El tusi o cocaína rosa, la droga de los ricos
Drogas
La incautación de 25 gramos de esta sustancia química en un narcopiso de Los Pajaritos reveló un intento de popularizarla, con precios muy inferiores a los de su origen
En Sevilla era una droga vinculada a la prostitución, pero este año ya se ha encontrado en dos puntos de venta
Cae el clan del Besito, uno de los narcotraficantes más activos de Sevilla
Una droga que lleva tiempo de moda y cuya demanda parece repuntar es el tusi o tucibi, la mal llamada cocaína rosa. Esta sustancia química es también conocida como la droga de los ricos por su elevado precio. En una de las últimas operaciones antidroga de la Policía Nacional, desarrollada en Los Pajaritos, los agentes se incautaron de 25 gramos de esta sustancia. Ya en mayo apareció en otro registro en un punto de venta de estupefacientes en el barrio de Bellavista.
Hasta hace poco no era habitual encontrar esta sustancia en Sevilla, sobre todo por su alto precio. Un gramo costaba en el mercado unos 900 euros, un precio 15 veces superior al de la cocaína, que suele costar unos 60 euros el gramo. En los últimos meses ese alto coste se ha ido devaluando y fuentes de la lucha contra el narcotráfico aseguran que puede adquirirse el gramo por unos cien euros.
Aunque a esta sustancia se la conozca como cocaína rosa, en realidad ni es cocaína ni tiene mucho que ver con ella, salvo que se presenta en polvo y que se consume por vía nasal. Pero es una droga de síntesis, creada en laboratorios. Pertenece al grupo de las anfetaminas por su composición química, y sus efectos son inicialmente alucinógenos. Lo que hace esta sustancia es estimular intensamente el sistema nervioso central. Se le conoce con diversos nombres, como venus, nexus, erox... Pero el más extendido es el de tucibi (a veces tuci), adaptación de 2CB, que es su clasificación dentro del catálogo de los narcóticos.
Es una sustancia de laboratorio, con base en compuestos químicos, es decir, no proviene de ninguna planta natural. Esta droga sintética fue diseñada con la intención de aunar en ella los efectos de estimulación (éxtasis) y de alucinación (LSD). Aunque de forma moderada, supone una mezcla de estas dos sustancias. De ahí que se emparente con el grupo de las feniletilaminas, derivadas de las anfetaminas.
Esta sustancia psicoactiva se consume a través de inhalaciones o por vía oral cuando se adquiere en forma de pastillas. Sus síntomas iniciales comienzan a notarse al cabo de 15 o 20 minutos y sus efectos suelen durar entre 4 y 8 horas. Una vez instalada en el cerebro, libera grandes dosis de dopamina, noradrenalina y adrenalina.
Según el Instituto Castelao para el tratamiento de las adicciones, esta droga se está conociendo recientemente en España, pero tiene varias décadas de existencia en el mercado negro internacional. Se originó en 1974 en Estados Unidos y tuvo cierta propagación en los años ochenta, en pleno apogeo de las drogas sintéticas. Bajo el nombre de nexus, le hizo cierta competencia al éxtasis. A mediados de los noventa sería declarada ilegal en Estados Unidos.
En el siglo XXI resurgió con fuerza en México y Colombia, donde se halla el principal centro productor y donde el tusi se ha extendido con fuerza. De hecho, se considera que los cárteles colombianos son los responsables de su expansión internacional. Se ha comercializado en las principales capitales suramericanas, mientras que en Europa la mayor demanda procede de Alemania.
