Otras tres vidas rotas en la N-IV
Las víctimas del accidente de Lebrija eran tres amigas de 23 años que se conocieron en el IES Nervión y que regresaban de un festival en Barbate.
Esther Verdugo, Rosa González y Virginia Barea son las víctimas número 97, 98 y 99 de la N-IV desde el año 2001. Casi un centenar de muertes en quince años han convertido la vieja carretera nacional que conecta Sevilla y Cádiz en la vía más peligrosa de España. El firme está bien y la mayoría de sus tramos están correctamente señalizados y en ellos hay buena visibilidad, pero el riesgo viene dado por la enorme densidad de tráfico que soporta esta carretera, con más de 20.000 vehículos al día. Muchos de ellos son camiones de gran tonelaje que obligan a los coches que vienen detrás a circular a una velocidad lenta durante muchos kilómetros. Apenas hay espacio para adelantar y muchos de los accidentes que se han registrado en la N-IV han sido precisamente por adelantamientos que acabaron en un choque frontal contra un vehículo que venía en sentido contrario. Ésta parece ser la causa del último accidente, el que a las tres y veinte minutos de la tarde del lunes segó las vidas de tres chicas de 23 años que regresaban a Sevilla tras pasar el fin de semana en la provincia de Cádiz.
Ocurrió en el kilómetro 609 de la N-IV, en una curva con visibilidad que hay una vez pasado El Cuervo, dentro ya del término municipal de Lebrija. Las tres jóvenes circulaban en sentido Sevilla a bordo de un Citroën C4 de color rojo. Con ellas viajaba una cuarta persona, una prima de Virginia Barea que se unió al grupo para pasar el fin de semana en el festival. Esta chica, de 18 años, resultó herida grave en el siniestro y fue trasladada al Hospital de Jerez, donde a la hora de cierre de esta edición se recuperaba de las lesiones.
El C4 de las cuatro jóvenes chocó frontalmente contra un Volkswagen Tiguan, con matrícula de Madrid, en el que viajaba una pareja y una niña pequeña. La mujer resultó herida grave y el hombre y la menor sufrieron lesiones leves. Como a la única superviviente del C4, el servicio de emergencias sanitarias del 061 atendió a los heridos y los trasladó al Hospital de Jerez, utilizando para ello el helicóptero del servicio. También estuvieron en el lugar de los hechos dos unidades DCCU (Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias) del 061, una con base en El Cuervo y otra en Lebrija.
Las tres últimas víctimas mortales de la N-IV son tres chicas de Sevilla, todas nacidas en 1993. Eran amigas desde hace años, cuando coincidieron en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Nervión. Habían terminado recientemente sus estudios universitarios y se fueron a pasar unos días de fiesta a la provincia de Cádiz. Fueron al festival Cabo de Plata, que se celebró desde el viernes hasta el domingo en Barbate. Al mediodía del lunes regresaban a Sevilla.
Rosa González, que conducía el coche en el momento del accidente, había estudiado Medicina, Esther Vergudo era bióloga y Virginia Barea estaba haciendo un Máster en Abogacía. Numerosos amigos de las tres víctimas del accidente se desplazaron ayer al tanatorio de Servisa, en San Jerónimo, para despedirse de las chicas. Muchos de ellos estaban rotos de dolor. La mayoría iban en chanclas, camisetas y pantalones cortos. "Estábamos en la playa, nos hemos enterado de la noticia y hemos venido directamente al tanatorio", explicó ayer a este periódico un amigo de las víctimas. En el tanatorio se dieron cita los amigos, familiares y parejas de las chicas muertas.
"Conducía Rosa. Es una persona muy responsable y como conductora es muy prudente", dijo este joven, que se interesó por el estado de los heridos del otro coche. El equipo de atestados de la Guardia Civil de Utrera ha abierto una investigación para determinar cuál fue la causa del accidente y cuál de los vehículos implicados tuvo la responsabilidad en el siniestro. "Estamos muy afectados. Me han mandado una foto de ellas al móvil y no he sido capaz de verla todavía", apuntó el amigo de las víctimas. Las autopsias a los tres cuerpos se practicaron ayer en el Instituto de Medicina Legal de Sevilla, que tiene su sede precisamente en el tanatorio de San Jerónimo.
"Esperemos que esto no pase más, que se busque una solución a esa carretera", añadió este joven. La solución que se plantea el Gobierno, tras casi cien muertos en quince años y tras numerosas promesas electorales que se quedaron en nada, pasa por acometer de una vez por todas el desdoble de la N-IV. La obra acaba de iniciarse en el tramo comprendido entre Dos Hermanas y Los Palacios y Villafranca, muy lejos del punto en el que ocurrió el accidente del lunes. El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, dijo ayer que el siniestro ocurrió en un tramo que no es un punto negro y que se ha optado por iniciar el desdoble en el tramo más conflictivo.
El delegado dio a entender que el desdoble se quedará en esos 8,3 kilómetros que separan Dos Hermanas y Los Palacios y no seguirá adelante en otros tramos de la carretera, puesto que la intención del Gobierno es no prorrogar la concesión del peaje de la autopista AP-4. El peaje expira el 31 de diciembre de 2019 y, a partir de ese día, ya no habrá que pagar por circular por la autopista de Cádiz. Sin negarse a que la carretera se desdoble en toda su extensión y tenga dos carriles por sentido más allá de Los Palacios, Sanz explicó que cualquier obra que se proyecte para continuar con el desdoble se prolongaría en el tiempo mucho más allá del fin del peaje.
El Gobierno central ha utilizado el desdoble de la N-IV como reclamo electoral en múltiples ocasiones, entre ellas los dos últimos comicios. La obra se anunció dos días antes de las elecciones del 20 de diciembre y se inició unas semanas antes del 26 de junio. Al menos ha sido el único Gobierno que lo ha prometido y lo está cumpliendo, se concedió Sanz.
Mientras tanto, la alcaldesa de Lebrija, María José Fernández Muñoz (PSOE), exigió una "solución inmediata" al problema de la N-IV y pidió al Gobierno central que adopte como medida urgente la liberación del peaje de la AP-4. En declaraciones a Europa Press, la alcaldesa aseguró que es el único tramo entre Jerez y Madrid que no tiene una doble vía. "La N-IV se cobra tres nuevas víctimas y pedimos, como llevamos décadas, que se dé una solución inmediata a este punto negro de las carreteras españolas, porque la vida de las personas está por encima de todo", dijo Fernández.
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