La víctima de Dos Hermanas recibió más de cien puñaladas y varios golpes en la cabeza

Las autopsias practicadas este jueves confirman la teoría inicial de la Policía: el marido la mató y luego se quitó la vida

Dos heridas pudieron ser mortales de necesidad, aunque la causa de la muerte fue el desangramiento

El agresor tenía tres autopinchazos y una sobredosis de metadona

Hallados dos cadáveres en Dos Hermanas, todas las imágenes / Antonio Pizarro

La víctima del crimen de Dos HermanasDos Hermanas tenía más de cien puñaladas repartidas por todo el cuerpo. Una de ellas le perforó el pulmón y la otra le afectó la arteria carótida y la vena yugular. Ambas lesiones pudieron ser mortales de necesidad, aunque la causa definitiva fue el desangramiento como consecuencia de las múltiples heridas, según han informado este jueves fuentes de la Policía Nacional.

Además, el cadáver de la mujer presentaba varias fracturas en la cabeza y también de los huesos propios de la nariz, ambas como consecuencia de golpes. Así se ha podido ver en la autopsia practicada durante la mañana de este jueves en el Instituto de Medicina Legal de Sevilla.

Las pruebas forenses practicadas a los dos cadáveres hallados el miércoles en una vivienda de la calle Fornet Domínguez del municipio nazareno confirman, por tanto, la hipótesis inicial con la que trabajaba la Policía. Se trata de un crimen machista, en el que el marido de la víctima la mató asestándole múltiples cuchilladas y dándole golpes en la cabeza. Luego, se quitó la vida.

El cadáver del presunto agresor presentaba tres autopinchazos, uno de ellos profundo y dos más superficiales, y una sobredosis de metadona. La causa de la muerte fue una combinación de ambas circunstancias. El cuerpo del hombre fue hallado en la cama y el de la mujer en el suelo de la habitación.

El Grupo 1 de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría local de Dos Hermanas de la Policía Nacional mantiene abierta la investigación para elaborar el atestado final y remitirlo al juzgado encargado del caso.

Los investigadores han descartado ya que haya más personas implicadas, pues la casa estaba completamente cerrada por dentro y no había indicios de que las puertas y ventanas hubieran sido forzadas.

El hallazgo de los cuerpos se produjo poco después de las nueve de la mañana del miércoles, cuando un vecino llamó al 091 al percibir un fuerte olor que salía de la vivienda ubicada en el número 4 de la calle Fornet Domínguez, en la zona sur de la ciudad. En esa casa de una sola planta residía una pareja de toxicómanos que vivían como ocupas. La Policía y los Bomberos tuvieron que abrir la puerta, que estaba atrancada por dentro.

En el interior de la casa, los agentes encontraron los cuerpos de un hombre y una mujer, que se encontraban en el dormitorio de la vivienda. El cadáver de ella estaba en el suelo y el del hombre permanecía en la cama. La Policía identificó los cuerpos de Nieves y Manuel, de unos 50 años, y con antecedentes policiales. La casa en la que se encontraron los cuerpos estaba llena de objetos y de basura.

Ella lo había denunciado a él en el año 2011,y estuvo activa en el sistema Viogen de protección a las víctimas de violencia machista. Sin embargo, al año siguiente un juez absolvió al presunto agresor y la alerta quedó desactivada.

Todo apunta a que los cadáveres podrían llevar varios días en el interior de la vivienda. Al menos cuatro días, según las estimaciones de la forense que hizo la inspección ocular. Estaban en avanzado estado de descomposición porque la casa tenía agujeros en el techo y se formaron corrientes de aire, que favorecieron la degradación de ambos organismos. Un testigo aseguró haber visto a la víctima el pasado viernes, que podría haber sido el mismo día en el que se produjo el homicidio.

Este caso es el segundo crimen machista que se registra en la provincia de Sevilla en lo que va de año, tras el asesinato de Virginia F. T., cuyo cadáver fue hallado la semana pasada en la orilla del Guadalquivir.

2 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

Borgo | Crítica

Una mujer en Córcega