El último tramo de la autovía de Sevilla a Utrera se abre al tráfico

La autovía que conecta Sevilla con Utrera se inauguró ayer tras 18 años de espera. Casi dos décadas para construir 24 kilómetros de carretera, que se proyectó para la Expo 92. A partir de ahora sólo se tardará 20 minutos en ir desde la capital andaluza a este municipio sevillano.

El consejero de Obras Públicas, José Luis García Garrido, fue el encargado de cortar la cinta inaugural de la autovía A-376, acto en el que estuvo acompañado por el alcalde de Utrera, el andalucista Francisco Jiménez, además de numerosos cargos políticos y representantes municipales del área metropolitana sevillana.

El titular de Obras Públicas destacó a los periodistas la importancia que para el área metropolitana de Sevilla tiene la puesta en marcha de esta vía de alta capacidad, ya que posibilita "un mayor volumen de usuarios y que la seguridad sea mayor".

Actualmente circulan a diario por esta carretera -por los tramos habilitados anteriormente- más de 20.000 vehículos, cantidad que se duplicará en los próximos años, según cálculos de la Junta.

El último tramo recién abierto ha supuesto una inversión de más 13,8 millones de euros por parte de la Junta y con una longitud de siete kilómetros, discurre desde la ciudad de Utrera hasta el cruce con la carretera A-8029. El firme empleado en la calzada es de primera calidad e incorpora las tecnologías más avanzadas en la construcción de carreteras.

La calzada de la autovía consta de cuatro carriles, dos en cada sentido, de 3,5 metros de ancho y enlaces de acceso a la estación de Don Rodrigo, la urbanización El Comodoro y el sector norte de Utrera.

Asimismo, cuenta con una mediana de unos ocho metros, con la intención de que, en un futuro, se pueda habilitar un tercer carril y una plataforma de transporte público, dependiendo del comportamiento del tráfico.

Por su parte, la parlamentaria popular por Sevilla, Dolores Calderón, criticó que con el nuevo tramo se ha aislado a 150 familias de la urbanización de los Granadillos para los que reclama un acceso directo.