En las trincheras de la lucha contra el VIH en Sevilla
Día Mundial de la lucha contra el Sida
La unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Macarena tiene a unos 1.300 pacientes en seguimiento activo, el 95% de ellos con el virus controlado
VIH: Pasos hacia la curación
En las consultas del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen Macarena hay en torno a 1.300 personas con VIH en seguimiento activo. El 95% de ellas tiene el virus controlado. Es decir, tienen una carga viral indetectable y no transmiten la enfermedad. Es la principal conclusión de los avances médicos que ha experimentado el abordaje del VIH desde que en 1981 se diagnosticaron los primeros casos de sida en el mundo -y también en España-. Más de 40 años de trabajo que han conseguido convertir lo que era una enfermedad letal en una dolencia crónica que, gracias a los tratamientos, permite a los infectados hacer una vida prácticamente normal.
El doctor Jesús Rodríguez Baño es el jefe de la unidad y, coincidiendo con el Día Mundial de la lucha contra el Sida que se celebra este jueves 1 de diciembre, resume en este reportaje cuál es el abordaje y seguimiento de los pacientes, así como los avances y retos que aún siguen por delante.
"Que los pacientes vivan con VIH como si de una enfermedad crónica más se tratara es el gran avance en todos aquellos casos que se diagnostican a tiempo, es decir, antes de que tengan una inmunodepresión grave", explica el facultativo, que pone sobre la mesa las diferencias entre VIH y sida: "En los años 90, todos los paciente con VIH terminaban desarrollando el sida, de ahí que los terminarán fueran casi intercambiables, pero desde que tenemos tratamientos, hablamos de sida cuando ya hay un síndrome de inmunodeficiencia adquirido, esto es, tiene las defensas muy bajas, tiene infecciones oportunistas, algunos tipos de tumores y la mortalidad es muy alta".
Tratamientos
La situación ahora está muy lejos de aquellos años 90 y gracias a los tratamientos actuales que, habitualmente, son razonablemente bien integrados y bastante cómodos, el concepto de la enfermedad ha cambiado. "Hablamos de tratamientos antirretrovirales que consisten en una pastilla al día, en la mayor parte de los casos, y que sólo con eso los afectados consiguen mantener una calidad de vida equiparable a personas que no tienen VIH", explica el doctor, que destaca que la mayor parte de sus pacientes lo son desde hace una treintena de años. "Tienen una enfermedad crónica para la que buscamos una buena calidad de vida", afirma.
Por su parte, llamando a la puerta están nuevas terapias. El especialista destaca la inminente comercialización en España de un fármaco que se administra por vía intramuscular que consiste en dos inyecciones una vez cada dos meses. "Esto no es para todos los pacientes, pero es un avance que sin duda habrá que ir incorporando a la línea de tratamiento a los pacientes que sean candidatos a recibirlo", destaca.
El estigma social perdura
Pero los pasos durante estas cuatro décadas de lucha dados en este campo, donde aún se sigue caminando con la ansia de llegar a una una vacuna eficaz, no han seguido la misma línea en el espectro social, pues el estigma ante los infectados sigue estando latente. "Nos gustaría no tener que hablar de ello tras 40 años de epidemia pero seguimos sin conseguir que el famoso estigma desaparezca. Las personas con VIH siguen sufriendo problemas de marginación y es un reto conseguir que la sociedad lo normalice", relata.
Como consecuencia, apunta el doctor, el estigma social dificulta el diagnóstico precoz. "Es el otro problema al que nos seguimos enfrentando pese a los avances", relata el especialista. "Todavía seguimos diagnosticando tarde a un porcentaje de personas que cuando vienen tienen una infección demasiado avanzada, incluso, algunos de ellos ya los diagnosticamos cuando tienen sida, es decir, cuando tienen una infección oportunista grave y recuperar desde ahí es más difícil", añade.
Un reto para el que desde el Hospital Virgen Macarena se han empezado a dar pasos. El centro está desarrollando en su servicio de Urgencias, de la mano de la unidad de Infecciosos y el laboratorio de Microbiología un proyecto piloto que implica la realización de test de detección desde el mismo momento en el que el paciente con factores de riesgo entra por la puerta del hospital. "Planteamos hacer la prueba de VIH aprovechando algunas circunstancias o conductas de riesgo, como el padecer alguna enfermedad que pueda ser indicativa o abra la posibilidad de poder tener VIH", explica Rodríguez Baño. Este ofrecimiento se hace siguiendo unos criterios pactados con la unidad de Enfermedades Infecciosas y con el laboratorio Microbiología. "Estamos llegando a diagnósticos que no esperábamos y eso nos permite tratar a esa persona precozmente", añade el facultativo. La otra forma de llegar a tiempo es "gracias a la colaboración con asociaciones o colectivos de personas que tratan con personas que tienen conductas de riesgo para favorecer que se puedan hacer la prueba del VIH con facilidad y confidencialidad sin que ni siquiera tengan que ir al médico", añade.
La importancia de la prevención
También en su consulta, el doctor Rodríguez Baño sigue lanzando cada día un mensaje a la prevención para una infección que se puede evitar con un preservativo. "La prevención es la base para evitar llegar a todo de lo que hemos hablado", destaca. "Hay que seguir transmitiendo conocimiento sobre las prácticas de sexo seguro, entre otras, son bastante necesarias y que no se le puede perder el respeto a esta enfermedad pese a que, aunque generalmente las personas con VIH pueden vivir razonablemente bien, no deja de haber muertes todos los años de personas que que tienen la infección, bien sea por diagnóstico tardío o por complicaciones", sentencia.
En esta línea también se ha avanzado. Si hasta hace unos años sólo existía una profilaxis post-exposición, que se utilizan después de haber pasado por una situación de alto riesgo ahora también se llevan a la práctica programas de profilaxis pre-exposición, es decir, que permiten actuar antes y está pensado para hombres que tienen sexo con hombres, transexuales y mujeres que cumplan requisitos como tener más de diez parejas en el último año, practicar sexo sin protección, usar drogas, haber tomado profilaxis post-exposición varias veces el último año o haber tenido alguna bacteria, entre otras casuísticas.
Investigación
Entretanto, la lucha contra el VIH tiene otro "caballo de batalla". "El más grande al que hacemos frente", destaca el doctor. Desde el comienzo de la pandemia la humanidad ha luchado por conseguir una vacuna contra esta enfermedad, como se ha hecho a lo largo de la historia con otros virus letales. Pero los fracasos han sido estrepitosos. Tanto que hoy, 41 años después de los primeros diagnósticos, no se ha conseguido dar en la tecla. "Es el reto de esta lucha, la búsqueda de una vacuna, bien preventiva o terapéutica, en lo que acumulamos años de fracasos". El motivo, lo explica el doctor en breves palabras: "El virus del VIH es un virus con una capacidad de mutagénica excepcional, es decir, es un patógeno que cuando se replica comete muchos errores, pero esos errores no le afectan y es capaz de sobrevivir, pero sí hacen que se escape de nuestro sistema inmune y por eso no somos capaces de producir un anticuerpo curativo".
La ciencia no pierde la esperanza. "En nuestro país hay algunos grupos que siguen trabajando activamente en ello", destaca Rodríguez Baño, que pone en valor el aprendizaje de sus intentos frustrados. "Independientemente de que el éxito se consiga o no o tarde más o menos, el aprendizaje que se adquiere del sistema inmune y de las respuestas frente al virus es tremendamente útil", concluye.
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