Los veinte años que no cumplió Jesús, el joven asesinado en Palomares
Casi dos años después del brutal crimen de Halloween, la familia de la víctima sigue insistiendo en que hay tres menores implicados que no serán castigados
Falta todavía por conocer la fecha del segundo juicio, a un mayor de edad apodado el Kirro, tras la condena de nueve años de internamiento a un menor
Tres menores sospechosos impunes en Palomares
Jesús Rosado Jiménez hubiera cumplido 20 años el pasado jueves 12 de septiembre. Su madre, María del Carmen, pasó la tarde en casa recibiendo algunos amigos y familiares. Nada que ver con el homenaje del año anterior en el parque que lleva su nombre en Palomares del Río, donde se reunieron decenas de personas en torno a un monolito que lo recuerda y depositaron flores y velas al tiempo que escuchaban la canción preferida de Jesús, Mi estrella blanca, del grupo Fondo Flamenco. Jesús Rosado Jiménez fue brutalmente asesinado la noche de Halloween de 2022 en la puerta de su casa, en el barrio de la Mampela en Palomares, por una pandilla de jóvenes que lo asaltó sin otra intención que hacerle daño por puro placer. Tenía 18 años recién cumplidos.
Casi dos años después de uno de los crímenes más brutales de la historia reciente de Sevilla, sólo hay por el momento un menor de edad condenado por su participación en los hechos. Nueve años de internamiento y cinco de libertad vigilada fue la pena impuesta por el juez de menores. Falta por juzgar a otro mayor de edad, apodado el Kirro, para lo que todavía no hay fecha prevista. Pero en la pandilla había al menos cinco personas. Los otros tres, todos menores, se librarán por ahora de cualquier responsabilidad penal. Esto incrementa enormemente el dolor de la familia, que cree que Jesús no pudo defenderse porque fue rodeado por cinco personas y no solamente por dos. Aunque no le agredieran, el mero hecho de impedirle paso ya suponía una clara intimidación para un joven que estaba en inferioridad de condiciones respecto a sus agresores. Jesús recibió una brutal paliza, varios golpes con una barra extensible y al menos dos puñaladas, una de ellas en el corazón, que le causó la muerte instantánea en la puerta de su casa. Fue su madre la que lo vio sin vida instantes después.
"Nos han robado la presencia de Jesús, le han arrancado su vida, en tan poco tiempo… Deseo que los autores y colaboradores necesarios (que pudieron impedir esta tragedia) aquellos que presenciaron los últimos suspiros de mi hijo cuando luchaba por vivir, si tienen conciencia, lo lleven para siempre con ellos y recuerden esa noche. Como siempre he sabido y así lo he comentado, y ahora lo confirma la sentencia, a Jesús lo mataron en grupo, a sangre fría, en un sinsentido", dijo la madre de la víctima cuando se conoció la sentencia que condenaba al menor por el asesinato de su hijo. Recordaba entonces que había otros tres menores no investigados.
Había también una carga crítica contra la Ley del Menor. "Matar sale barato porque esta ley ampara a menores que, con la edad que tienen y el tipo de delito que cometen, son plenamente conscientes de sus actos y consecuencias. Existen leyes para que ya con esa edad puedan tomar decisiones sin el respaldo de un adulto y asuman sus consecuencias como tal", insistía María del Carmen Jiménez. El menor que mató a su hijo tenía 16 años en el momento de los hechos, a pocos días de cumplir los 17.
Queda un nuevo juicio en el que los padres tendrán que volver a revivir una vez más la muerte de su hijo. Como ocurrió en el caso de Marta del Castillo, al estar implicados un menor y un mayor de edad, habrá dos vistas distintas, con dos sentencias distintas que pueden hacer diferentes relatos de los hechos. El juez de menores fue especialmente crítico con esta circunstancia en su sentencia y se mostró partidario de que ambos acusados sean juzgados juntos "en supuestos concretos de especial gravedad", como era precisamente el crimen de Palomares. Se trata, decía el juez de menores Alejandro Vián, de "unos hechos muy graves" en los que "se plantea el problema de la doble jurisdicción". Es decir, que los presuntos autores son un menor de edad (el condenado) y "un mayor de edad cuya declaración de culpabilidad o de inocencia va a ser decidida en el ámbito de la jurisdicción de adultos por otro órgano judicial en su día".
"Los derechos de todos, mayores y menores, quedan igualmente salvaguardados con una sola investigación", alegaba el magistrado, para quien "la existencia de dos procedimientos paralelos distorsiona la vista oral porque quien declara como imputado en una vista tiene que declarar como testigo 'sui generis' en la otra, cuando no se ha celebrado su juicio y puede dar lugar a sentencias contradictorias entre sí que son difíciles de entender por la ciudadanía y, sobre todo, por los familiares de la víctima, que además tienen que enfrentarse, soportar y revivir en dos ocasiones los trágicos hechos que han sufrido", añadía, tras hacer también una referencia al caso Marta, pues fue precisamente él quien enjuició al Cuco.
El año pasado, la familia celebró un precioso homenaje a Jesús en el día de su décimo noveno. Para este año han decidido recordarle en la intimidad. Hacen falta fuerzas para afrontar el segundo de los juicios y para asumir que tres de los implicados, a los que al menos se les podría imputar por una omisión de socorro al no atender a la víctima cuando estaban allí, seguirán paseando libremente por la calle con total impunidad.
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