La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
La vigilancia de la Plaza de España es insuficiente y no hay unidad de criterio de los agentes que acuden a prestar servicios en el monumento. Así lo indica un reciente informe interno de la Policía Local de Sevilla, al que ha tenido acceso este periódico. El documento apunta que "sería necesario aumentar el servicio que se presta por parte de la Policía Local, así como que las actividades que se realizan en la zona se encuentren autorizadas". Igualmente, el informe añade que "sería interesante que los agentes que acudan a prestar servicios en el lugar tengan una unidad de criterios por parte de esta Jefatura".
El informe está fechado el 26 de febrero de 2024 y está hecho por la unidad de Intervención en base a dos inspecciones que hizo la Policía Local los días 14 y 19 del mismo mes. Es decir, sólo unos días antes de que el alcalde anunciara que quería cerrar la Plaza de España y cobrar entrada para entrar, en aras de una mejor seguridad y conservación del espacio.
"Al ser uno de los monumentos de mayor reclamo turístico en Sevilla, (la Plaza de España) se ha convertido en un foco de atracción para personas que buscan la obtención de réditos mediante el ejercicio de actividades no autorizadas, tales como venta ambulante, actuaciones en directo, photocall...", arranca el informe. El mismo documento explica que se asigna diariamente al distrito Sur el control y vigilancia del entorno, en turnos de mañana y de tarde, y que la Unidad Móvil de Actuación (UMA) realiza servicios e intervenciones puntuales.
"Sin embargo, y a pesar de este control, rara vez se acude a ese entorno, en las franjas horarias de mayor presencia turística, donde no se observen actividades no autorizadas, algunas de las cuales pretenden institucionalizarse como parte del propio atractivo turístico (músicos, bailaores...)". Por ello, la Policía recomienda que se haga un estudio semanal, con presencia de paisano en diferentes días y horarios, pues "las vueltas periódicas de las patrullas son insuficientes para evitar las actividades no autorizadas, existiendo personas que avisan a los vendedores previamente de la presencia policial".
Continúa el documento diciendo que las patrullas se centran en "detección de vendedores ilegales, no actuando sobre músicos, pintores, actuaciones u otras OVP (Ocupaciones de la Vía Pública) que tampoco disponen de autorización, por lo que habría que dar las instrucciones precisas para homogeneizar las actuaciones".
En la inspección del 14 de febrero, realizada a las once de la mañana, los agentes de paisano observaron que desde la entrada por la puerta de Aragón había cinco vendedores ilegales ofreciendo abanicos, bolsos, castañuelas y mantoncillos; tres puntos diferentes con personas realizando fotografías con stands de madera y equipos con complementos para dichas fotos; y actuaciones musicales sin licencia municipal en la entrada por la Torre Norte, en las escaleras de la puerta de Aragón y en las de la puerta de Navarra, las tres con un sólo músico en cada una.
En la parte central de la plaza, en la zona techada entre las puertas de Aragón y Navarra, los policías observaron la actuación de un grupo flamenco integrado por un cantante, un músico y dos bailaoras, "con sus equipos de sonido, iluminación y su pequeño tablao". El conjunto tenía a la vista un letrero con un número de teléfono para poder hacer el pago mediante bizum y diferentes cestos para que los turistas pudieran depositar el dinero.
En la avenida de Isabel la Católica, junto al antiguo bar Citroën, había un puesto ilegal de venta de bisutería. "Se observa por toda la plaza, y en todo el perímetro, a más de diez personas de sexo femenino y de etnia gitana ofreciendo la voluntad a cambio de una ramita de romero", indica el texto. Los policías no observaron el photocall que solía estar ubicado en la entrada por Isabel la Católica junto a la reja principal. "Esta actividad, según manifiesta la persona que la regenta, tuvo algún tipo de autorización por parte del Ayuntamiento, pero actualmente carece de ella".
El 19 de febrero, los agentes acudieron de nuevo a la zona en el turno de tarde, en torno a las cuatro y media, e igualmente de paisano. "Se puede comprobar que existe la misma actividad que en el turno de mañana. Este día en concreto podemos observar que los vendedores son los mismos, pero sí cambian los diferentes músicos ubicados en las distintas zonas antes mencionadas".
