El violador del parque alega que las relaciones fueron "consentidas"
Admite que la joven estaba "un poco mareada" pero era "consciente", dice que no ejerció violencia, y que se marchó sobre las diez. La juez lo encarcela por homicidio y agresión sexual.
El violador del Parque de María Luisa reconoció ayer que mantuvo relaciones sexuales con la víctima, pero aseguró que éstas fueron consentidas y no fueron violentas hasta el punto de provocarle la muerte desangrada. Con estos argumentos exculpatorios se presentó Francisco M. S., de 46 años, ante la juez de Instrucción número 20 de Sevilla, que decidió enviarle a prisión provisional por delitos de homicidio y agresión sexual, tal y como solicitó la Fiscalía de Sevilla.
El imputado compareció tan sólo por espacio de unos 20 minutos ante la magistrada para ratificar su versión de los hechos y la declaración policial que había prestado ante el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. Francisco M. S. explicó que la tarde del 23 de febrero, en torno a las 21:00, coincidió en el Parque de María Luisa con Sara D. M., de 31 años, a la que no conocía con anterioridad. El sospechoso mantiene en su versión que ambos decidieron mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo, por lo que las mismas fueron "consentidas" y estando la chica consciente. Sí admitió que la mujer estaba "un poco mareada", algo que atribuyó, según dijo el investigado, a que pensaba que habría tomado un par de copas, pero en cualquier caso defiende que la mujer era consciente y sabía lo que hacía, según dijeron fuentes del caso.
Tras mantener las relaciones, Francisco M. S., que está parado, afirma que se despidió de la joven, a la que dejó normal, y se marchó del parque, sobre las diez de la noche, y añadió que no se enteró del fallecimiento hasta el día siguiente, en la mañana del 24 de febrero.
El imputado, que en su declaración se mostró en todo momento muy tranquilo -según fuentes del caso consultadas-, negó que las relaciones fueran violentas, un aspecto que no obstante contradicen con rotundidad los informes forenses, que han determinado que la víctima falleció por un shock hipovolémico debido a la abundante pérdida de sangre provocada por los abusos sexuales que sufrió.
Después de prestar declaración ante la magistrada, la Fiscalía de Sevilla pidió el ingreso en la cárcel del detenido ante la gravedad de los delitos de homicidio y agresión sexual que se le atribuyen. La juez acordó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del investigado, al que no se someterá a una reconstrucción judicial de los hechos en el Parque de María Luisa al no haber reconocido la autoría de los delitos.
El abogado Eugenio Guevara, que representa a Francisco M. S., señaló a este periódico que en las próximas semanas, como mucho en un mes, solicitará la puesta en libertad provisional del detenido, al considerar que no es autor de los delitos de homicidio y agresión sexual. El letrado insistió en la versión que mantiene su cliente, en cuanto a que hubo consentimiento en las relaciones sexuales y descartó el uso de la violencia, por cuanto considera que a la hora en que ocurrieron los hechos, en torno a las nueve y media de la noche, de haberse producido esa violencia se habrían podido escuchar gritos de auxilio de la víctima, puesto que se encontraban en un lugar público y frecuentado por numerosas personas.
Antes de solicitar la libertad provisional, la defensa examinará el atestado policial y los informes forenses y toxicológicos complementarios. Eugenio Guevara señaló que el arrestado carece de antecedentes penales, ya que los que tiene son sólo policiales.
Francisco M. S. tiene hijos mayores de una anterior relación y cuenta con antecedentes policiales por violencia de género contra su actual pareja, aunque ella al final acabó retirando las denuncias. En la vivienda de Triana donde residía hasta su detención, las broncas con su pareja eran continuas y muy fuertes, según los vecinos.
La causa contra Francisco M. S. no se tramitará ante un jurado popular, al imputársele un delito de homicidio y agresión sexual, dado que este último delito no es competencia del jurado y porque se considera que la agresión sexual es presuntamente la finalidad buscada por el sospechoso, no la muerte.
La Policía Nacional puso a disposición judicial a Francisco M. S. a primera hora de la mañana de ayer. Escoltado por varios agentes, el detenido fue conducido a las dependencias judiciales, ocultando su rostro ante la presencia de los reporteros gráficos.
En un principio se había considerado que la muerte de la joven se debió a un suicidio -la mujer dejó incluso una nota manuscrita-, pero la autopsia reveló la agresión sexual y a partir de ahí los investigadores atribuyeron al detenido el delito de homicidio por la gravedad de las heridas que presentaba el cuerpo de la joven y la importante cantidad de sangre que había perdido como consecuencia de la agresión sexual, a la que atacó con "suma violencia".
Según la hipótesis policial, el agresor encontró a la joven de forma fortuita y podría tratarse de un mirón que merodeara habitualmente por el parque de María Luisa. La víctima había acudido la noche del 23 de febrero a la glorieta de Bécquer con la intención de suicidarse y el violador la halló en "un estado de aletargamiento que mermó su capacidad física y psíquica".
Esas circunstancias fueron precisamente aprovechadas por el agresor para acercarse a la joven y agredirla sexualmente, originándole unas heridas que le causaron una importante pérdida de sangre que probablemente determinaron su fallecimiento, más allá de la ingesta de los fármacos antidepresivos. Hasta dar con Francisco M. S., la Policía llevó a cabo una ardua labor en la que interrogó a los posibles testigos y revisó todas las cámaras de videovigilancia del parque, que no registraron nada sospechoso.
Las pesquisas continuaron con el análisis de la ropa de la víctima, en la que descubrieron restos biológicos que podrían pertenecer a otra persona. La Policía Científica obtuvo el perfil genético de ambas muestras, que se introdujo en la base de datos de ADN. El perfil genético del detenido estaba incluido en dicho fichero porque desde noviembre de 2007 la ley permite a las Fuerzas de Seguridad extraer muestras de ADN a los detenidos, por lo que todos los perfiles genéticos de los arrestados se almacenan en esta base, que es cotejada para tratar de resolver delitos, como ha ocurrido en este caso.
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