La relajación de las precauciones dispara los virus entre los menores

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Los pediatras recomiendan vacunar de la gripe a los niños de entre seis meses y cinco años ante la retirada de las restricciones por el Covid y la ausencia de estímulos inmunológicos por la falta de exposición a los virus

Varios niños patinan en la vía pública en un espacio habilitado en Nervión Plaza. / Juan Carlos Muñoz

Los virus respiratorios han irrumpido con fuerza en las consultas de pediatría con el inicio del otoño. Catarros, bronquiolitis y procesos febriles de muy corta evolución son los signos más evidentes de que los virus han llegado y a los que los especialistas están haciendo frente, sobre todo, en los últimos días en los que han aumentado estas dolencias, más habituales de los meses de diciembre, enero y febrero.

El doctor Cristóbal Coronel, pediatra en el centro de salud Amante Laffón en Triana y presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), reconoce que "hay un aumento considerable en los últimos días de las infecciones respiratorias en niños y un incremento importante de consultas tanto por catarro, como bronquiolitis y, sobre todo, un aumento de la demanda urgente por procesos febriles de muy corta evolución (horas o minutos) procedentes de guarderías". El año pasado el virus respiratorio sincitial y la gripe, las enfermedades víricas de mayor prevalencia en la edad pediátrica, "pasaron desapercibido y lo atribuimos al uso de las mascarillas, pero en verano comenzaron a aparecer algunos casos y desde mediados de octubre ha habido un repunte", señala el doctor.

Este otoño-invierno puede ser muy complicado porque se unirán dos generaciones que no han pasado el virus respiratorio sincitial, los bebés de este año y los del anterior, cuando apenas se dieron casos por las medidas anticoronavirus y que, según el pediatra, "estarán más expuestos". "Los primeros contactos con los diferentes tipos de virus son los que dan más sintomatología y presenta mayor gravedad. En cada contacto con ellos vamos sensibilizándonos y aumentando nuestro arsenal protector, haciendo que en cada contagio las manifestaciones clínicas sean más leves o incluso pasen desapercibidas", explica Coronel.

La ausencia de estímulos inmunológicos por la falta de exposición también a los virus gripales, unido a la retirada de las restricciones por el coronavirus, son algunos de los motivos por los que desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) se recomienda como medida excepcional este año la vacunación antigripal a todos los niños entre 6 meses y cinco años, tal y como propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).

"Supongo que esta recomendación este año viene porque es el único colectivo en el que, por los estudios en marcha, ha influido de forma importante. Y también porque es el más susceptible a pasar una enfermedad grave en este sentido. Ya desde hace tiempo se ha ido ampliando el colectivo de riesgo en el que la vacunación antigripal estaba especialmente indicada. Los pediatras no es que seamos provacunas, que también, pero lo que intentamos es proteger al niño de todas aquellas enfermedades posibles con todas nuestro medios disponibles y, las vacunas es uno de los más eficaces, por lo que aplaudimos esta iniciativa", recalca Coronel.

En cualquier caso, los expertos alertan de los riesgos de que el Covid confluya con la gripe este invierno, aunque el escenario para esta temporada es todavía incierto. Según plantea el pediatra se abren dos hipotéticos futuros epidemiológicos. "El benigno, donde las medidas de aislamiento social y mascarillas que aún persisten hacen que los virus de transmisión respiratoria reduzcan su presencia como en las dos últimas temporadas y veamos pocos caso o en épocas no habituales; o, en el peor de los casos, e impredecible dentro de la ecología de los virus, que la gripe afecte a una población mucho más susceptible, no sensibilizada en años previos por una baja tasa de cobertura vacunal, y por circulación de virus salvajes con los que previamente no habíamos tenido contacto y no estábamos protegidos y ello haría que su infestación provocara cuadros más graves y afecten a un gran contingente de personas", concreta.

Lo que sí está claro, no obstante, señala Coronel, es "un repunte de todas las enfermedades respiratorias", dado que, "no sólo no han desaparecido", sino que "están en estado silente esperando la oportunidad para rebrotar". "Y no me refiero sólo a enfermedades víricas, sino también bacterianas como la de la meningitis o gastroenteritis por rotavirus, entre otras, relacionadas todas con la relajación de las medidas de aislamiento social, mayor concentración de personas o menor uso de mascarillas y lavado de manos", remarca el doctor.

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