El último asesinato machista, en Los Pajaritos
Violencia de género
Un delincuente habitual, Enrique Román Bernasconi, acabó a puñaladas con la vida de su ex pareja, en octubre de 2018
El último asesinato machista en Sevilla ocurrió hace tan sólo varios meses, el 23 de octubre de 2018, cuando un delincuente habitual, Enrique Román Bernasconi, alias Quique, de 51 años, acabó con la vida de su ex pareja, una joven marroquí de 36 años y madre de dos menores de edad, en su vivienda de Los Pajaritos.
Fue precisamente uno de los hijos de la víctima quien pidió auxilio al servicio de emergencias sanitarias 112, tras descubrir que su madre agonizaba en el rellano de la puerta de su casa. Eran las 08:48 horas de la mañana y la llamada del niño movilizó a los servicios sanitarios y a los cuerpos de Seguridad.
Hasta el número 3 de la calle Carena se trasladaron de inmediato efectivos sanitarios, así como de la Policía Judicial, la unidad de Policía Científica, y el Grupo de Homicidios. La mujer vivía en la tercera planta. Su presunto agresor y antiguo compañero sentimental, Enrique Román, en un piso inferior, en el segundo izquierda.
Desde ese momento se inició la búsqueda del principal sospechoso, Quique, que se había dado a la fuga pero que fue detenido sobre las 14:00 horas del mismo día del crimen. El detenido cuenta con varias detenciones anteriores, entre ellas algunas por abusos sexuales, malos tratos, contra la seguridad del tráfico, y quebrantamiento.
La víctima lo había denunciado en 2016, pero no ratificó la misma y renunció tanto a las posibles acciones civiles y penales que le correspondían como a ser reconocida por el médico forense, lo que determinó que un juzgado de lo Penal dictara a mediados de 2017 una sentencia absolutoria.
Los hechos fueron denunciados en diciembre de 2016 por Fátima, la marroquí asesinada, y tras la investigación judicial, la Fiscalía presentó un escrito de acusación contra su ex pareja Enrique Román Bernasconi.
La mujer se acogió a su derecho a no declarar en el juicio y, por tanto, no testificó contra el detenido. No obstante, y al existir un testigo presencial de los hechos, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 remitió el procedimiento a los juzgados de lo Penal, recayendo concretamente el asunto en el Juzgado de lo Penal número 12 de Sevilla, que celebró el juicio por estos hechos el día 30 de junio de 2017 y que el día 1 de julio de ese mismo año dictó sentencia absolutoria contra el acusado.
La juez lo absolvió por falta de pruebas, al considerar que “no se ha practicado prueba suficiente para enervar la presunción de inocencia en cuanto a los hechos en los que basa el Ministerio Fiscal su acusación”, ya que el acusado se acogió a su derecho a no declarar y la testigo a la dispensa que contempla el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, mientras que el agente que declaró “no vio lo ocurrido”.
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