La Universidad de Sevilla licita las obras para la Sala Cero de su Museo

Tras el comienzo en septiembre de las obras de reforma en la Fábrica de Tabacos para reubicar la Hermandad de los Estudiantes y Servicios Centrales del Rectorado, ahora es el turno del proyecto de sala cero del Museo.

La Universidad de Sevilla ha publicado los pliegos de licitación para la rehabilitación y museografía de la Sala Cero, ubicada en el edificio Bien de Interés Cultural de la Antigua Fábrica de Tabacos, actual Rectorado de la institución educativa.

El presupuesto de licitación de los trabajos es de 1.940.938 euros (IVA incluido), con un plazo de ejecución de seis meses. Los responsables del estudio sostienen que su actuación se desarrollará desde el "respeto a la forma arquitectónica" del propio edificio y supondrá "una etapa más en la vida del inmueble", que se ha ido adecuando a distintos usos a lo largo de los siglos.

La futura Sala Cero se sitúa la planta baja de la fachada noreste del edificio y junto al apeadero de la entrada principal en la Calle San Fernando, está actualmente dividido en varias estancias y oficinas. Tras su restauración, pasará a formar parte del Museo de la Universidad de Sevilla.

La obra, tal y como señala el pliego de prescripciones técnicas, contempla la creación de una sala expositiva permeable y flexible, y tiene un área de intervención de 724 m² para la Sala Cero, y 104 m² adicionales en el patio contiguo.

Este proyecto busca no solo recuperar la estructura arquitectónica original, sino también integrarla como parte del espacio expositivo. Para ello, se trasladarán a otras dependencias universitarias las oficinas que actualmente ocupan esta área, como la Casa Hermandad de Los Estudiantes y espacios de la Dirección General de Cultura y Patrimonio.

Los trabajos comenzarán una vez termine el traslado de la Hermandad de los Estudiantes a las nuevas dependencias que se habilitarán en otra zona de la Fábrica de Tabacos más cercana a la capilla.

Espacios funcionales y preservación patrimonial

Desde el punto de acceso, se encontrará la primera banda de bóvedas, perpendicular a la fachada del edificio, que realizará la función de acogida y recepción. Además, concentrará los servicios o usos auxiliares que complementan a los espacios expositivos, como la tienda de la US o los aseos.

En continuidad con la entrada desde el apeadero, los tres módulos pegados a la fachada se presentan liberados de elementos para ofrecer una primera visión general del espacio completo y facilitar la aproximación del visitante hacia la exposición general.

Además, dicho espacio podrá acoger puntualmente exposiciones temporales. Las seis bóvedas que conforman el ámbito central se destinarán a la exposición permanente, donde se planteará la disposición estratégica de expositores para favorecer los recorridos y el acceso hacia el fondo de las naves. El módulo restante, al quedar en un extremo y relativamente aislado respecto al resto de la sala, se propone como espacio audiovisual.