Una visión crítica de otra realidad

Ayer por la mañana, la sala 3 de del Cine Nervión Plaza llenó sus asientos con 250 jóvenes de Secundaria, procedentes de cinco centros de la ciudad, que acudieron a la exhibición del documental La vida loca, obra del cineasta Christian Poveda, asesinado tras la filmación del mismo. La proyección que se disponían a ver no era "del tipo de películas que normalmente se van a ver a los cines, y menos con 15 años", indicó Miguel Fernández, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), entidad responsable, junto con el Ayuntamiento de Sevilla, de mostrar a los jóvenes la cruda realidad a la que se enfrentan miles de jóvenes pandilleros en El Salvador.

Muchos de los presentes en la sala, cuando se posaron sobre sus asientos, ni siquiera conocían la ubicación en el mapa del país centroamericano, pero al concluir el documental la indiferencia dejó paso al turno de preguntas y respuestas. Gracias a la creación de Poveda, los alumnos de los centros Sagrada Familia, San Agustín, Antonio Domínguez Ortiz, Siglo XXI y Vicente Aleixandre pudieron observar la realidad de los jóvenes integrados en las denominadas maras, el vocablo que designa a las violentas pandillas juveniles -creadas sobre el modelo de las pandillas de Los Ángeles- de países de Centroamérica como El Salvador. Así, durante un año, la cámara de Christian Poveda se detuvo en la cotidianidad de una de esas maras, la Clica 18 de la Campanera.

El objetivo de esta proyección fue el de promover en los jóvenes una reflexión crítica acerca de otras realidades juveniles y confrontarlas con sus propias condiciones y estilos de vida; concienciarles acerca de la situación de los jóvenes en los países centroamericanos (pandillaje, exclusión social, drogas, violencia...); y mostrar cómo los proyectos de organizaciones e instituciones tratan de intervenir para mejorar la vida de estos jóvenes y revertir su situación.

Tras la proyección, todos los estudiantes participaron en el debate con técnicos especialistas en juventud y desarrollo, pertenecientes a ONG de cooperación al desarrollo con presencia en Latinoamérica como Apy-Solidaridad en Acción, Asamblea de Cooperación por la Paz o la FAD y se explicó el sentido de esta actividad de sensibilización que, bajo el nombre Descubriendo otras realidades. Una mirada a la juventud en América Latina, demostró que aquellos que sufren la marginalidad no son tan diferentes a los jóvenes que lo tienen todo. "Se trata de cuestión de suerte, de nacer en un lugar u otro y de intentar aprovechar los medios que tenemos para cambiar a mejor", concluyó una alumna.