El zoosanitario de Sevilla, al borde del caos
El Centro Municipal de Protección y Control Animal de la ciudad no cuenta con un servicio de atención y recogida de especies durante las tardes y los fines de semana
El Centro Municipal de Protección y Control Animal de Sevilla, conocido popularmente como zoosanitario, está al borde del colapso. La falta de profesionales se combina con una plantilla en edad avanzada y con vacantes que no se llegan a cubrir. ¿El resultado? Un estado de saturación para la plantilla, pero también para los animales que residen allí. Incluso el ciudadano puede sufrir las consecuencias cuando el espacio cierra sus puertas por las tardes y los fines de semana. A ello se suma el principio de “muerte cero”. Una política justa que impide el sacrificio a no ser que el animal sufra una circunstancia terminal como una enfermedad o un atropello. “La acumulación de animales” que en, algunos casos pueden llevarse en los boxes hasta dos años, y “la saturación” generalizada provoca “que el personal que trabaja allí sea insuficiente”. Esta realidad la lleva denunciando el sindicato CSIF en el Ayuntamiento desde hace meses. Los procesos para adoptar se acumulan, los efectivos echan horas de más fuera de su jornada y los animales esperan, in aeternum, una nueva oportunidad.
El espacio está dividido en cuatro tipos de instalaciones: équidos, caninos, felinos y aves. Aunque los trabajadores tiran de una vocación innata y de férrea profesionalidad para que el tratamiento que reciben los animales sea inmejorable en cuanto a alimentación, atención veterinaria e higiene se refiere, Rafael Román, portavoz del CSIF en el Ayuntamiento, sí que insiste en que muchas especies tienen determinadas carencias. Vacíos que no se pueden llenar por falta de tiempo, equipos e incluso formación.
El cierre del centro por las tardes impide que, por ejemplo, las razas de perros potencialmente peligrosos no salgan a la zona exterior el tiempo que deberían. Muchos canes de este tipo “son rescatados en detenciones y, al haber pasado toda su vida en un contexto de agresividad, nadie los quiere”, apunta el portavoz, quien reflexiona sobre las enfermedades mentales que padecen algunos y que no mejoran en las instalaciones. Pero hay más. Equinos que tampoco cuentan con el tiempo de esparcimiento que precisan. Incluso ocasiones extremas en las que han tenido que hacer malabares en el espacio, teniendo que meter gallos de peleas en gateras en alguna ocasión
Animales transportados en patrulleros y esperando en comisaría
Mientras los profesionales lidian con ello, también hacen frente a la llegada de cerdos, buitres, pitones, ovejas e incluso caimanes. Un aterrizaje que se hace imposible por las tardes y durante los fines de semana, debido a que el zoosanitario está cerrado. “Tiene un horario hasta mediodía como consecuencia de que no cuentan con personal suficiente para establecer un calendario de trabajo”, señala Román. Apunta que, hasta febrero del año pasado, “una empresa externa” asumía la recogida de animales perdidos para llevarlos al centro. Sin embargo, cuando acabó el contrato no se volvió a renovar. ¿Quién asumió esta tarea? Sin comerlo ni beberlo, la Policía Local se responsabilizó de ello aunque no formara parte de sus competencias. “De buena voluntad atendíamos las llamadas de ciudadanos que se encontraban un perro perdido o un caballo en medio de la calzada”, explica Santiago Raposo, delegado sindical de la Policía Local.
Los agentes hacían uso de los coches patrulla para rescatar los animales y de las comisarías para que permanecieran allí en caso de que el zoosanitario estuviera cerrado. “Denunciamos que los patrulleros no son vehículos adecuados, porque en ellos llevamos a detenidos y no sabemos si un perro tiene una enfermedad, por ejemplo. Lo mismo sucede con las comisarías... no creemos que sea sitio para un perro ni que tenga que pasar todo un fin de semana amarrado en jefatura”, manifiesta el delegado sindical.
Una situación que cambió en verano cuando la Jefatura de la Policía Local envió un comunicado en el que advertía: “Cualquier intervención con animales por parte de esta Policía Local se limitará a la activación a través del Centro de Control de los recursos municipales disponibles. Los agentes se abstendrán de realizar cualquier otro tipo de actuación con el animal, así como traslado en vehículo policial o custodia en dependencias policiales”. “¿Sabe qué hacemos ahora? Decirle al ciudadano que debe hacerse cargo de los animales que haya encontrado”, explica Raposo sobre una realidad que, a su juicio, escapa de toda lógica. “Si nos llaman desde Torreblanca, porque hay caballos sueltos en la calzada solo podemos limitarnos a encender las luces para espantarlos, pero puede provocar una desgracia”, apunta y denuncia que “la ley” –concretamente el artículo 22 de la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales– “obliga a que todos los Ayuntamientos tengan un servicio 24 horas de recogida de animales”.
Para paliar que estas situaciones se sigan dando, tanto Román como Raposo, consideran fundamental que se cuente con “un sistema de relaciones con protectoras” que puedan colaborar con el zoosanitario. “La gestión es un desastre”, asevera el portavoz de CSIF. Aunque recalca que ninguna de las corporaciones municipales han estado a la altura, manifiesta que “venimos protestando y haciendo propuestas en cuando a ampliar la plantilla, que se hagan formaciones periódicas o que se confeccione un paquete de horas” adicionales.
Entre las promesas electorales y la realidad
Tirando de hemeroteca, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, prometió en campaña electoral construir un nuevo zoosanitario y hacer de Sevilla una ciudad “amiga de los animales”. “Una ciudad amiga de las mascotas caracteriza a aquellas ciudades, establecimientos, empresas y actividades que mantienen una actitud consciente y respetuosa con los animales”, explicó en mayo de 2023. Por ahora, el Gobierno municipal ha confirmado a este periódico que se están “estudiando diferentes líneas para ampliar la plantilla”. Según las fuentes consultadas, este mismo mes se incorporarán dos administrativos y tres auxiliares veterinarios para aliviar la carga de trabajo del equipo. Por otro lado, atendiendo a la demanda de un servicio que recoja a los animales perdidos en horario de tarde y durante los fines de semana, los técnicos ya están trabajando en los pliegos para licitar un nuevo contrato que permita que una empresa externa asuma estas labores.
Otro de los negociados del Centro Municipal de Protección y Control Animal de Sevilla es el control y gestión de plagas. La saturación que sufre la plantilla por la falta de trabajadores no es ajena a este departamento. “La ciudad es grande y los efectivos son pocos. Desde hace años no se tiene establecido un paquete de horas anual para atender los mercados de abastos cuando están cerrados y los colegios cuando no hay niños”, manifiesta Román.
También advierte que este problema “se ha hecho crónico” y pone como ejemplo que “solo se revisan las arquetas de los colegios si hay avisos por parte del AMPA de un centro o de la Delegada de Educación, pero no hay un plan de mantenimiento”. En Gobierno municipal es firme en cuanto a labores que se realizan en este área: “Los técnicos se reúnen cada semana con la empresa externa para coordinar los trabajos y saber en qué calles y espacios se ha actuado”. Por otro lado, fuentes del Consistorio ponen en valor que “se está actuando en todos los distritos por igual” con especial incidencia en “colegios y mercados”.
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