El vídeo de la vergüenza

El papa Francisco ha calificado de "vergüenza" el naufragio de una embarcación con inmigrantes cerca de la isla de Lampedusa y que se ha saldado con la muerte de casi un centenar de personas. El mismo calificativo puede emplearse para definir la muerte esta semana en el albergue municipal de Sevilla del joven polaco Piotr Piskozub y que fue recogida en una grabación realizada con un teléfono móvil por otro indigente, que ha sido expulsado del centro por vulnerar supuestamente los derechos de las personas que hacían cola para almorzar y de los trabajadores del albergue.

Pero, ¿qué habría pasado si no se hubieran grabado y difundido esas imágenes? La repercusión del caso a buen seguro que no habría sido la misma. El trágico suceso habría quedado relegado a informaciones secundarias en el maremágnun informativo diario. Una desdichada muerte de un indigente, víctima de una total desnutrición y que a sus 23 años pesara apenas 30 kilos. Sin embargo, la difusión de este ha hecho que las administraciones implicadas centren su mirada sobre este caso y abran la pertinente investigación para esclarecer lo ocurrido.

La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ya ha anunciado la apertura de una información reservada para esclarecer "hasta el último detalle de la actuación que se prestó y tomar las medidas disciplinarias y organizativas que correspondan". El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, también ha subrayado que un equipo de su oficina se encargará de investigar si ha producido una "negligencia o error por parte de las instituciones".

Y el fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón, confirmó ayer a este periódico que está a la espera de la información que pueda recibir del Defensor del Pueblo sobre este caso para actuar en consecuencia. El fiscal recordó que, al estar ya abierta una causa judicial en relación con la muerte de Piotr Piskozub por el juzgado de Instrucción número 5, el Ministerio Público no puede abrir una investigación de oficio. Lo que sí puede hacer es recabar los informes como los del Defensor del Pueblo y remitírselos a la juez que instruye la causa o instar la práctica de diligencias a través del fiscal adscrito a ese juzgado.

La instructora cuenta, por el momento, con el avance de la autopsia practicada al joven polaco y que apunta a que la muerte pudo deberse a una bronconeumonía. En los próximos días el juzgado podría recibir el informe completo sobre las causas del fallecimiento.