De zafiedades

AYER se habló de culos en el Salón Colón. Y de Cuba, de nuevos micromangazos de IU en forma de viajes, de casos de corrupción en otras ciudades de España, de lo de siempre... Pero se habló de culos. Dos veces. El edil de Economía y Empleo, el nunca bien ponderado piquetero Carlos Vázquez, miró con ira a la bancada del PP después de oír que todo el mundo se enteraba de que su mujer había viajado gratis total al Caribe: "Ustedes montan todo esto para salvar su culo". Después precisó que se trataba del "culo electoral". ¡Menos mal! Semejante mente preclara de la política y el parlamentarismo español citó después a Machado. Después del culo, se entiende. Y trató de sembrar la sospecha aludiendo a quién pagó el viaje de Zoido a Bruselas, donde se fotografió con el tenista Nadal. Los quince concejales del PP se le echaron instintivamente encima. A Vázquez le traicionó el subconsciente cuando aludió al líder de la oposición: "Como todavía no es alcalde..." ¿Tira la toalla el edil piquetero con la de partido que aún queda por jugar? La historia está llena de encuestas victoriosas que terminan en la amargura. Por no decir que terminan...de culo.

Pero cuando lo bordó fue cuando, sin nombrarlo, insultó a un profesional de la información. Le llamó txakurro, perro en vasco. Mejor no recordar quiénes usaban ese calificativo y para qué en el norte de España. Nadie, salvo el grupo popular, condenó la ofensa. Resulta muy triste una intervención tan zafia, que retrata al protagonista y que aleja aún más al público de la política. ¿De que sirvió aquella declaración de buen rollito con los medios aprobada en el Pleno del pasado diciembre?

Rosamar Prieto-Castro volvió a equivocarse a la hora de votar y apoyó al PP, pero esta vez le echó la culpa a la máquina. "Me van a tener que mirar el cacharro a mí...¡Es que se me queda pillado". Hubo risas. Zoido anduvo rápido de reflejos: "Siguiendo el criterio de este grupo, no tenemos inconveniente en que la señora presidenta pueda votar de nuevo". No, la delegada de Fiestas Mayores no va en las listas de la derecha.

El alcalde no lo pasó bien ayer. Nada bien. Se le vio cansado. Harto. Monteseirín desistió de tomar la palabra después de que una moción del gobierno, presentada por la vía de urgencia, se fuera al garete. Dice que lo hizo para evitar el espectáculo de los concejales del PP expulsados del Salón Colón. El alcalde mudo fue una estampa descorazonadora. Debió evitarse. Es el alcalde de Sevilla. Hasta del que habla del culo. Electoral.