El violador del Parque está "triste pero sin cargo de culpa" por la muerte
El acusado, Francisco Morillo, reitera ante el juez que las relaciones fueron "consentidas y amistosas, no violentas".
Francisco Morillo Suárez, el hombre de 46 años procesado por el asesinato y violación de la joven Sara D. M., de 31 años, en la madrugada del pasado 24 de febrero, reiteró ayer ante el juez su inocencia, al asegurar que no está de acuerdo con su procesamiento por delitos de asesinato y agresión sexual.
En una breve comparecencia para proceder a la denominada declaración "indagatoria", el titular del juzgado de Instrucción número 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas, le requirió para que preste la fianza de 250.000 euros que le ha sido impuesta, pero el acusado se declaró insolvente al afirmar que no tiene dinero para hacer frente a la misma. Sobre los hechos que se le imputan, el acusado se limitó a decir que no está de acuerdo con las acusaciones, pero no se le formularon preguntas por ninguna de las partes presentes en el acto.
Al término de la vista, el abogado Eugenio Guevara, que defiende a Francisco Morillo, señaló que el acusado realizó una declaración "coherente" en la fase de instrucción, en la que afirmó que no estuvo presente en las horas en las que se produjo la muerte de la joven, tras haber admitido que mantuvo relaciones "espontáneas, consentidas y de forma amistosa, no violentas" con la joven, a la que también niega haberle provocado la muerte.
Según el letrado defensor, el procesado está "bien, tranquilo" y aunque está "triste" por el fallecimiento de la mujer, "no tiene cargo de culpa por la muerte", de la que tampoco se considera responsable porque, prosigue Eugenio Guevara, falleció horas después de las relaciones y por tanto no omitió el deber de socorro.
Por su parte, el abogado Alberto Lag, que representa a la familia de la víctima, explicó que el sumario está muy próximo a su conclusión y recordó que la pena que se solicitará para el acusado "va a ser importante", dado que se le atribuyen delitos de asesinato y agresión sexual, y sólo el primero de estos delitos lleva aparejada una pena de entre 15 y 25 años de prisión, e incluso cabría solicitar hasta la prisión permanente revisable, una medida introducida en una reciente reforma del Código Penal para este tipo de delitos. Así el artículo 140 del Código Penal establece que el delito de asesinato será castigado con esta pena de prisión permanente revisable cuando se den algunas circunstancias, entre ellas que "el hecho fuera subsiguiente a un delito contra la libertad sexual que el autor hubiera cometido sobre la víctima", como ocurre en este caso.
El juez procesó la semana pasada a Francisco Morillo por delitos de asesinato y agresión sexual por la muerte de Sara D. M. el pasado 24 de febrero en la glorieta Juanita Reina del Parque de María Luisa. En el auto, el instructor considera que de las pruebas practicadas durante la investigación de estos hechos existen "indicios racionales" de que en la madrugada del pasado 24 de febrero, entre las 04:30 y las 06:30, Francisco Morillo abordó en el Parque de María Luisa a la víctima, que se encontraba en un "estado de somnolencia" tras haber ingerido algunos fármacos.
Dice el juez que el ahora procesado, "aprovechando dicha situación de vulnerabilidad e imposibilidad de defensa", desnudó parcialmente a la chica y la agredió sexualmente, causándole importantes lesiones que le provocaron una "importante hemorragia" que condujo a su muerte por shock hemorrágico. Después volvió a colocarle la ropa que previamente le había quitado y la "abandonó" en el Parque de María Luisa.
El cadáver de la joven fue hallado sobre las 09:40 del 24 de febrero en la glorieta de Juanita Reina del Parque de María Luisa y tras la práctica de la autopsia por el servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal (IML) se confirmó que la muerte estaba relacionada con la agresión sexual.
De hecho, recientemente el juzgado ha recibido la ampliación del informe de autopsia, que ratifica que la víctima no falleció por la ingesta de fármacos que tomó, sino por la brutal agresión de la que fue objeto y que le provocó que sangrara abundantemente.
La ampliación del informe forense fue solicitada por la defensa del acusado, que había solicitado esta prueba planteando que la joven podía haber fallecido por los fármacos que había tomado para supuestamente intentar quitarse la vida.
La versión de los forenses coincide con la de un psiquiatra que atendió a la joven una semana antes de que se produjera el crimen y que precisó que la víctima era "muy responsable" y se encontraba "agobiada" por asuntos de trabajo, por lo que le recetó unos comprimidos de relajantes musculares. El facultativo añadió, al ser preguntado por los efectos de las sustancias que ingirió la víctima, que aunque se hubiera tomado todas las pastillas de una vez no le habrían causado la muerte y únicamente habría estado "sedada durante varias horas", por lo que descartó igualmente que la muerte se debiera a estos fármacos.
El auto de procesamiento dictado por el instructor concluye que los hechos que se atribuyen al acusado "revisten los caracteres" de los delitos de asesinato y agresión sexual, por cuanto "de lo ahora actuado aparecen indicios racionales de criminalidad" contra Francisco Morillo.
En marzo pasado, el violador del Parque de María Luisa reconoció que mantuvo relaciones sexuales con la víctima, pero aseguró que éstas fueron consentidas y no fueron violentas hasta el punto de provocarle la muerte desangrada.
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