Porque ser viuda no significa estar sola

Desde hace 40 años y hasta la actualidad mucho ha cambiado la situación de las mujeres viudas, tanto como la propia vida de la Asociación Cristiana de Viudas de Sevilla, "una de las primeras asociaciones de mujeres que se fundó en la ciudad, después de la de Amas de Casa, y que en su día llegó a tener unas 400 socias, hoy somos unas 140", explica Blanca Íñigo Lumbreras, presidenta de la Asociación de Viudas desde hace dos años. La situación de desamparo en la que se encontraban multitud de mujeres, una vez fallecidos sus maridos, fue uno de los motivos que provocó el nacimiento de esta asociación allá por 1970 de manos de un grupo de amigas de San Lorenzo. Hoy, más lejos de la situación económica, la Asociación, -con sede en la Casa de los Jesuitas (C/ Jesús del Gran Poder, 40)-, es un lugar de encuentro donde la soledad no tiene hueco: "Para mí entrar en la asociación fue renacer", afirma Blanca. Conferencias, talleres como el de memoria, visitas culturales y la colaboración como voluntarias en distintos proyectos solidarios de ONG son algunas de las tareas que desarrollan en el año. "También asistimos a las asambleas autonómica y nacional y, en breve, celebraremos el día de nuestra patrona La Candelaria (2 de febrero)". Ganas y energía no le falta a este grupo que reclama la atención de las más jóvenes: "Espero que en el año de nuestro 40 aniversario se sumen viudas más jóvenes que renueven la asociación y permitan su supervivencia".