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Análisis Real Sociedad - Sevilla: Dirigiéndose hacia puertas falsas

Si Diego Alonso asegura que los jugadores creen en el modelo, desde fuera la verdad es que aún resulta difícil identificarlo

La Real planteó duelos individuales y sólo Óliver Torres halló la fórmula

Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante la Real Sociedad

La Crónica: El Sevilla de Diego Alonso desvela ya su faz de perdedor (2-1)

Ortiz Arias muestra la roja a Sergio Ramos tras consultar con el VAR. / E. Press

Peligrosamente equivocado, dirigiéndose hacia puertas falsas, no se sabe si creando más incertidumbre en el terreno de juego o ante los micrófonos, donde se escucha al entrenador convencido en reforzar la idea, a los gestores contentísimos con dónde éste está queriendo llevar al equipo...

Y lo termina de arreglar quien en teoría debía poner experiencia, calma, liderazgo...

El Sevilla de la actualidad, el de este final de noviembre a una semana de la Junta de Accionista, es un piso en el que sus habitantes viven un brote entre esquizofrénico y de suplantación de identidad. Nadie es en realidad quien cree ser. Alguno se mira en el espejo y ve a Napoleón.

El entrenador vio a sus muchachos jugar “el mejor partido” desde su llegada, presidente y vicepresidente se retorcían en sus sillones entre congelados y sentenciados. El tercero en discordia, el director deportivo, sabe Dios cómo estaría pero tampoco nada cómodo, pues se imagina ya la guillotina también cayendo sobre su cabeza si su apuesta no va a mejor.

El Sevilla, pese a la opinión de Diego Alonso, dio pena otra vez. Salió entregado, ni ir perdiendo a los tres minutos hizo que adelantara su primera línea de presión para darle un poco de intensidad al duelo. Y cuando mejor estaba, cuando el balón empezaba a correr bajo los pies de Óliver Torres, llegó el líder de la manada, el nuevo capitán, para tirar a la basura la reacción. Cómo estará el equipo que hasta Jesús Navas perdió los nervios.

Defensa

Replegado y esperando en la línea de medios por mucho que se quiera vender otra cosa, superado siempre en los duelos, descolocado a la mínima basculación siguiendo un balón del rival... el Sevilla salió entregado y tras el gol a los tres minutos entregado siguió.

Hubo ocasiones en las que la actitud del equipo dejaba en evidencia a su técnico. El rival jugando de espaldas en campo contrario y la línea de presión no se adelantaba, nadie mordía al poseedor para tratar de forzar un error... Uno de los fuertes de En-Nesyri es su gran trabajo en la presión, su velocidad en ese tipo de tareas defensivas, pero el marroquí tenía muy lejos a su compañero más cercano.

Después, delante de la defensa el dúo Fernando-Soumaré fue muy contemplativo y el mejor ejemplo es el golazo de Sadiq. Rizaban el rizo un eje de centrales en el que hay más galones de fachada que de fútbol (aunque Badé mantenía el tipo) y un portero que a veces, muchas veces, resta más que suma. Así es imposible.

Ataque

Hasta la salida de Óliver Torres no hubo nada. Si vio algo Diego Alonso debería explicarlo con el vídeo. La presión a pares de la Real se comió literalmente al Sevilla. Si el partido se juega a duelos individuales este equipo está perdido. En intensidad ganó siempre el rival, atosigando al receptor.

Con Óliver sí se dio con la tecla. Buscó balón y éste corrió más y mejor, pero Sergio Ramos lo estropeó todo, como otras veces... ante el Lens, ante PSV, en Cádiz...

Virtudes

Llegó a soñar con meterse.

Talón de Aquiles

Los jugadores creerán en el modelo, pero fuera no se identifica.

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