La turistificación en Sevilla, un “riesgo” en zonas de clase media y alta
Demografía
Un informe de la Universidad Loyola alerta de “la pérdida de identidad de los barrios” que está provocando este proceso
Sanz se compromete a que en el Casco Antiguo no habrá "ningún apartamento turístico más"
El V Informe del Observatorio de Desigualdad en Andalucía, publicado por la Universidad Loyola, sintetiza también el desarrollo urbano de Sevilla desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad. Para ello, se remonta a la Edad Media, tras la reconquista cristiana, cuando la ciudad ya estaba marcada por “una fuerte segregación espacial entre los agricultores y artesanos que habitaban en el sector norte del casco antiguo, de cota más baja y más expuesto a las inundaciones del Guadalquivir; y la nobleza en el sur, en un entorno algo más alto, resguardado y próximo al puerto donde llegaban los barcos y se producía la principal actividad comercial de la época".
Esta distribución se mantuvo, incluso, en el XIX, con las distintas desamortizaciones y la industrialización. Las fábricas se situaron al norte de la ciudad y los edificios “más emblemáticos” siguieron alzándose al sur. La tónica cambió a mediados de la pasada centuria, cuando se crearon nuevas periferias al surgir las barriadas obreras, muchas de ellas de “baja calidad constructiva y urbanística”.
La mayoría de las zonas con más altos niveles de bienestar, según el citado informe, coinciden con las situadas en los ensanches burgueses del siglo XX, entre los que destacan los que se sitúan al sur de la ciudad (Heliópolis y El Porvenir, principalmente) y también hacia el este (Nervión). En esta última zona se incide en la importancia que tuvo la Expo’92, cuando se soterró el ferrocarril, lo que propició “la cualificación residencial” de espacios como La Buhaira.
También deben destacarse los casos del barrio de Los Remedios, al sur de Triana, considerado por el informe “un ensanche burgués que hoy resulta algo envejecido”, y la urbanización Santa Clara, “de viviendas unifamiliares aisladas, destinadas desde su origen a estratos sociales de clase media-alta”.
“Todos ellos –según el informe– constituyen ejemplos de barrios con alta calidad urbanística, aunque deteriorándose en algunos casos, con indicadores de empleo y formación muy positivos, así como de vivienda, salud y esperanza de vida”.
La gentrificación
Se advierten en el análisis procesos de renovación y gentrificación que se han registrado las últimas décadas en el Casco Antiguo y arrabales cercanos. Se trata de “fenómenos” que, aunque en un principio se traducen en mejoras específicas de la estructura urbana, desatan “otros conflictos” y desequilibrios de carácter social y cultural. Provocan, de igual modo, el desplazamiento de familias con menores recursos, las transformaciones del paisaje urbano (como la masiva presencia de hoteles y apartamentos turísticos) o “la pérdida de identidad de los barrios”. Entre estos procesos y “riesgos”, el informe, cita como advertencia “la turistifcación”, que tanta polémica sigue generando.
De hecho, en el último pleno, el nuevo alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, votó en contra de pedir a la Junta de Andalucía que limite el número de pisos turísticos en la ciudad. El anterior regidor socialista, Antonio Muñoz, y el presidente andaluz, Juanma Moreno, se habían comprometido a comienzos de año a declarar zonas saturadas de pisos turísticos algunos enclaves, como el barrio de Santa Cruz. El actual regidor defiende que en este mandato va a solucionar “el problema” que genera en la convivencia vecinal este tipo de alojamiento que tanto ha proliferado los últimos años. Un remedio que vendrá mediante un decreto que ya prepara la Junta.
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