Una urbanización de Valdezorras denuncia su aislamiento tras quedarse al borde del desalojo por la crecida de un arroyo

Los efectos del temporal

Los vecinos de Vistahermosa lamentan que están "incomunicados" incluso del resto del barrio y cuentan que por sus calles no pasan ni los carteros ni el autobús que lleva a los niños al colegio

Desbordamiento del arroyo Miraflores en Sevilla: los bomberos limpian el paso

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El arroyo Miraflores, este viernes al mediodía a su paso por Valdezorras / Juan Carlos Muñoz

Vistahermosa, la última urbanización del último barrio de Sevilla antes de entrar en La Rinconada, amaneció ayer con calles que eran charcos y un arroyo que era un río. El Miraflores, que separa Valdezorras de unos trigales que con estas lluvias están brillantes y frondosos como nunca, cogió una fuerza inusitada el jueves y acabó pasando por encima de un paso elevado ubicado a pocos metros de los chalets de esta especie de periferia de la periferia. La situación no fue a más y no hubo ningún desalojo, pero este tren de borrascas ha sido la gota que colma el vaso, o el arroyo en este caso, y los vecinos reclaman soluciones para este y otros problemas que les hacen sentirse abandonados.

“Hemos estado muy preocupados, el desbordamiento nos deja incomunicados y aquí hay gente mayor y niños que van al colegio, aunque esta parte estuvo más controlada poque la Policía Local permaneció aquí toda la noche”, apuntaba María Jesús Piña, vicepresidenta de la asociación de vecinos, un minuto después de que un retén de bomberos abandonase la zona tras limpiar los bajos de ese pequeño puente con la ayuda de un tractor prestado gentilmente por el propietario de la finca colindante. El súbito incremento del caudal había hecho que muchas cañas bajasen y atascasen algunas bocas inferiores de esa plataforma, pero todo quedó resuelto a mediodía.

Las inundaciones son un mal endémico en este núcleo de poco más de 70 personas, incluso en verano. Cuando se abre la compuerta del Canal de los Presos para el riego de cultivos, el agua baja por la pendiente descendente del Camino de los Indios y se planta en las calles Douglas y Caravelle, cuyo asfaltado puede calificarse de bastante mejorable. “La situación es deplorable. Somos pocos vecinos, pero somos igual de sevillanos y pagamos el IBI como los demás. Necesitamos la ayuda de cualquier partido, el que sea”, reivindica Piña.

La calle Douglas, casi totalmente anegada después de las últimas lluvias.
La calle Douglas, casi totalmente anegada después de las últimas lluvias. / M.G.

La lista de reclamaciones es amplia. Para empezar, el alumbrado público es “cero”. Para continuar, los carteros se niegan a entrar en las calles “por los baches”, así que los vecinos instalaron un “buzón comunitario” en el Camino de los Indios. Tampoco entra el autobús del colegio SAFA Patronato Vereda, con lo que los niños deben salir andando hasta esa seudoavenida que en realidad no pasa de ser una calle con el ancho justo para que quepan dos coches. Y si Valdezorras está aislado de Sevilla, ellos están aislados de Valdezorras:“No tenemos acceso al barrio, estamos a 500 metros pero tenemos que dar un rodeo hasta casi la autopista”, explica la portavoz.

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