Los trapecistas actúan sin red en el circo Sevilla F.C.
Sevilla F.C.
Del Nido Carrasco y Orta afrontan un toro embolado con el equipo un punto por encima del descenso
La urgente remodelación de la plantilla no tiene esta vez el parón del Mundial para dar sosiego a las decisiones
Fin de la primera vuelta de la Liga y el Sevilla presenta una patología realmente grave. Los números no engañan, sólo 16 puntos, tres entrenadores han pasado ya por su banquillo para alcanzar los peores registros de toda la historia. Concretamente, los mismos que en la temporada 1999-2000, cuando lo entrenaba el fallecido Marcos Alonso y, a pesar de realizar un fútbol agradable en muchos partidos, perdía y perdía sin cesar.
El epílogo de aquel curso fue el descenso a Segunda División y en la actualidad la tendencia es más o menos la misma. A diferencia de la temporada anterior, en la que ya los síntomas eran iguales de preocupantes, no existe la red del largo parón por el Mundial para poder arreglar el desaguisado cometido en verano con un mercado de invierno que sí fue providencial para la salvación e incluso para conquistar la Liga Europa por séptima vez.
Así salvaba el Sevilla un curso en el que se intuía ya una cuesta abajo sin frenos y lo hacía, además, con extrema brillantez. En esta campaña la situación es harto diferente. Para empezar, ya ha agotado el comodín de los entrenadores. Quique Sánchez Flores es la tercera bala, como lo fue José Luis Mendilibar después de Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli. Ahora ya han pasado también el propio Mendilibar y Diego Alonso antes de esta nueva apuesta, que, eso sí, ha sido mucho antes que la anterior, pues el vasco llegó en el parón previo a la Semana Santa.
Juventud
Agoumé y Fofana nacieron en África y refieren 21 años en sus documentos de identidad; Hannibal, 20 años, llegó al Manchester United desde el Mónaco
La principal diferencia es que Mendilibar arrancó con una racha de victorias que Quique Flores no ha podido alcanzar, pues se quedó en el triunfo en el debut con el Granada y la imagen del jueves contra el Athletic no pudo ser más preocupante. El Sevilla fue un juguete en manos de los vascos, superiores como es difícil de ver ya en un duelo de las máximas categorías de las ligas europeas.
Este Sevilla, con casi diez bajas por partido en su primera plantilla y tan pésimamente estructurado que ocupa hasta siete fichas con futbolistas que ejercen como centrales necesita un bisturí por la vía de urgencia, pero ¿quienes están a cargo de él son capaces de cortar con criterio para confeccionar una plantilla coherente? Sergio Ramos, Badé, Kike Salas, Nianzou y Marcao, cinco centrales puros durante toda su trayectoria futbolística, tuvieron participación contra el Athletic, también Gudelj, aunque éste jugara en su puesto natural de medio centro antes de su lesión. Y en el banquillo se encontraba Gattoni.
Normal, pues, que no existan fichas libres para otras posiciones. Pero ahora le toca a Víctor Orta y José María del Nido Carrasco, los que ejercen de trapecistas en este verdadero circo, tomar las decisiones y lo hacen, además, sin la red protectora para evitar que se peguen un trompazo de aúpa. Los dos primeros nombres que encabezan esta lista de posibles refuerzos para enmendar la situación son el centrocampista Lucien Agoumé y el delantero Datro Fofana.
Decisiones
Usado el comodín de los entrenadores, hasta tres ya, la plantilla sevillista necesita rendimiento inmediato, no sólo apuestas
El primero de ellos ha jugado apenas 4 minutos en la presente temporada en un partido en el que el Inter ya ganaba por 0-4 en la visita a la Salernitana. El delantero marfileño sí ha tenido más participación en el Union Berlín, donde ha disputado 12 partidos de la Bundesliga, 4 de la Champions League y 1 de Copa. Su balance es dos goles, un pase de gol y 976 minutos disputados. Curiosamente, su único gol en la liga alemana lo consiguió en el último partido antes del parón invernal el pasado 20 de diciembre contra el Colonia.
En la teoría, ambos coinciden en los años, 21, aunque siempre con la acotación en este sentido de la edad de que los dos nacieron en África. Agoumé lo hizo en la capital de Camerún, Yaoundé, mientras Fofana vino al mundo en Ouragahio, una ciudad de Costa de Marfil. Algo parecido ocurrió la pasada temporada con Badé y funcionó, aunque éste ya estaba por Sevilla cuando se reanudó la competición después del Mundial.
El problema es evidente, el Sevilla necesita adaptación rápida y rendimiento inmediato, además de aligerar una plantilla en la que todos están ya esperando muchos, y sus correspondientes representantes, para salir con ventajas económicas siempre para ellos. Las prisas son para el club nervionense y, de momento, sólo pidió marcharse voluntariamente el veterano Fernando, con el contrato ya rescindido de común acuerdo.
Así que el bisturí está en manos de Orta y Del Nido Carrasco, los trapecistas en este circo, y éstos carecen de red protectora. El nuevo presidente hablaba de un mercado ambicioso, pero la primera jornada con éste abierto ya se ha consumado y ni siquiera pudo ser inscrito Isaac, el goleador del filial, por el galimatías que se presenta entre altas y bajas. Eso sí, una nueva derrota para sumar en la primera vuelta nueve. Con sólo tres triunfos, el resto, hasta siete, empates.
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