Lo que más llamó la atención de los policías locales fue que el conjunto flamenco que se encontraba actuando pidió a los turistas "que no se fueran que ahora actuaba otro grupo, dando a entender que se encuentran organizados y coordinados durante todo el día, con horas establecidas para cada grupo". Todas estas irregularidades vienen documentadas con distintas fotografías.
El informe concluye pidiendo más vigilancia y una unidad de criterios de actuación por parte de la Jefatura, y recuerda que los turistas, al estar viendo las actuaciones, "se encuentran despistados y son foco habitual de robos o hurtos".
En las últimas tres semanas, la Policía Local ha ordenado un dispositivo de vigilancia de paisano en la Plaza de España, pero este servicio funciona únicamente durante el turno de mañana, según indicaron a este periódico fuentes del cuerpo. Para sacar este despliegue también por las tardes y las noches, el Ayuntamiento tendría que tirar de productividades, con el consiguiente incremento de coste, ya que el cuerpo padece una enorme carencia de personal y es imposible cubrir todos estos servicios mediante turnos ordinarios.
Por las tardes no hay esta presencia policial de paisano y el control se relaja. Hay presencia de los patrulleros uniformados, pero para combatir este tipo de actos es necesario un servicio camuflado, pues los indicativos uniformados son fácilmente identificables desde lejos. Y tampoco un patrullero puede estar continuamente en un punto fijo en la zona, precisamente por la falta de efectivos disponibles.
A finales de enero, la Policía Local detuvo a dos ladrones que robaron el bolso a una joven en la Plaza de España. La víctima, de 18 años, sufrió lesiones al enfrentarse a los delincuentes y tuvo que ser asistida en un hospital. Después, tras recibir el alta, recibió en las dependencias policiales el bolso recuperado por los agentes. Dos de los policías también resultaron lesionados durante la detención.
Los detenidos fueron dos varones de 25 y 35 años, que acababan de cometer un robo con violencia mediante el procedimiento del tirón. Los agentes oyeron gritos de "ladrones, ladrones" y vieron a una joven que perseguía corriendo a dos varones por el interior de la Plaza de España. Uno de los agentes logró detener al primero de los individuos, no sin antes tener que vencer la fuerte resistencia que opuso. El ladrón lanzaba patadas y golpes al agente para tratar de zafarse, algo que no logró.
Durante la huida, antes de ser detenido, agredió a un turista que estaba en la zona y que trató de sujetarle. El segundo arrestado fue perseguido a la carrera por otros dos agentes hasta la avenida de Carlos V, donde fue alcanzado. Allí acometió contra los agentes, que recibieron golpes durante la detención. Dos policías resultaron lesionados durante el forcejeo necesario para proceder a la detención de ambos sospechosos.
La víctima del robo, una joven de 18 años, fue trasladada hasta un centro hospitalario para ser atendida de las lesiones que sufría como consecuencia del forcejeo al resistirse al robo. Posteriormente compareció en dependencias policiales para prestar declaración y recuperar su bolso con todas las pertenencias en su interior, que fue recuperado por los agentes. El turista que fue agredido al tratar de sujetar a uno de los detenidos, es un fotógrafo de 61 años. No sufrió lesiones tras el enfrentamiento.
En el caso de los carteristas, los policías los están identificando y la mera presencia sirve para ahuyentarlos y que se marchen a otras zonas de la ciudad. La Plaza de España es un punto caliente de los carteristas, que tratan de aprovechar los descuidos de los turistas para hacerse con cualquier botín, desde carteras y bolsos hasta teléfonos móviles y cámaras de fotos. La mayoría de los delincuentes que operan en esta, y otras zonas monumentales de la ciudad, son mujeres.
Desde hace meses, dos grandes clanes de carteristas rumanas y bosnias están operando en el centro de Sevilla a diario. Entre ambos grupos hay más de 20 mujeres repartidas estratégicamente por la zona monumental de la ciudad, infiltradas entre los grupos de turistas a la caza de algún bolso, cartera, cámara de fotos o teléfono móvil que sustraer. Las principales víctimas son los visitantes de origen asiático, si bien cualquier persona, incluso los sevillanos, pueden sufrir los robos de estas especialistas. La Plaza de España, el barrio de Santa Cruz y los jardines de Murillo o el Paseo de Colón, donde suelen parar los autobuses turísticos que dejan cada mañana a decenas de viajeros, son las principales zonas de influencia de estas delincuentes.
