El Fiscal
La hermosa lección de un centenario
Gala de los Grammy Latinos en Sevilla
Para muchos espectadores de la gala de los Grammy Latinos habrá sido un baño de realidad. Esto no son los Goya, ni los Oscar, ni siquiera los Feroz. Esta es la alfombra roja y la hora de los cantantes de reggaeton, de las noches canallas, las voces de la discoteca, rock and roll, los genios de youtube. No es noche de esmoquin al uso, que también, ni de líneas clásicas. Esto es fiesta, nochevieja en Miami por adelantado, escotes inenarrables, despendole de telas. Provocar porque sí se queda corto. Bienvenidos a la noche de la libertad, que de eso va la música. Y viva Sevilla, capital de América.
Por eso hay que vislumbrar una gala así por adelantado y fijarse en la luz de guía, la luz de arriba, Nieves Álvarez, que vestía de IT-Spain, con corsé rojo y flecos de pedrería sobre body negro. Rock de los años 30. Si asi hubiera sido. Buena idea. Y Anna Padilla, silueta sirena azul, de Isabel Sanchís, helénica como para ser el logo de Columbia. Julieta Venegas, romántica absoluta, con un vestido de noche vintage de hace un siglo. Eva González, bella, siempre, de Vicky Martín Berrocal (ésta a su vez con una abultadísima chaqueta de plumas). Y Rosalía, transparencias bordadas en negro de Balenciaga, Rocío Jurado enlutada. La fantasía de los acordes nostálgicos. Shakira, trending topic andante, llevaba a los niños y también un corsé. La única vez que la hemos visto encorsetada, de dorado y negro.
Si Sevilla es la luz, los artistas son la luz de la noche, de farolillos sicodélicos, como el vestido joya de Karol G, los modelos de escotes de Zé García para Jessica Goicoechea o Ana Mena, o el velo cofrade malva de Lola Índigo, muy Lola Índigo, como Milena Smit, de Yves Saint Laurent. Victoria Federica se excedió con su modelo metalizado y guantes de Hera Studio.
Una noche de señas de identidad propia, noche que expulsa todos los complejos, como Nathy Peluso y el vestido de Balenciaga que ya se puso Kim Kardashian.
Ellos no iban a ir a Fibes como si fuera a una oficina. Jorge Drexler fue el más convencional y a partir de ahí, hay que echar el resto, sin apenas corbatas (prenda que sí lucía Laura Pausini, en plata) y sin ataduras. Bizarrap iba de colegial formalito y Camilo, no sabemos si peleó con el perchero. Manolo Carrasco, de traje blanco, Maluma, todo negro, Rauw Alejandro, despechao, literalmente; y Andrea Bocelli, de esmoquin dorado. David Biscal, formal dentro de esta fiesta, y Ozuna, metalizado. Y Banderas, todo un señor, por supuesto, el más acostumbrado a esto de ser escaparate de una industria. Pero esto no es Hollywood, son los Grammy que nos unen a la América nuestra.
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