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Cómo combatir el frío: las viviendas de Sevilla suspenden

Ola de frío polar

Sólo los edificios posteriores a 2008 cumplen los parámetros más restrictivos sobre aislamiento y consumo energético del nuevo código técnico

Cómo combatir el frío en Sevilla / Belén Vargas

Aunque Sevilla ocupa todos los años el foco informativo por superar con creces los 40 grados cada verano, en Sevilla también hace frío. Y mucho. La entrada de una masa fría de aire polar, que afecta desde mitad de semana a toda la Península y Baleares, ha bajado los termómetros de la ciudad al borde de los cero grados en los últimos días.

De esta manera, cuando las bajas temperaturas se han convertido en las protagonistas en todo el país, alcanzando en zonas montañosas del norte valores de hasta -10 grados por la noche e incluso de -6 en municipios de la Sierra Norte de Sevilla como La Puebla de los Infantes, la gran pregunta es cómo hacer frente a esta situación en una ciudad que no está preparada para el frío. Una Sevilla más preparada para combatir el calor donde, como suele decirse, hace más frío en las casas y en los bares que en la calle.

Esta expresión que se utiliza como un dicho popular tiene su fundamento científico. Se trata de una cuestión arquitectónica. La clave está en que en Sevilla no existe una cultura para combatir el frío de manera activa y las viviendas no están lo suficientemente preparadas para cuando los termómetros marcan bajas temperaturas.

La decana del Colegio de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo. / Víctor Rodríguez

No hay un modelo estándar de construcción y en cada sitio se usan los materiales más adecuados, por lo que no es lo mismo construir una casa en el norte de España que en Sevilla. Así lo explica la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla, Cristina Murillo, que asegura que hasta el año 2008, cuando se aprobó el nuevo código técnico de edificación con parámetros más restrictivos sobre el aislamiento y el consumo energético, no se cumplía una normativa exigente con estos puntos.

Cristina Murillo explica que el frío intenso que se siente en Sevilla tanto en las viviendas como en los locales de ocio se debe a un problema de aislamiento en las construcciones, en su mayoría bastantes antiguas. "Lo normal aquí es utilizar aparatos de aire caliente que no son capaces de cortar el paso de la humedad y el frío del terreno sobre el que se asienta la construcción", manifiesta.

Sólo los edificios posteriores a 2008 cumplen las exigencias técnicas que impone el nuevo código y hay que tener en cuenta que "el 70% de las viviendas del parque inmobiliario de Sevilla son construcciones anteriores al año 1987", según explica Cristina Murillo.

"El 70% de viviendas del parque inmobiliario de Sevilla es anterior al año 1987"

La decana de los arquitectos de Sevilla recalca además que esta cuestión "no va cambiar" y que en las casas seguirá haciendo mucho frío en invierno. "Andalucía sólo recibe el 1% del dinero que invierte España en ahorro energético", afirma Murillo, por lo que la intervención en cubiertas y envolventes de los edificios, que sería la clave para aliviar el frío en las viviendas, "está muy lejos de que se pueda producir".

Mantener la vivienda por encima de los 20 grados

Una de las cuestiones por las que se deja de lado el aislamiento del frío en Sevilla es quizás que aquí el peso de las preferencias a la hora de construir una vivienda no cae del lado del frío, sino del calor, es decir, que las edificaciones en el sur de España, por lo general, tienen mucho más en cuenta los criterios de casas frescas en verano frente a los de casas cálidas en invierno.

Se explica así también que en las viviendas de Sevilla no se utilice la calefacción central, como sí es habitual en otras zonas de Andalucía como Granada o Jaén, porque es poco rentable por el clima y además supone un elevado coste tanto de instalación como energético. En Sevilla se opta más por calentar las casas con el brasero y la mesa de camilla, con un foco de calor muy localizado y que no llega a toda la vivienda.

También los aparatos de bombas de aire frío-calor se están imponiendo de manera mayoritaria para ayudar a los sevillanos a subir la temperatura en habitáculos como el salón o los dormitorios, donde suelen instalarse para hacer frente al calor sofocante en las noches veraniegas. Esto consiste en una máquina basada en un ciclo de generación reversible con dos partes fundamentales: el foco caliente y el foco frío. Estos mismos aparatos son usados para calentar locales de ocio u otros negocios abiertos al público, donde también es complicado encontrar el confort necesario en días de frío.

También es recomendable proteger las entradas de aire en la vivienda, fundamentalmente los marcos de las ventanas y puertas que dan al exterior. Para ello es útil proteger ventanas y las cortinas, cuanto más gruesas mejor. Reforzar el aislamiento del suelo ayuda a reducir la sensación de frío en las viviendas. En ese caso, las alfombras y moquetas pueden ser unas grandes aliadas para este propósito.

Abrigarse por capas y evitar el algodón

Seguramente lo de vestirse en capas sea una de las estrategias más extendidas para mantener el calor, con la gran ventaja de regular la temperatura según el momento y el lugar. Sin embargo, se corre el riesgo de abrigarse demasiado, hasta el punto de empezar a sudar. El problema viene cuando el sudor se enfría, lo cual hace que se sientan las temperaturas más bajas.

Por eso, según recomienda eltiempo.es, no es necesario ponerse la ropa más gorda del armario. Es mejor ir abrigado con una camiseta térmica por debajo que hará mantener el calor sin agobios ni sudores. En el caso de los pantalones, puede ser también efectivo abrigarse poniendo por debajo unas mallas térmicas.

Cómo protegerse del frío / Belén Vargas

Otra cuestión a tener en cuenta es el hecho de que prendas de nylon o poliéster son más efectivas para bloquear el frío y mantenerse secos que el algodón.

Las manos y las orejas suelen ser las más sensibles a las bajas temperaturas. Las orejas se vuelven inmediatamente rojas como medida de prevención del cuerpo, que envía un aporte extra de sangre para evitar su enfriamiento, por lo que se recomienda para estos días utilizar guantes y gorro u orejeras. Los pies son otra parte del cuerpo más sensible a perder calor. Utilizar calcetines y zapatos adecuados, con suela de goma para aislar la humedad del suelo, también ayuda ante el frío.

Una alimentación idónea y hacer deporte

Practicar deporte para hacer al cuerpo entrar en calor e incluir alimentos calóricos en las comidas son dos claves importantes para sobrevivir a la bajada de temperaturas.

La comida, ya sea fría o caliente, es una importante fuente de energía para combatir el frío mediante la generación de calor corporal al metabolizar el alimento. Hay que tener en cuenta que la temperatura de la comida tiene muy poca relevancia a la hora de añadir calor al organismo, por lo cual no es tan importante elegir una comida por lo caliente que esté como por los condimentos que llevan las comidas preferentes para el invierno.

Introducir en la dieta la vitamina B (con cereales, verduras, frutas...) ayuda al sistema inmunológico. Además, se recomienda sustituir el azúcar por la miel, por sus propiedades antibacterianas; aconsejable también la ingesta de un yogur al día. Mantener altos los niveles de vitamina C para poder fortalecer así las defensas también es clave en invierno, porque es antioxidante y refuerza el sistema inmune. La contienen, sobre todo, los cítricos como el limón, las naranjas y los pomelos y otras verduras y hortalizas como los tomates, los pimientos, la coliflor, las espinacas y todas las verduras en general.

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