Los grupos de carteristas funcionan como verdaderas organizaciones criminales. Las ladronas se conocen perfectamente los horarios de los turistas y los lugares en los que los dejan los autobuses. Buscan sobre todo a los de origen asiático porque son los que suelen llevar más dinero en efectivo. Sin embargo, las delincuentes no dudan en abordar a cualquiera que lleve un bolso o mochila en el que meter la mano, sea de la nacionalidad que sea.
El grupo de rumanas está formado por unas 15 mujeres, que se reparten en distintas zonas en grupos de tres o cuatro. Van vestidas como turistas, por lo que no es fácil identificarlas para las posibles víctimas. Llevan gafas de sol, sombreros y en sus manos suelen portar pañuelos o prendas similares que les permitan cubrirse las manos cuando las introducen en los bolsos, mochilas o bolsillos de sus víctimas.
Las bosnias son menos en número pero hay al menos ocho y suelen operar entre la plaza del Pan y las calles Francos y Alemanes. Estas vías forman parte del itinerario habitual de los grupos que visitan primero las Setas de la Encarnación y se dirigen después hacia la zona de la Catedral y el Alcázar. Las carteristas bosnias suelen estar al acecho y se infiltran en los grupos en este lugar de paso. Todas las ladronas son mujeres. En estos dos clanes hay algún hombre, pero sólo trabajan para proporcionarles apoyo o seguridad a las mujeres, que son las que cometen los robos.
Cada día se presentan entre 20 y 25 denuncias por hurtos en el centro de Sevilla. Para la Policía, estos delitos suponen un verdadero problema porque, si recuperan los objetos, los turistas suelen renunciar a denunciar. Al fin y al cabo vienen a Sevilla por un periodo corto y no quieren pasar tiempo en comisaría si han recuperado sus pertenencias. Los agentes suelen intervenir lo que se llaman prendas de disfraz, es decir, las gafas de sol, el pañuelo y el sombrero, para al menos molestar de alguna forma a las carteristas. Lo hacen porque así se los permite la ley 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana.
Las detenciones de poco sirven si no vienen acompañadas de medidas más contundentes. Al tratarse de hurtos o de robos sin violencia, siempre quedan en libertad y vuelven a reincidir una y otra vez. Hace unos años funcionó una medida que sirvió para alejar a carteristas y delincuentes del centro de Sevilla, y que podría suponer una buena alternativa para luchar contra estos clanes organizados. Los jueces comenzaron a emitir órdenes de alejamiento del casco histórico de estos ladrones especializados, de manera que la Policía los podía detener por quebrantamiento de medida cautelar sin necesidad de que cometan los robos. Ahora, sin embargo, estas órdenes no se están emitiendo. Esta medida estaba inspirada en la orden de alejamiento del Metro de Madrid que se expidió contra un clan de carteristas bosnias en el año 2013.
Los guías de los grupos de turistas suelen ir grabando con sus teléfonos móviles para tratar de hostigar de alguna forma o espantar a las carteristas. En un vídeo de la pasada primavera, grabaron una secuencia ocurrida en la Plaza de España, donde dos rumanas fueron sorprendidas echando mano a un bolso de un turista japonés. Otro miembro del grupo se percató y llamó la atención de su compañero, momento en el que las carteristas comenzaron a disimular haciendo fotos a la plaza como si de visitantes se tratara.
Las estadísticas oficiales de criminalidad muestran un repunte importante de los hurtos en Sevilla capital. En el último balance publicado por el Ministerio del Interior, correspondiente a los primeros nueve meses del año pasado, figura que en la ciudad se registraron 13.215 denuncias por hurtos en dicho periodo. Es decir, una media de 146 al día. Esto supone un 10% que en el mismo periodo del año anterior, cuando se detectaron 11.994 casos.
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