El turismo toma Sevilla

Puente de Todos los Santos

La capital andaluza vive un puente festivo en el que se roza el lleno hotelero

A diferencia del resto de España, el sector disfruta de un auge que repercute en otras actividades económicas de la ciudad

La calle Mateos Gago, atestada de visitantes estos días. / Juan Carlos Vázquez
Diego J. Geniz

03 de noviembre 2018 - 00:17

Sevilla tomada por los turistas. La principal actividad económica de la ciudad continúa al alza. El puente festivo de Todos los Santos es buena prueba de esta pujanza, bien recibida por algunos y criticada por otros. Alojamientos que rozan el lleno y calles repletas de visitantes. El sector vive uno de los momentos más dulces de las últimas décadas. Logró sobrevivir a los años más duros de la crisis y ahora se enfrenta a otro reto: cómo evitar morir de éxito.

Las cifras de este puente constituyen un claro síntoma de dicho apogeo. Los datos más actualizados sitúan en un 90% el grado de ocupación de los hoteles. En los apartamentos turísticos el porcentaje supera el 85%. La Asociación de Hoteles de Sevilla y su provincia manejaba estas cantidades a finales de octubre, en días marcados por una inestabilidad meteorológica. Queda aún por confirmar las reservas de última hora. La mejoría del tiempo hace prever que hayan aumentado, aunque sin llegarse al lleno absoluto. Santiago Padilla, gerente de la citada entidad, explica que “con la oferta de alojamientos con la que cuenta actualmente la ciudad es muy difícil que se alcance el lleno absoluto”. A este condicionante añade otro: “Este puente no suele ser tan fuerte como el del Pilar o el de la Inmaculada, cuando sí se superan estas cifras”. Las previsiones más optimistas confían en que este largo fin de semana se cierre con un 93% de ocupación.

Pese a que en muchas ocasiones se ha dado la voz de alarma sobre el turismo de bajo coste que llena la capital andaluza, los datos aportados tanto desde la referida institución como desde el Ayuntamiento difieren bastante de esa imagen. No en vano, en los hoteles de cinco estrellas se alcanzará el 98,26% de ocupación, porcentaje que llegará al 89,3% en los de cuatro. Frente a estas cifras se encuentran las de los apartamentos turísticos, que superan ampliamente el 80%. Se deduce, por tanto, que este tipo de alojamiento entra en directa competencia con los hoteles de menor categoría, los de dos y tres estrellas, a los que solía acudir, hasta ahora, el turismo familiar o de amigos. Las jornadas de mayor ocupación en los apartamentos son el jueves y mañana, ambas con un 91,5%. En los hoteles se registrará el mayor lleno esta noche (98,2%) y mañana (97,62%).

Los nueve primeros meses del año ya han superado las cifras turísticas del mismo periodo de 2017

Los buenos datos del turismo en Sevilla contrastan con los del resto de España. En el conjunto de la nación se observa una caída de esta actividad, con una reducción del 2% en el número de viajeros. La tendencia comenzó en verano y ha continuado en septiembre. En la capital andaluza ocurre todo lo contrario. Las cifras no dejan de crecer. En los nueve primeros meses de 2018 se han superado ya las del mismo periodo del ejercicio anterior, con un incremento del 3,17%, según el balance más actualizado aportado por el Ayuntamiento hispalense.

El objetivo marcado por el sector de los hoteles, en declaraciones a Canal Sur Radio de Manuel Cornax, presidente del colectivo, es ampliar la estancia de los visitantes. Esto es, que pasen más noches en Sevilla. Actualmente el promedio es de una o dos pernoctaciones por turista. La intención es llegar a tres. Ello permitiría ampliar la oferta y, sobre todo, el número de monumentos visitados, que por regla general se concentran en la zona declarada Patrimonio de la Humanidad: Alcázar, Catedral y Giralda.

Pero mientras la principal economía de la ciudad se encuentra a revientacalderas, buena puerta de la sociedad sevillana cuestiona los beneficios de este auge y fija su mirada en los efectos que está produciendo en la vieja Híspalis. El más preocupante -que tiene antecedentes en otras capitales europeas- es la despoblación de vecinos autóctonos en numerosos barrios del centro de Sevilla a raíz de los apartamentos turísticos. La zona más afectada está siendo el norte del Casco Antiguo. El negocio que genera este tipo de alojamiento ha disparado la demanda de grandes inversores foráneos, que adquieren viviendas de segunda mano para adaptarlas al turismo. Este hecho ha provocado que se disparen los precios de venta de algunos inmuebles hasta alcanzar niveles parecidos a los del boom del ladrillo. Una tendencia que sólo se registra en el centro histórico y de la que es ajena el resto de barrios. El alquiler también se ha visto afectado por el auge de los apartamentos turísticos. La oferta de arrendamiento para residir por una larga temporada se ha reducido tanto que muchos de estos inquilinos se encuentran con serias dificultades para renovar el contrato. Los caseros prefieren ganar más dinero en poco tiempo a mantener unos ingresos fijos y conservar bien el inmueble.

Cola de turistas para acceder al Alcázar. / Juan Carlos Vázquez

El comercio es otro de los afectados por el auge turístico. El mapa de las tiendas en el centro de la ciudad ha cambiado las últimas décadas debido a dos factores principales: el empuje de las franquicias y el fin de la renta antigua, lo que obliga a negocios tradicionales a abandonar los locales al serles imposible afrontar el nuevo alquiler. A estos condicionantes se suma ahora la tendencia de que las tiendas o bares que se abren están enfocadas más al visitante que al sevillano. Sirvan de ejemplo los gastrobares o los souvenirs. El último anuncio de cierre se dio a conocer la semana pasada, cuando el dueño de la tienda de modelismo y maquetismo F. Cuevas, en la Plaza de San Francisco, adelantaba que pondrá fin a este negocio que se abrió en 1954 ante la conversión del centro “en un parque temático para turistas”.

Desde el Ayuntamiento, por contra, se defiende la apuesta por un turismo de calidad y controlado. Las últimas encuestas que desde el gobierno de Espadas se han dado a conocer reflejan que la proliferación de pisos turísticos está lejos de convertirse en una de las principales preocupaciones de los sevillanos y, lo que es más importante, de generar rechazo en la sociedad, como ha ocurrido en varias ciudades del Levante español. Diversos colectivos opinan lo contrario.

Polémicas aparte, lo cierto es que el esplendor que vive el turismo en Sevilla repercute -para bien y para mal- en otros sectores fundamentales para la economía de la capital andaluza, como el urbanismo, la actividad inmobiliaria y el comercio.

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