La terapia del ictus amplía fronteras
Día Mundial del Ictus
Más de 600 personas pasan al año en la Unidad de Ictus del Hospital Virgen Macarena
Sus profesionales advierten de la importancia de saber detectarlo y valorar el riesgo individual de padecerlo
Una revolución digital frente al ictus
El ictus es una enfermedad tiempo-dependiente, pero los tiempos están cambiando. El avance y precisión de la asistencia y técnicas terapéuticas han permitido en los últimos años ampliar fronteras en una patología que es ya la primera causa de muerte en la mujer, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia, tras el Alzheimer.
En el Hospital Virgen Macarena, este salto cualitativo en la atención llegó en 2013 cuando se creó la Unidad de Ictus, un servicio manejado por un equipo de profesionales super especializados y que está acreditado por la European Stroke Organisation, donde se atiende a todas las personas que sufren un accidente cerebrovascular, que se produce cuando un trombo tapona una arteria del cerebro e impide que la sangre circule. Desde entonces, más de 600 personas pasan cada año por ella con esta patología y más del 25% reciben algún tipo de tratamiento de reperfusión.
Antes, los pacientes recibían los tratamientos para destapar la obstrucción en Urgencias o en la UCI del hospital. Ahora, los enfermos disponen de esta unidad específica, con un equipo multidisciplinar que reúne especialistas en Neurología Vascular, Enfermería, Auxiliares de enfermería, Celadores, Enfermería gestora de casos, Neuro-Rehabilitación, Neuro-Fisioterapia, Nutrición y también, Trabajo Social. Aquellos pacientes que requieren de la retirada de un coágulo, son derivados al Hospital Virgen del Rocío, el único hospital de Sevilla que realiza esta técnica, dentro de un circuito completo asistencial en la provincia.
El día a día de esta unidad tiene su razón de ser en la activación del código ictus. Una señal a partir de la cual "el reloj empieza su cuenta atrás", dice Soledad Pérez, coordinadora de la unidad junto en el Macarena. El código ictus implica que el servicio coordinador del 061 envía una ambulancia urgente a recoger al paciente donde se encuentre o bien es el profesional que lo atiende en urgencias el que avisa a los neurólogos lo antes posible. Una carrera contra el reloj que tiene el objetivo de salvar el cerebro. Por ello, ahora hay un neurólogo siempre de guardia.
Una vez el paciente entra en la unidad de ictus, resume su coordinadora, "se le hace una primera evaluación, una prueba de imagen (TAC) y, en función del resultado, se pone un tratamiento o directamente se recomienda la extracción del trombo". En este punto, la neuróloga explica que "básicamente", existen dos tipos de terapia: la administración un medicamento que deshace el coágulo (fibrinolisis) o bien la introducción de un catéter para capturarlo y sacarlo (trombectomía mecánica). Para ambas, el tiempo es oro.
"La fibrinolisis intravenosa es un medicamento intravenoso que se puede poner hasta cuatro horas y media después del inicio de síntomas", destaca la neuróloga y matiza que, para ello, "se tiene que demostrar que la terapia es eficaz y que no provocará más daños por posible hemorragias". Pero no siempre se llega a tiempo a la fibrinolisis, que es el primer tratamiento recomendado. El siguiente paso es la trombectomía mecánica que se realiza desde 2015 con el Virgen del Rocío como centro referente. Antes estaba limitada estrictamente por el tiempo, ocho horas como máximo. "Ahora, en función de las pruebas de imagen, es decir, de si los resultados del TAC indican si hay tejido salvable aunque pasen más de esas ocho horas, se puede hacer hasta 24".
En cuanto a la incidencia y prevalencia del ictus, está demostrado que afectan más a los hombres. Pero a partir de la menopausia, las mujeres se equiparan en proporción a los varones. Evidentemente, la edad juega en contra. Pero hay factores de riesgo para sufrir un ictus y en Andalucía se dan la mayoría de ellos, considerada el cinturón del ictus del Sur de Europa. A saber: hipertensión no controlada (aumenta hasta 16 veces las posibilidades de padecerlo), diabetes (multiplica hasta por seis las papeletas), obesidad, sedentarismo, tabaquismo, enfermedades del corazón que alteran el ritmo cardíaco así como el consumo de tóxicos y la toma de anticonceptivos orales.
La doctora Soledad Pérez explica que las posibilidades de sobrevivir y tener menos secuelas son inversamente proporcionales al tiempo que transcurre desde que una persona comienza a sufrir un ictus hasta que recibe el tratamiento para atajarlo. "En cada minuto con un ictus se pierden casi dos millones de neuronas que se traducirán en secuelas, discapacidad y mortalidad", destaca. Así, este año, la campaña por el Día Mundial del Ictus, que se celebró ayer, va dirigida a la identificación precoz de los síntomas con los lemas Conoce los síntomas. Avisa de que es un ictus. Gana un tiempo precioso y Unos minutos pueden salvar vidas, memoria, movilidad y autonomía. Se hace hincapié en reconocer estos síntomas (dificultades para hablar o entender, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo o alteraciones de la coordinación o visión), avisar a los equipos de emergencias y hacer un traslado inmediato al centro hospitalario.
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