en el ojo ajeno

Sevilla FC-Rayo Vallecano

Fernando se va muy enfadado después de no aceptar la mano de Mendilibar.
Fernando se va muy enfadado después de no aceptar la mano de Mendilibar. / Antonio Pizarro

Empate de un Sevilla que decepcionó por cómo afrontó el partido ante el Rayo y por cómo leyó el partido Mendilibar, que activó al equipo en la segunda mitad pero también lo desactivó con otras decisiones. Al menos reconoció que fue el "primer responsable" del caos de la primera parte.

Su primer error, aunque pudiera ser un cambio lógico tácticamente, fue señalar a Fernando en el minuto 37, cuando podría haber esperado al descanso para no señalar así a un jugador que portaba el brazalete de capitán y que es una institución en Nervión. Quizá se equivocó también el jugador al mostrar de forma tan patente el enfado, pero ese señalamiento fue como ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio: el desorden táctico y la falta de confianza e intensidad para hacer el juego que quiere Mendilibar.

Nyland. Tuvo poco trabajo, pero lo realiza con oficio: no se queda nunca con los balones, es su forma de escupir el peligro y así lo solventa. En los goles no pudo hacer nada.

Juanlu. Que fuera el mejor recurso ofensivo del Sevilla es un dato a analizar. Cuando Mendilibar lo quitó porque se había vaciado, se desactivó el ataque. Atacó con empuje, pero también con criterio. Quedó algo señalado por cómo estaba tan solo Álvaro en el 0-2, pero debe ser consigna que esté tan adelantado en la salida del balón.

Badé. Mejor cuando tuvo que cortar las contras del Rayo que cuando tuvo que defender en estático, como en la falta del 0-1, en la que se quedó clavado casi. Salió varias veces rompiendo líneas.

Gudelj. Mala fortuna en el despeje al poste, aunque también llegó un poquito tarde. Puso intensidad en los duelos e intentó sumarse al ataque.

Acuña. Fuera del partido. Isi le ganó los duelos, Raúl de Tomás, también. Encima hizo la mala entrega en el 0-2 y jamás ofreció salida por su costado. Su cambio estaba cantado... y Mendilibar sí esperó al descanso.

Fernando. Desde el principio se vio que no era su día: llegaba tarde, daba entregas cortas, perdía duelos en la medular. Pero de ahí a señalarlo tan pronto fue excesivo. Mendilibar perdió el son y se le volvió claramente en contra el juicio público.

Sow. No es mediocampista de posición y Mendilibar lo sacrifica en un puesto en el que sufre y no se impone. Cuando el Sevilla se volcó y adelantó su posición, participó en varias acciones de ataque y marcó el gol, un gran tanto, que mantuvo la esperanza

Suso. Empezó muchas cosas y terminó pocas. Pocas veces pudo con el Pacha Espino, y apenas se prodigó en esas diagonales características, aunque sí participó en combinaciones y apoyos cuando se escoró al centro ya en la segunda parte.

Óliver Torres. Un agujero en una zona clave. Ni llegaba a la presión ni ofrecía una salida continuada. Otro cambio que estaba cantado y que también se quedó en la ducha en el descanso.

Lukébakio. Hace demasiadas veces la guerra por su cuenta y es cierto que debe ayudar más en ataque, pero siempre tiene ese algo, como ese centro que dio desde la derecha a En-Nesyri en el primer palo (61').

En-Nesyri. Salvó un punto con un gran gol sobre la bocina, pero su estado de forma invita a un banquillazo que ahora mismo es imposible realizar. Tuvo un par de remates claros antes del gol que no aprovechó, el del centro de Lukébakio y otro centro anterior perfecto de Juanlu que cabeceó arriba con todo a favor. Pero es que debe ponerse más de remate y fuera del área es un dolor.

Rakitic. Intentó arreglar aquello con balones largos en la primera parte. Tuvo poca eficacia. En la segunda, ya con Pedrosa y Ocampos en el campo, sí empujó y distribuyó con criterio y sacó el córner del 2-2 de forma perfecta.

Pedrosa. Frenó a Isi y abrió una vía de ataque que estaba completamente cerrada.

Ocampos. A su estilo, a trompicones, removió el árbol una y otra vez, aunque a veces se atropelló más de la cuenta.

Jesús Navas. No estuvo acertado el palaciego. Todo voluntad, pero poquísimo acierto en sus intentos de centros.

Rafa Mir. Es incapaz de reivindicarse como delantero titular del Sevilla. Salir en el minuto 80 para intentar remontar y tener esa ocasión en el punto de penalti, un balón que le llega flojito y lo controla y la manda fuera es de juzgado de guardia.

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