En España ya se han desmantelado dos laboratorios clandestinos de tusi, que eran regentados por traficantes de origen colombiano. En 2016 hubo dos operaciones contra la elaboración de esta droga, ambas a raíz de la detención de uno de sus más importantes creadores, conocido como Alejo Tucibi. En un principio se distribuía en sectores de alto poder adquisitivo, pero las autoridades apuntan a un intento por popularizar la sustancia en los últimos años y llevarla a un público juvenil en lugares de ocio nocturno y grandes eventos, como los festivales de música electrónica. De ahí su bajada de precio
En la vida nocturna de Madrid y la costa mediterránea, el tusi está presente e incluso en auge. Está de moda. En Sevilla, sin embargo, todavía no es tan habitual. Era una droga que podía encontrarse con cierta frecuencia vinculada a la prostitución, y que era ofrecida a los clientes de burdeles y casas de citas. Sin embargo, que fuera vendida en un narcopiso de Los Pajaritos indica que se está popularizando y perdiendo ese carácter exclusivo que tuvo en su origen.
En la Costa del Sol es más conocida que en la capital andaluza. En 2020 ya se detectó en varias ocasiones tanto en Marbella como en Málaga, donde uno de los que la habían consumido se obsesionó con morder a los policías que lo detuvieron. En Benahavís se encontró entre las personas que acudían a una fiesta en un chalé, que terminó siendo desalojado, en septiembre de ese mismo año. Y en mayo de 2022 se desmanteló en Madrid un laboratorio casero dedicado a la producción de esta droga.
En la provincia de Sevilla sólo hay constancia de dos operaciones policiales anterior a ésta en la que se intervino el tusi. La primera fue en agosto de 2020 en la Campiña (en pueblos como Arahal y Morón de la Frontera), en una investigación contra el contrabando de tabaco, pero en la que también aparecieron otras sustancias ilegales, entre ellas la cocaína rosa.
No había vuelto a aparecer más hasta el pasado 17 de marzo, cuando la Policía Nacional encontró esta droga entre las que vendía un clan familiar asentado en Bellavista. La tercera vez en la que se ha encontrado ha sido en el punto de venta de droga del clan del Besito en la calle Gavilán, en Los Pajaritos, desmantelado a finales de octubre.
Efectos de la cocaína rosa
La fórmula de esta sofisticada sustancia está basada en la composición de la droga LSD con una proporción de MDMA, una combinación de sustancias psicotrópicas que provoca, por un lado, efectos alucinógenos y, por otro, sensación de euforia.
El estado de nerviosismo y excitación es tan elevado que provoca lleva a una falsa sensación de control y de perfeccionamiento de las capacidades. Se sabe, además, que sus efectos pueden durar entre las 4 y las 8 horas.
Uno de los motivos por el que han saltado las alarmas es porque, según parece, la adicción que provoca esta droga es mayor que la de la cocaína blanca comúnmente conocida y, a medio plazo, puede desencadenar episodios de pánico, ataques de ansiedad, depresión, alteraciones emocionales y despersonalización.
La droga favorita de su creador
Alexander Shulgin, el famoso farmacéutico y químico promotor de una gran variedad de drogas psicoactivas, es el responsable de la cocaína rosa. Lejos de sentirse mal por ello, llegó a reconocer que esta droga era una de sus favoritas (y precisamente su catálogo no es pequeño).
Shulgin probaba todas y cada una de las sustancias que creaba en su laboratorio, motivo por el que él mismo declaró que esta droga rosada no era mortal.
Sabemos que la mayor parte de las drogas no son inminentemente mortales, pero que su consumo prolongado o incluso los efectos que pueda tener sobre una persona con determinadas patologías, sí lo son.
Incidencia en España de la cocaína rosa
La cocaína rosa llegó al país a principios de siglo, un momento de (falso) esplendor económico que acabaría desembocando en la gran crisis que todavía tiene estragos en la sociedad.
Con la llegada de esta crisis, muchos de los consumidores, que se habían hecho de oro en la época de bonanza, perdieron su dinero, por lo que se vieron en la necesidad de abandonar un vicio tan caro.
Sin embargo, y aunque pareciera que la droga rosa había desaparecido para siempre, lo cierto es que durante el verano fueron incautados cientos de gramos de esta droga en Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
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