Un vecino de la Bachillera lleva meses atemorizando al barrio

Un vecino de la Bachillera lleva meses atemorizando al barrio a base de palizas, robos y amenazas de muerte. Así lo han denunciado a este periódico varios residentes en este barrio del norte de Sevilla, que han interpuesto numerosas denuncias ante la Policía Nacional pero que lamentan la impotencia que sufren porque a los pocos días de ser arrestado, el sospechoso volvió a quedar en libertad.

Los residentes viven en una continua pesadilla, y algunos de ellos han tenido que salir de sus casas escoltados por la Policía, al tiempo que han tenido que sacar a sus hijos temporalmente de sus viviendas ante el temor de que puede hacer algo contra los niños.

El presunto autor de estas amenazas y agresiones salió hace aproximadamente un año de prisión. Se trata de un delincuente con un amplio historial delictivo, entre los que destacan todo tipo de robos con violencia, como tirones o sirlas. Tiene cuarenta años y ha sido siempre muy violento. De hecho, en sus antecedentes figuran robos en los que llegó a partirle la mandíbula a una de las víctimas o le dio un bocado en una oreja y le rompió un dedo a otra de ellas.

El pasado mes de febrero, atacó a otro vecino en la calle Camino del Almez, al que agredió violentamente e intentó sacar un ojo con un cuchillo. Fue la hija de otra vecina, de apenas cuatro años, la que avisó a su madre de esta agresión. Esto motivó la intervención de varias personas, que consiguieron quitarle el arma blanca e impidieron que no lograra su propósito.

A raíz de eso, el delincuente no ha dejado de amenazar a la madre de esta niña, a la que llama a diario "chivata" y "perra" y a la que le ha dicho que tiene que matarla a ella y a su hija. Esto ha creado un trauma en la menor, que sufre de fuertes ataques de bruxismo y un cuadro de ansiedad. La mujer ha presentado varias denuncias contra el presunto agresor, si bien éste también la ha denunciado a ella.

"No hubo ningún detonante de esta agresión, simplemente dijo que tenía que cogerlo y le atacó", asegura una vecina de la Bachillera. "El problema en este barrio es que nadie se quiere meter, por miedo o por otras razones", cuenta otro residente. Así, por ejemplo, la persona a la que quiso sacar el ojo ya había sufrido una paliza propinada por el mismo delincuente dos semanas antes, que no había denunciado por temor a represalias. Como consecuencia de esa primera agresión, la víctima tenía dos costillas fracturadas.

Después de este incidente hubo otros contra la mujer que fue testigo de la agresión. Un día arrojó varias botellas de vidrio de cerveza contra las ventanas de la casa de esta vecina. La niña llegó a cortarse con uno de los trozos de cristal. Poco después, atacó a un amigo de esta mujer, al que sorprendió con una moto y le golpeó por la espalda con un palo, lo que provocó que le rompiera la cadera.

Los vecinos aseguran que tiene dos órdenesde alejamiento de ellos que incumple continuamente. También sostienen que ha robado en varias tiendas del barrio y de zonas próximas.