Las 11 expulsiones del Sevilla: casuística rigorista y Acuña reincidente

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Curiosamente, el Betis es el único equipo que supera al Sevilla en rojas esta temporada, aunque los nervionenses siguen encabezando la clasificación de Primera con 342 en 2.626 partidos

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Pape Gueye, dos expulsiones en ocho partidos del Sevilla, una en 100 partidos con el Marsella

Pape Gueye sonríe ante Acuña en un rondo de este lunes.
Pape Gueye sonríe ante Acuña en un rondo de este lunes. / Juan Carlos Vázquez
E. Florido

10 de abril 2023 - 14:07

Algún compañero de profesión ha titulado una pieza informativa con el ocurrente 'Sevilla, capital mundial de la tarjeta roja'. El Sevilla es el segundo equipo con más expulsiones de la Liga, 11, sólo superado por el Betis, con 12. Ambos han tenido dos expulsiones en la última jornada liguera y en el caso del Sevilla hay un reincidente, Acuña, expulsado en ambos casos por conducta antidepotiva con el juego parado.

La casuística del Sevilla es muy variada y en algunos casos muy rigorista, mediante ese nuevo inquisidor inmisericorde y arbitrario que es el chivato VAR y también por los erráticos criterios de unos árbitros alejados de la naturalidad del juego. También tiene que ver la tensión a la que se ve sometido un grupo acostumbrado a la lucha por la excelencia que se ve en el filo del precipicio.

Mendilibar, siempre franco, habló de que las amarillas a Pape Gueye fueron por "gilipolleces". El vizcaíno está sufriendo este síndrome igual que lo sufrieron antes Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli. Con las de Pape Gueye y Acuña, ambos por segunda ocasión y en circunstancias casi calcadas a las primeras, ya lleva 342 expulsiones en 2.626 partidos de Liga. Es el equipo con más expulsiones en la historia de la Liga.

Dos expulsiones con Lopetegui

En el primer año de Lopetegui, el Sevilla sólo sufrió una expulsión, de Ocampos en Valladolid, al final del partido y sin que afectara al triunfo (0-1). Pero luego comenzó una deriva que llevó hasta la actual realidad: 11 expulsiones en 28 partidos.

La serie comenzó con la primera que sufrió el equipo aún con el guipuzcoano. Bien pronto, en la segunda jornada, Acuña fue expulsado estando en el banquillo por un rifirrafe con El Yamiq, que también estaba en su banquillo, en el minuto 87 del Sevilla-Valladolid (1-1). Fue expulsado por "salir corriendo de su banquillo hacia el área técnica rival, empujando a un adversario y provocando un enfrentamiento tumultuoso".

En la jornada quinta, Lamela fue expulsado por doble amarilla en el minuto 84 del Espanyol-Sevilla (2-3), cuando el equipo de Lopetegui defendía la renta de 0-3 y el equipo periquito buscaba la remontada. Aguantó el acoso de los minutos finales y culminó el angustioso triunfo.

Las siete expulsiones con Sampaoli

La siguiente expulsión sería en la jornada décima, ya con Jorge Sampaoli en el banquillo, donde se estrenó tres jornadas antes ante el Athletic. Fue en el Sevilla-Valencia. Soto Grado expulsó en el minuto 96 a Papu Gómez. Pero luego, por revisión de VAR, rectificó y expulsó a Kike Salas, que se quitó de encima a Correia al interponerse en su carrera el valencianista ya en el área. Tras la revisión y el decreto de penalti, éste lo lanzó Gayá y lo paró Bono (1-1).

La de Montiel en el derbi de Heliópolis (1-1) fue justificadísima. Montiel realizó una entrada muy peligrosa en la banda sobre Álex Moreno, en la primera parte. Al final de la misma sería expulsado Fekir y al principio de la segunda, Borja Iglesias.

Las polémicas rojas a Nianzou y Rakitic

En la siguiente jornada, la decimocuarta, llegaron las rigurosas y polémicas expulsiones, ambas vía VAR, de Rakitic y Nianzou, en la primera parte del Sevilla-Real Sociedad (1-2). Ambas fueron acciones fortuitas producto del juego, en una clara demostración de que el arbitraje necesita un clínic de cuáles son los movimientos naturales de los futbolistas. Sobre todo sangrante fue la segunda, la de Nianzou.

La serie continúa con la doble amarilla a José Ángel Carmona en el Celta-Sevilla, justo después del parón del Mundial, jornada decimoquinta. El canterano cedido en el Elche realizó una entrada temeraria sobre Iago Aspas en el minuto 86. El Sevilla supo aguantar el 1-1 final. Fue el tercer partido liguero consecutivo con expulsiones.

La salida de tono de Fernando

En la jornada 23, y después de siete partidos sin expulsiones tras las charlas internas para evitar esa incidencia negativa, Fernando perdió los papeles en el Sevilla-Osasuna (2-3). Estando fuera del campo de juego ya insultó gravemente al auxiliar y al árbitro y le cayeron cuatro partidos de sanción. El Comité de Competición tuvo en cuenta su arrepentimiento y disculpas públicas.

En el partido inmediatamente posterior, Pape Gueye sufrió la ignominiosa expulsión por doble amarilla por parte de Cuadra Fernández en el Atlético-Sevilla (6-1). El Sevilla recurrió a las distintas instancias hasta el TAD, que rechazó el recurso. El colegiado balear habló de juego temerario, cuando el sevillista despejó caramente el balón y fue Mario Hermoso el que se interpuso en la trayectoria del movimiento natural de su pierna tras el despeje.

Las dos últimas expulsiones

Aquella de Pape Gueye fue en el antepenúltimo partido de Sampaoli. Las siguientes fueron ya con Mendilibar en el polémico Sevilla-Celta. Polémico porque la nueva expulsión injusta de Pape Gueye en el minuto 19 provocó la ira del reincidente Acuña tras el gol del empate de Gonçalo Paciencia (2-2).

El mediocampista sevillista vio la amarilla en el minuto 6 por un manotazo de espaldas y defendiendo la pelota sobre Renato Tapia y en el 19 por un pisotón fortuito, fruto de la acción del juego y en ningún caso de forma temeraria, como redactó Pizarro Gómez, que fue avisado por el cuarto árbitro ya que no fvio ni falta en el robo de balón de Pape Gueye a Iago Aspas, al que pisó con la pierna de apoyo, no con la que atacó el balón, de forma involuntaria.

Esta amarilla es recurrible, no así la roja de Acuña, aunque sí podría haber alegaciones también por las disculpas del jugador y por la expresión puto, que el lateral izquierdo niega. Hay que remontarse a la temporada 1989-90 para encontrar un Sevilla sin expulsiones. Curiosamente, cuando el Sevilla viene de su mejor época histórica siente que los criterios arbitrarios y alejados de la dinámica del juego desde la implantación del VAR es el que sufre más expulsiones.

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